Mercedes Balcells-Camps, la ingeniera del MIT que sueña con crear órganos artificiales para los trasplantes
La directora de MIT Spain forma parte del recién creado 'hub' español que impulsa proyectos para mejorar la vida de pacientes con VIH.
15 abril, 2023 01:51Una enorme sonrisa se asoma al otro lado de la pantalla, y del océano. Mercedes Balcells-Camps atiende a D+I desde su laboratorio del reconocido MIT, el Massachusetts Institute of Technology, en Boston (Estados Unidos). Allí trabaja desde hace más de 20 años. “Pero nunca me he ido de España, no he parado de ir y de venir”, quiere dejar claro durante la conversación.
Llegó en 1999 para hacer un posdoctorado después de terminar su tesis en Alemania sobre ingeniería de materiales. “Me enamoré del MIT, me enamoré de Boston y me acabé casando con un americano, incumpliendo la promesa que la había hecho a mi madre de volver a casa cuando terminara mi trabajo en Estados Unidos y casarme con un catalán”, recuerda entre risas.
En la capital de Massachusetts trabaja como investigadora del IMES (el Instituto de Ingeniería y Ciencias Médicas del MIT) y en esta ciudad vive el 75% de su tiempo. Lo tiene calculado porque “para la ‘declaración de Hacienda americana’ tengo que contar los días que estoy aquí y los que paso en el Instituto Químico de Sarriá (IQS), en Barcelona”. En esta universidad es profesora titular desde 2006 y también es el lugar donde se formó como ingeniera química.
Balcells-Camps se retrotrae a su etapa escolar hasta el momento que, está convencida, le ha marcado la vida: “En 7º de EGB [actual 1º de la ESO] mi profesora de química dijo una frase maravillosa mientras estudiábamos la tabla de los elementos en clase: ‘Esto es sólo la punta del iceberg de lo que sabemos que existe, pero lo que falta es todo lo que está debajo del agua, lo más grande, que es lo que falta por descubrir’. Fue ahí cuando me enamoré de la química”.
Réplicas del cuerpo humano que curan
Ahora, junto a un equipo de 32 personas (“multicultural, pero donde se habla español y más de la mitad somos mujeres”), se dedica a crear órganos y tejidos artificiales. “Aplico lo que aprendí en química para hacer andamiajes, como cuando hay que poner un andamio en un edificio para reparar su fachada”, usa como analogía. Esos andamiajes están hechos con materiales poliméricos –los que se fabrican en un laboratorio– donde las células humanas se anclan para poder crecer y formar tejido gracias a impulsos mecánicos.
El objetivo es crear réplicas del cuerpo humano “Mi sueño hace 20 años era crear órganos para aliviar las lista de espera para trasplantes, pero la realidad es que los estamos utilizando como modelos de laboratorio que nos permiten entender cómo funcionan esos órganos de forma aislada y tratar de saber cuándo empiezan a fallar”, admite la investigadora.
Recurre como ejemplo al funcionamiento de la barrera hematoencefálica que describió el científico y Nobel español Santiago Ramón y Cajal, formada por los capilares más pequeños del cerebro. “Recrear esa barrera en un sistema in vitro permite exponerla a daños controlados y ver qué efectos producen sobre ella sustancias como la nicotina. También estamos empleando estos modelos para entender la génesis de enfermedades como el alzhéimer, para ver si podemos evitarla o hacerla reversible”, describe.
Sus investigaciones en el EMIS ya están teniendo impacto en la sociedad. Los resultados de su último trabajo, sobre regeneración auricular para crear orejas para niños con microtia (los que nacen con oreja pequeña), acaban de publicarse hace apenas unos días en la revista Biomaterials Science.
"Mi sueño hace 20 años era crear órganos para aliviar las listas de espera para trasplantes"
De nuevo, una anécdota se cuela en la entrevista: “Mi ahijada, ahora con 19 años, nació con microtia y su madre me preguntó si podía fabricar una oreja para ella. Nos pusimos a ello buscando apoyos y subvenciones, y creamos una empresa para sacar adelante el proyecto, Regenerar, pero no pudimos asegurar un modelo de negocio y la cerramos en 2018”, cuenta Balcells-Camps. Ahora, los resultados de la investigación, llevados a cabo por un equipo de científicos de los laboratorios del MIT, Harvard y el Instituto de Química de Sarriá, y que reunió a dos hospitales, son de acceso abierto.
Justo el año que echaron el cierre de Regenerar, nación Aortyx. Esta startup ha desarrollado un parche biodegradable adhesivo para el tratamiento de pacientes con disección aórtica. Se introduce en la herida y su tecnología es capaz de imitar el tejido original para su regeneración. Sus fundadores son exalumnos de la ingeniera en IQS. “Proyectos como estos han sido la excusa perfecta o, mejor dicho, el terreno de juego ideal, para inspirar a más de 1.000 investigadores y emprendedores jóvenes en los últimos 20 años”, afirma orgullosa.
MIT Spain, puente entre España y Boston
Si no todos, la mayoría de esos jóvenes han pasado por el programa MIT Spain, del que Mercedes Balcells-Camps es cofundadora y directora. “Cuando aterricé en MIT, me di cuenta de que había programas internacionales muy potentes con Alemania, Francia, Japón y China, pero no con España”. Su poca vergüenza y mucha caradura, como ella misma se describe con una amplia sonrisa que no desaparece en toda la entrevista, la llevaron a proponer su creación.
“Me dijeron que necesitaba cuatro cosas: profesores y estudiantes en España que quisieran tener algo que ver con el MIT y viceversa, empresas de cualquier tipo interesadas en organizar actividades con un beneficio mutuo, dinero para financiarlo y que alguien liderara el proyecto. No tenía ninguna, así que yo misma me puse al frente y aproveché mis conexiones con el IQS y las compañías farmacéuticas de Barcelona”, recuerda.
Cuenta que tocó muchas puertas y se “pateó” toda España, “hasta le pedí a Iberia que fuera patrocinador oficial”. Muchos le dijeron que no, pero se abrieron las de dos instituciones relevantes: la de la Cámara de Comercio de Barcelona y la de la agencia de promoción de talento de Madrid, Promomadrid. “Ambas estaban buscando formas de internacionalizar sus proyectos sin salir de España y en MIT Spain encontraron la forma de hacerlo”.
El programa tiene tres ámbitos de actuación. Inicialmente, nació para promover prácticas en empresas, centros de investigación y universidades. Más adelante incorporó la iniciativa Global Teaching Lab, con la que estudiantes del MIT se convierten en ayudantes de profesores de bachillerato en matemáticas, química, biología y tecnología “para inspirar carreras STEM”.
“La globalización tiene sus cosas buenas y la movilidad ha aumentado las oportunidades. Los españoles debemos quitarnos la losa de creer que los otros son mejores".
Por último, también promueve la donación de fondos para impulsar proyectos entre profesores e investigadores de cualquier ámbito a ambos lados del Atlántico. MIT Spain se desarrolla en España, Portugal y Andorra. “Mi trabajo consiste en levantar dinero para mantener el programa vivo”, asevera la investigadora.
Una labor que compagina con su trabajo en el laboratorio del IMES y la docencia en el IQS. A medio cambio entre Estados Unidos y España, donde dice, casi para finalizar la entrevista, que hay mucho talento, pero que “debemos quitarnos esa losa de creer que los otros son mejores” [en referencia a los españoles].
“La globalización tiene sus cosas buenas y la movilidad ha aumentado las oportunidades. Yo trabajo con mis grupos de investigación de Boston y Barcelona indistintamente, tenemos los mismos equipos, realizamos los mismos experimentos para validarlos y obtenemos resultados más robustos”, destaca. Ahora, falta que los investigadores y emprendedores se lo crean, y que tengan apoyo, “pero no sólo moral, también financiero”.
Se buscan ideas para pacientes con VIH
Ese continuo ir entre España y Estados Unidos de Mercedes Balsells-Camps, ha sido el caldo de cultivo de otros proyectos al margen de sus investigaciones en el laboratorio, Por ahora, el último de ellos como presidenta del comité de expertos de Visionarium. Este hub puesto en marcha en España por la biotecnológica estadounidense Gilead, en colaboración con Esade, “busca soluciones a las necesidades no cubiertas de las personas con VIH”.
A través de su programa de aceleración, Gilead invertirá 180.000 €, que servirán para el desarrollo de tres proyectos que aporten soluciones en los campos de la prevención, diagnóstico y derivación; cubrir las necesidades de personas con VIH; y mejorar la calidad asistencial. Además de la ayuda económica, también participarán en actividades de mentoría para desarrollar su idea y ponerla en marcha.
Hay previstas convocatorias en Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia para “mezclar a ingenieros, médicos y pacientes, que normalmente están en silos. Es una oportunidad para hacer networking, cotejar ideas…. Incluso escuchar a la comunidad VIH o a la médica sobre cuáles son los problemas para los que todavía no tienen solución, o para que los ingenieros apliquen sus desarrollos a problemas concretos”, describe. “Se trata de que surjan ideas y se construyan equipos”.