En una era en que la comoditización se había apoderado de la industria de la movilidad y en la que el smartphone necesitaba algún golpe de efecto para demostrar que su latido seguía vivo más allá de su indispensable rol en la era digital, ahí surge la fotografía como nuevo campo de batalla. Y en un momento en que el abordaje de cualquier desafío tecnológico pasa por la incorporación de la inteligencia artificial en su seno, esta no iba a ser una excepción.
Huawei ya sorprendió al mercado el pasado curso al introducir capacidades de inteligencia artificial directamente en sus terminales de más alta gama, haciendo que su apuesta por la IA no estuviera radicada solo en el software de sus móviles, sino también en el propio hardware de los equipos. Iniciativa atrevida, pero que pecaba de la falta de una punta de lanza que sirviera para abrir el melón de los procesos impulsados por la IA. Un caso de éxito que hiciera de bandera de esta nueva tendencia y que, finalmente, ha encontrado rostro en un aspecto crítico de nuestros smartphones: la fotografía.
Según un estudio de GFK, el 65% de los consumidores ya afirma que su teléfono móvil ha reemplazado a su cámara fotográfica tradicional, al mismo tiempo que el 76% de los usuarios móviles usa la cámara integrada en sus smartphones a diario. Se trata de una tendencia en auge que Huawei supo ver, primero, con una alianza con Leica para el desarrollo de sus lentes y, después, al acuñar el ambicioso concepto de «fotografía impulsada por la inteligencia artificial» con los nuevos P20 y P20 Pro.
Estos son los dos teléfonos de alta gama, presentados por el fabricante asiático esta semana en París, con el bombo y platillo que acompañan a las grandes citas. Teléfonos que, más allá de sus características de primer nivel (como pantallas de 5,8'' y 6,1'' respectivamente, hasta un 23% más brillantes que las del iPhone X, baterías de hasta 4.000 mAh y un diseño extraordinariamente cuidado) incorporan un arsenal nada desdeñable para tratar de convertirse en el rey de la imagen moderna.
Tres son las lentes que posee el Huawei P20 Pro: una de 20 megapíxels Monolens, otra principal de 40 Mpx y un tercer Telephoto de 8 Mpx. También se han trabajado las tecnologías de temperatura de color o el tamaño del sensor, amén del abanico de ISO disponible (hasta 102400, mismo nivel de cámaras profesionales y muy por encima del ISO 6400 que ofrecen el Samsung Galaxy S9+ o el iPhone X) o un zoom óptico de 3x, otro híbrido de 5x y uno digital de 10x.
A todo este despliegue de tambores hemos de unir, como decimos, la magia de la inteligencia artificial por medio de autofocus predictivo (capaz de detectar el viento para ajustar la foto automáticamente), la incorporación de más de 500 escenarios de toma de instantáneas en 19 categorías distintas (que van desde retratos a gatos hasta texto o playa) o la IA como asistencia a la estabilización de la imagen (Huawei promete acabar con el trípode con su tecnología de mejora multiframe basada en machine learning).
Para soportar estas capacidades, el P20 Pro cuenta con un chip Kirin 970 con procesador NPU dedicado para la inteligencia artificial que, además, permitirá optimizar hasta un 60% la velocidad de respuesta del teléfono, una gestión inteligente de la batería o un 50% mejor fluidez en el manejo del móvil. Sin olvidar nuevas aplicaciones basadas en IA, como la de poder tocar objetos en una foto y que éstos sean encontrados (y comprados) en Amazon.
Invertir en I+D
Huawei ha realizado este acto de fuerza en la arena de la inteligencia artificial móvil en un contexto de ventaja clara en el mercado gracias a su estrategia de innovación. Con 153 millones de terminales vendidos en 2017, la compañía china mantiene unos 10.400 millones de dólares de inversión en I+D cada curso, más de lo que destinan Apple, Roche, Novartis o J&J. Esta cifra de gasto crece, además, en torno a un 10% año a año.
Cuando la noche se hizo día en un ‘smartphone’
Si la cámara profesional en que parece haberse convertido el Huawei P20 Pro es una arma de considerables dimensiones, la guinda a este pastel la encontramos precisamente en el resultado inmediato de muchas de esas innovaciones. O, mejor dicho, de la combinación de todas ellas.
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rnY es que, como se ha podido comprobar tanto en imágenes facilitadas por el fabricante como en varias pruebas en vivo durante el evento de presentación en París, este smartphone parece tener el poder de convertir la noche en día, de ver incluso más de lo que nuestros propios ojos pueden ver en la oscuridad. Habitaciones oscuras que de pronto revelan un paisaje de edificios y montañas. O cielos completamente ennegrecidos por el efecto de la madrugada que, de pronto, muestran con todo detalle nubes, estrellas y lo que el manto de la negra noche oculta.
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rnPara lograrlo, el Huawei P20 Pro emplea altos tiempos de exposición (a pulso, sin necesidad de trípode), su amplio abanico de ISO disponible, su modo inteligente de gestión del color y otras configuraciones englobadas dentro del 'modo noche' que, con la inteligencia artificial como hilo argumental, permiten obrar esta suerte de milagro de la fotografía moderna. Al menos, milagro entre los dispositivos móviles que llevamos en el bolsillo.