La comunicación de datos vía wifi no es un secreto para nadie…¡salvo que nos encontremos a 6.000 metros de profundidad mar adentro! Ahí la presión, la fuerza de las corrientes y el propio movimiento del agua hacen que sea mucho más difícil “cosechar” los datos recopilados por sensores submarinos. Sensores que se emplean en tareas de construcción, monitorización, inspección o reparación de instalaciones submarinas - cada vez más presentes en el sector de la energía offshore por ejemplo -.
Debajo del mar las ondas de radio no funcionan bien porque son absorbidas por el agua. La comunicación acústica es muy lenta y poco fiable. La mayor parte de los sensores tienen que contar con una conexión por cable, pero no son prácticos porque para recuperar los datos que almacenen hay que sacarlos del agua. La luz es la solución.
Una startup suiza, Hydromea (spin off de la Escuela Politécnica de Lausanne EFPL) ha desarrollado un módem óptico en miniatura que se comunica a través de una luz azul que parpadea rápidamente. Con este sistema, el módem – al que han llamado LUMA - convierte los datos en pulsos de luz que envía, o inversamente, convierte los pulsos de luz que recibe en datos. Un módem se instala en el registrador que recoge los datos de los sensores sumergidos y el otro módem se instala en un robot submarino que – de forma autónoma - se sumerge hasta donde se encuentran los sensores para recopilar esos datos.
LUMA está diseñado para trabajar a profundidades de hasta 6.000 metros. Apenas pesa 250 gr en el aire, 50 en el agua. Su pequeño tamaño (100 x 50 x 30 mm) es una de sus grandes virtudes. Es lo suficientemente sensible como para recopilar datos a gran velocidad de fuentes que se encuentran incluso a 50 m de distancia. El módem óptico está protegido por una carcasa de plástico estanca que le permite soportar las presiones que se alcanzan a kilómetros de distancia bajo el mar.
Este nuevo módem óptico ya ha sido probado en el Océano Pacífico, a 4.280 metros bajo el nivel del mar, por científicos del Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marina, en Alemania. Aseguran desde la startup que diferentes empresas que operaban en alta mar están interesadas en esta nueva tecnología para colocar oleoductos submarinos o construir cimientos para parques eólicos marinos