Todo empezó con una sencilla pregunta: ¿qué más se puede hacer con las cáscaras de huevo en lugar de tirarlas a la basura? La búsqueda de respuestas llevó a un grupo de investigadores a trabajar con una parte de este alimento que normalmente suele pasar desapercibida, la membrana, y descubrieron que sus propiedades eran las adecuadas para crear un nuevo biomaterial.
“Queríamos ver si podíamos reciclar o dar una segunda vida a materiales naturales considerados un residuo biomineral, como son las conchas de moluscos y las cáscaras de huevo”, explica a D+I – EL ESPAÑOL el coordinador del proyecto científico titular del Instituto Andaluz Ciencias de la Tierra (CSIC-Universidad de Granada), Jaime Gómez Morales.
El resultado es un material único. En su cara externa, actúa como guía para la regeneración ósea; mientras que en la interna, es una barrera protectora ante posibles problemas con los tejidos blandos. Unas cualidades especialmente interesantes en el campo de la odontología.
Biomaterial con premio
La regeneración ósea guiada es una técnica muy utilizada en el sector de la odontología para promover la recuperación de hueso mandibular, por ejemplo, en maxilares, antes de proceder a colocar un implante, y reparar defectos óseos. Para ello, el investigador detalla que actualmente se usan materiales compuestos a base de hidróxido de calcio, silicatos de calcio y resinas compuestas, presentando limitaciones en su aplicación clínica “debido a su incompatibilidad de su composición con los tejidos dentales”.
“Nuestro material, en cambio, contiene fosfatos de calcio, que son los mismos componentes presentes en los tejidos dentales, como la dentina o el esmalte”. Las pruebas en el laboratorio confirmaron que el nuevo biomaterial no sólo es fuerte y seguro, sino que también estimula el crecimiento y desarrollo de las células que construyen los huesos. "Estamos ante algo que podría cambiar la forma en que abordamos la regeneración ósea", asegura el coordinador del proyecto.
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Para llegar hasta él, el equipo realizó un exhaustivo trabajo sobre la membrana del huevo. Las aves la utilizan como “plantilla de nucleación de carbonato cálcico durante la formación de la cáscara” y el equipo de Gómez Morales desarrolló una técnica que permitiera depositar en su lugar una capa de fosfato de calcio “biomimético”.
“Hemos usado una técnica de cristalización innovadora, denominada cristalización por difusión de vapor, que persigue la precipitación de apatito nanocristalino con características similares al apatito del hueso que se pretende regenerar”. Una innovación explicada en términos científicos que ha sido reconocida con el XXVII Premio a la Investigación del Instituto de Estudios del Huevo en 2023.
Colaboración y transferencia
La colaboración de siete investigadores de diversas instituciones, incluidas las Universidades de Oviedo, Granada, Jaén, Nacional de Colombia y el Servicio Andaluz de Salud, desempeñó un papel crucial en el éxito del proyecto. La diversidad de conocimientos y enfoques les ha abordar todas las facetas de la investigación, desde la síntesis del material hasta los estudios biológicos.
Ahora, toca empezar a aplicar el resultado de este trabajo. “El siguiente paso será realizar ensayos en modelos animales antes de transferirlos a pacientes, y continuar su desarrollo con la implicación de empresas de materiales del sector odontológico o traumatológico potencialmente interesadas en su comercialización,” afirma quien ha liderado el equipo.
Este proyecto, además, contribuye a la economía circular al reutilizar aproximadamente el 3% en peso de la cáscara del huevo, un residuo del que se desechan cada año ocho millones de toneladas en todo el mundo.