Alguna vez has desempolvado una vieja fotografía de un álbum? En muchas ocasiones el resultado no es siempre el deseado. Por ello, para proteger los recuerdos visuales y auditivos de los últimos 75 años, que ahora peligran por la inestabilidad de los soportes que se emplearon en su registro, nace el proyecto Nemosine de Aimplas.
Fabricados con acetato de celulosa (CA) y nitrato de celulosa (CN), estos valiosos recuerdos visuales y auditivos –películas, fotografías, carteles y diapositivas producidas entre 1895 y 1970–, podrían desaparecer debido a la inestabilidad natural de los materiales con los que se fabricaron sus soportes.
El reto de Nemosine es mejorar su almacenamiento, por ejemplo, con la conservación en frío (por debajo de 5ºC), mediante el desarrollo de un innovador envase que tiene el objetivo de ahorrar energía y alargar el periodo de conservación.
A través de este proyecto, Aimplas desarrollará nanofibras, composites antifúngicos e incorporará los MOFs –estructuras metal-orgánicas– en espumas a escala de laboratorio, además dará soporte a los socios industriales en el desarrollo de envases a escala de planta piloto.
Este proyecto comienza en un año muy significativo, ya que 2018 es el Año Europeo del Patrimonio Cultural y con Nemosine se fomenta la conservación de recuerdos socioculturales del Patrimonio Cultural europeo. Durante este se pretende aumentar el compromiso de los ciudadanos europeos con su cultura y reforzar el sentimiento de pertenencia a un mismo espacio bajo el eslogan Nuestro patrimonio: donde el pasado y el presente se unen.
Este ambicioso proyecto, que se desarrolla junto a 16 socios europeos entre los que se encuentra el Institut Valencià de Cultura, CulturArts, tiene una duración de 48 meses y está financiado por la Unión Europea a través del programa H2020.