En nuestro país hay alrededor de cuatro millones de personas con especial vulnerabilidad de cara a conseguir un empleo digno, según un reciente estudio de Accenture. Bajo esta categoría se incluyen tanto a las personas en paro de larga duración, a aquellas en situación de precariedad laboral y a los hogares con menos ingresos o condiciones especiales que dificultan su inserción laboral, como son algunas minorías o grupos demográficos.
Esta cifra demuestra no sólo que esta problemática es un tema de interés general, sino que también pone encima de la mesa la necesidad de tomar medidas estructurales que faciliten las condiciones para que el crecimiento de la economía española se traslade a los que más necesitan de esos brotes verdes.
La aproximación a este problema no es sencilla, y por ello gobiernos, ONG y un largo sinfín de asociaciones están trabajando con intensidad en paliar aspectos tan diversos como la formación básica, la superación de las barreras sociales o la integración de grupos habitualmente rechazados en el tejido laboral, como los de etnia gitana.
Un maremágnum de iniciativas entre las que encontramos a la Fundación Accenture. Esta entidad, que cumple ahora su 15º cumpleaños, lleva los dos últimos centrada en llevar la tecnología al epicentro de la discusión por la empleabilidad de las personas con más vulnerabilidad de la sociedad española. Y lo hace, además, abordando tanto las necesidades directas de los propios ciudadanos afectados como de las organizaciones sociales que han de prestar apoyo a estos colectivos.
Como explica Ana Millán, directora de la Fundación Accenture, "tratamos de abarcar todas las necesidades que percibimos, como la falta de visibilidad sobre la demanda laboral, la falta de metodologías o el acceso a recursos tecnológicos tanto para la formación como para la gestión de los propios programas de integración social". Así pues, en los últimos dos años la Fundación Accenture ha puesto su foco en la extensión de las capacidades digitales a estos entornos.
En primer lugar, creando una plataforma cloud -Juntos por el empleo- en la que las entidades disponen de 22 apps básicas para su actividad. "Ya tenemos unos 8.950 técnicos conectados de 848 entidades sociales distintas", añade la directiva. En segundo lugar, incorporando herramientas y estudios que permitan conocer el impacto de la transformación digital en los trabajos, así como facilitar a todos estos socios metodologías como Emplea+ digital para desarrollar "habilidades prelaborales, ampliamente demandadas, como la capacidad de comunicación, el cumplimiento de normas, la autoconfianza o unas bases digitales", explica Ana Millán.
Pero más innovadores si caben son los usos que en Accenture están dando a la analítica de datos aplicada a esta problemática, entendiendo las variables sociodemográficas y geográficas que afectan a la tasa de empleabilidad, haciendo prospección de la demanda laboral a medio plazo en una determinada zona y mercado o predecir el mejor itinerario formativo para cada usuario combinando multitud de datos y fuentes.
Realidad virtual e inteligencia artificial para lograr empleo
La Fundación Accenture -colaboradora habitual de entidades como Cruz Roja o sus homónimas Tomillo, Entreculturas o LaCaixa- también está incorporando las últimas innovaciones a la formación de estos colectivos. Por ejemplo, con experiencias de realidad inmersiva para entrenar a camareras de piso ("recreando experiencias que no se pueden reproducir con la misma intensidad en la vida real") o haciendo que las entrevistas previas a los ciudadanos se transcriba automáticamente mediante un sistema de escucha inteligente y tecnologías de procesamiento del lenguaje natural.
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