La innovación se mueve hacia la libertad
Cada año, los Reyes Magos vienen más cargados al CES. La gran feria mundial de electrónica de consumo está mutando. De plataforma de presentación de gadgets imposibles está transformándose a foro de primer nivel sobre el impacto de las nuevas tecnologías en los negocios.
2 marzo, 2018 09:36Los directivos de las empresas más disruptivas de todo el planeta se sientan a reflexionar sobre el impacto de esa tecnología en el futuro. Un futuro que, si bien continúa cercano a la incertidumbre, parece empezar a mostrar el contorno de una figura: la del humano en el centro de cualquier avance.
Ford es una de estas visionarias. En 1903, Henry Ford fundó la compañía sobre la base de que "la libertad de movimiento impulsaba el progreso humano". 115 años después, el actual presidente y CEO, Jim Hackett, reconoce que ha llegado el momento de revisar esa filosofía. La paradoja de la innovación es que, dice, al aportar un tipo de libertad, se limita otra. ¿Un ejemplo? Sustituir un camino por una autopista permite a los ciudadanos moverse más rápido, vivir en barrios residenciales o acceder más fácilmente a la sanidad o la educación. El problema, señala, es que se reemplazan árboles por coches.
Hackett habla de una "nueva libertad cívica" como motor para su innovación. Ford ha optado por empezar por los cimientos de la ciudad del futuro, de forma que sea posible unir los vehículos inteligentes con el mundo inteligente manteniendo al humano en el centro. "No podemos pensar en las ciudades como en ordenadores, programados para maximizar la eficiencia", afirma durante su conferencia en el CES 2018. "Ese ha sido el fallo de las smart cities", añade.
"Tengo la sensación de que ahora lo que se está haciendo es coger la tecnología y buscar un problema donde aplicarla, en lugar de detectar un problema y buscar la mejor tecnología que pueda solucionarla", apunta en la misma línea el responsable de smart cities y movilidad de Amazon Web Services (AWS), Hardik Bhatt, durante una de las mesas redondas. Como no existe una única causa del tráfico, tampoco hay una única solución. "No puedes limitarte a quitar coches de la circulación o llevar todo el peso al transporte público o simplemente mejorar la calidad de los datos", dice el director ejecutivo de vehículos conectados y servicios de Ford, Don Butler. La solución, asegura, pasa por conectar todo el sistema aportando dinamismo.
El presidente y CEO de Ford subraya que no se trata de que la ciudad sea más inteligente, sino que sea capaz de mejorar el día a día del ciudadano. Y, para conseguirlo, debe ser obligatoriamente abierta. Una idea con la que coincide Sidewalk Labs, empresa subsidiaria de la matriz de Google, Alphabet. Su responsable de sistemas urbanos, Rohit Aggarwala, recomienda pensar en un municipio como una plataforma porque "como tal, la ciudad se convierte en una invitación para co-crear con sus usuarios". La tecnología se presenta, por tanto, como una herramienta para crear espacios públicos más "usables y agradables".
Si hace cinco años las ciudades inteligentes se preocupaban de "dónde poner sensores" y "qué tecnologías utilizar para conectarlos", ahora el enfoque es distinto. Según Bhatt, hoy el foco está en los datos y el protagonismo recae en el ciudadano. "El esfuerzo se centra en cómo servir a las personas correctamente, con eficacia y en tiempo real", señala. La inquietud por mejorar la experiencia de usuario, tan extendida en otras áreas, salta ahora también a la ciudad.
En este objetivo, la conducción autónoma tendrá mucho que aportar. "No sólo mejorará el sistema actual, sino que lo cambiará por completo", anticipa el presidente y CEO de Ford. "Los coches sin conductor darán más tiempo a las personas", subraya, por su parte, Christoph Von Hugo, responsable de seguridad activa de Mercedes-Benz, quien también admite que tal vez se tarde un poco más que ahora en cubrir los recorridos. "En general, las ciudades se verán beneficiadas con los vehículos autónomos", enfatiza el vicepresidente de estrategia global de General Motors, Michael Ableson. Especialmente, puntualiza, en cuanto a la eficiencia del tráfico y a la seguridad.
La conducción sin humanos es, precisamente, uno de los grandes retos de lainteligencia artificial. El COO de Baidu, QiLu, lanza una pregunta al aire para ejemplificar su relevancia: "¿Por qué un animal tiene cerebro y un árbol no? Sencillo, porque tiene que moverse. Y para ello, necesita memorizar y generalizar. La clave, por tanto, es la movilidad". El temor es que la libertad que pueda aportar, acabe restringiendo la seguridad de la información personal. Para Steve Goldsmith, profesor de Harvard Kennedy School, el problema es que nadie está al cargo de la movilidad.
"Creo que los datos son propiedad del ciudadano", asegura la vicepresidenta de Verizon, Lani Ingram. "Quién posee esa información es una de preguntas más complejas porque hay muchos datos: de la red, de las aplicaciones, de los dispositivos...", continúa la directiva. "La clave es asegurar que en el corazón de todo se mantiene la privacidad".
ROSA BIOT / MARÍA CLIMENT