Los restos de obra tienen una nueva vida con MatMap
La economía circular llega a la construcción de la mano de esta startup que ha desarrollado un marketplace para reutilizar desde azulejos, a puertas pasando por cerámicas antiguas
9 julio, 2018 12:00Cuando uno pasa por una casa o un edificio en obras es habitual ver al lado un contenedor especial para residuos de construcción. Palés, azulejos, cableados, piezas de hormigón… la cantidad de residuos que genera una reforma es enorme. Y, muchas veces, acaban tirándose elementos que todavía están en buen estado. ¿Y si hubiese una forma de vender esas baldosas de nuestra antigua casa para evitar el desperdicio y, además, ganar algún dinero con su venta?
Esa idea es la que convierte en realidad MatMap, una startup alicantina que ha desarrollado un marketplace para conectar empresas y particulares que ya no necesitan determinados materiales con profesionales creativos o compañías capaces de aplicarlos de nuevo al sector de la construcción.
Si ya vendemos en Wallapop muebles, lámparas o instrumentos de cocina que ya no gastamos. ¿Por qué no hacer lo mismo con las baldosas hidráulicas de un piso antiguo? “Está muy de moda el Do It Yourself aplicado a la construcción. Hay gente que lo hace por temas estéticos y otros que tienen una gran conciencia de sostenibilidad”, explica María Martín, CEO de MatMap. Y ese último es precisamente uno de los argumentos más fuertes de su propuesta: la economía circular.
“Trabajamos a nivel local e intentamos minimizar así los costes de transporte”, añade la fundadora del proyecto, que ha sido seleccionado este año por Lanzadera, la aceleradora del empresario Juan Roig para impulsar su modelo de negocio.
El catálogo de materiales incluye desde piedra y hormigón hasta cerámica pasando por productos de madera o metal. En general, se trata de materiales de construcción descatalogados sobrantes o procedentes de demolición. “Son materiales perfectamente útiles y aplicables a cualquier obra”, explica la CEO. “Hay materiales que cuando se recuperan se emplean para el mismo uso pero también hay gente muy creativa que, por ejemplo, con una serie de puertas hacen un decorado de pared. Tenemos también rejas de forja que ya no se fabrican así. Son materiales totalmente únicos, especiales, y hay un gran público que lo sabe valorar”, relata la joven emprendedora.
Los almacenes de derribo tradicionales son sus aliados en este proceso y en su web incluyen una muestra de todos los materiales que tienen a la vente. “Cuando un cliente pide algo concreto también podemos buscarlo y servirlo directamente”, cuenta Martínez, ya que también disponen de un servicio de asesoramiento.
Aunque ahora la plataforma trabajaba sobre todo con profesionales el futuro pasa por abrirse a particulares que no sólo quieran elementos concretos de construcción, sino que también puedan ofrecerlos. “Lo ideal es llegar a un edificio antes de se haga la demolición y tomar fotografías de los elementos que se vayan a derribar para poner en valor los materiales antes de que se extraigan y venderlos incluso antes de que se hayan retirado”, explica la CEO.