“El usuario debe saber si está hablando con un humano o con una máquina”
La vicepresidenta de bots e IA de Sage, Kriti Sharma, defiende un enfoque ético de la tecnología
21 agosto, 2018 07:00El usuario debe saber si está hablando con un humano o con una máquina”. La cita es de Kriti Sharma, vicepresidenta de bots e inteligencia artificial (IA) de Sage. Su empresa se ha propuesto “invisibilizar” la contabilidad para 2020. ¿Cómo? Echando mano de la inteligencia artificial. Eso sí, no de cualquier forma. “Si cada vez más los algoritmos van a tomar decisiones, debemos asegurarnos de que siguen unos valores”, destaca a INNOVADORES. No son sólo palabras, la compañía ha creado un código ético para que los cerebros digitales no se pasen de la raya.
El trabajo de Sharma se basa en la necesidad. “Las pymes pierden 120 días al año únicamente haciendo tareas administrativas”, comenta. Sage asume este reto como oportunidad y apuesta por la tecnología para automatizar este trabajo. “Creemos firmemente que la inteligencia artificial abre una nueva revolución industrial para los negocios”, indica. “Existe mucha confusión alrededor, la gente piensa que los robots van a conquistar el mundo, gracias a Hollywood”. Pero la experta ve la inteligencia artificial como un catalizador de la productividad empresarial.
Sage ha apostado por los chatbots como meca de esta tecnología. En 2016, lanzó el primer bot conversacional de contabilidad del mercado, Pegg, que ya usan 20.000 clientes en todo el mundo. Sharma tiene claro que el éxito del producto pasa por la combinación de diferentes tecnologías. “Si, por ejemplo, solo usas procesamiento del lenguaje, la máquina únicamente contestará aquello para lo que ha sido entrenada”, dice. Su equipo, sin embargo, aplica varios sistemas como el lenguaje natural, el machine learning o la automatización. Todo ello es posible gracias a la nube, en concreto a la de Amazon Web Services (AWS), que "ha agilizado increíblemente el despliegue de modelos de aprendizaje automático, simplificando y agilizando el proceso".
Aunque, si por algo se caracteriza el modelo de inteligencia artificial de Sage es por su enfoque ético. “Nuestros chatbots no fingen ser humanos”, afirma. “Debemos ser muy transparentes”. Y para conseguirlo, la multinacional ha publicado un código moral que guía todos sus desarrollos tecnológicos. Un código que se resume en cinco principios muy sencillos.
El primero es que la inteligencia artificial debe reflejar la diversidad de los usuarios a los que sirve. “Necesitamos crear una IA diversa de forma innata”, dice el documento. La empresa promueve el desarrollo de mecanismos efectivos que se encarguen de filtrar prejuicios y sentimientos negativos en los datos de los que la IA aprende y asegurar que la tecnología no perpetúa esos estereotipos.
El segundo principio es que la inteligencia artificial debe ser responsable. “Hemos aprendido que los usuarios construyen una relación con la IA y empiezan a confiar en ella después de unas pocas interacciones significativas”, señala la compañía. “Con la confianza, viene la responsabilidad”, añade. Sage entiende que la IA necesita ser responsable con sus acciones y decisiones, igual que los humanos. “No debe permitirse a la tecnología ser tan lista como para no tener responsabilidades. Si no aceptamos ese tipo de comportamiento de otras profesiones expertas, por qué la tecnología debería ser una excepción”.
La tercera regla consiste en premiar a la IA por mostrar su funcionamiento. Para que la máquina no aprenda de malos ejemplos y utilice diversos sets de datos, la compañía apuesta por desarrollar mecanismos de recompensa en su entrenamiento.
Sage también defiende que la IA debe nivelar el terreno de juego. Esta tecnología provee nuevas oportunidades para democratizar el acceso a la tecnología, especialmente por su habilidad para escalar. La tecnología de voz y los robots sociales ofrecen soluciones accesibles, especialmente para personas con problemas de visión, dislexia o movilidad limitada. “Nuestra comunidad de negocios tecnológicos necesita acelerar el desarrollo de estas tecnologías para nivelar el terreno de juego y ampliar el talento disponible tanto en la tecnología como en la contabilidad”.
Por último, aunque la inteligencia artificial reemplazará, también creará. “En contabilidad, lo que va a cambiar es la naturaleza del trabajo”, concluye Sharma.