Unos 60 microchips de silicio diseñados y fabricados en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) medirán el viento de Marte como parte de la misión Mars2020, organizada por la NASA para averiguar si ha existido algún tipo de vida en el planeta rojo y analizar su atmósfera.

Los sensores formarán parte del instrumento Meda, que medirá la dirección y la velocidad del viento en Marte, así como su humedad relativa, la presión o las propiedades de las partículas en suspensión, explican desde la UPC.

Por ello, los nuevos microchips, que se han entregado recientemente al Jet Propulsion Laboratory de la NASA, con sede en Pasadena (Estados Unidos), estarán incrustados en dos brazos cilíndricos que, a su vez, saldrán del mástil de un vehículo explorador.

El objetivo principal de la misión es, por una parte, observar signos de habitabilidad, y por otra, explorar la geología y la dinámica atmosférica, así como recoger muestras que puedan ser útiles para preparar futuras exploraciones humanas a Marte.

La segunda fase de la expedición es la que ha contado con la colaboración del grupo de investigación de Micro y Nanotecnologías (MNT) de la UPC. El investigador principal del MNT, el profesor Manel Domínguez, ha celebrado esta participación de su equipo en una expedición de este calibre. "Estamos en un buen momento, aunque luego siempre pueden aparecer complicaciones, como rocas o un accidente del vehículo explorador", ha matizado Domínguez.

"Los sensores permitirán obtener análisis locales que darán información a los científicos de cómo funciona la dinámica atmosférica en Marte", lo que, según Domínguez, "es un reto tecnológico porque su instrumentalización es compleja".

Otro de los investigadores del MNT, Lukasz Kowalski, ha subrayado que "en Marte puede haber vientos fuertes, de hasta 100 kilómetros por hora, que en la Tierra tumbarían objetos, pero que allí ni se notan", por lo que los sensores "buscan una forma distinta y adecuada" de calcularlo.

El MNT investiga sobre los sensores de viento desde mediados de los años noventa, y unos diez científicos e ingenieros han participado en la fabricación de los microchips para el MEDA.

Misión

La expedición Mars2020 partirá en julio del año que viene y llegará al planeta rojo en enero de 2021, donde recopilará información durante un año marciano, es decir, unos 660 días. Aún así, normalmente la herramienta se queda más tiempo en el lugar de exploración, de forma que pueda seguir enviando información a la Tierra.

Se trata de la tercera vez que tecnología diseñada en la UPC para medir el viento participa en una misión de la NASA. La UPC ya proporcionó en 2011 los sensores del instrumento REMS, incorporados al robot explorador Curiosity, y para la estación meteorológica TWINS en 2018, por lo que el flamante MEDA es una evolución de los dos anteriores que aporta más precisión en su cálculo. De hecho, la estación TWINS, en el marco de la misión InSight, ya se encuentra en funcionamiento, y los datos que envía a la Tierra son públicos.

Por otro lado, el MNT está desarrollando un sensor esférico para futuras misiones a Marte, cuya principal ventaja es su "miniaturización", dado su diámetro de 10 milímetros, y su bajo consumo. "Esto hace que sea un excelente candidato para pequeñas sondas planetarias", ha destacado el profesor Manel Domínguez.