El Corredor Báltico 5G ya es una realidad. El ministro letón de Transportes, Uldis Augulis, y el estonio de Emprendimiento y Tecnologías de la Información, Rene Tammist, pusieron este viernes la imagen de la firma de un memorando de entendimiento para hacer oficial su lanzamiento, en el curso de la Conferencia Báltica 5G Techritory, celebrada en Riga (Letonia).
El corredor Báltico, auspiciado por la Comisión Europea, alcanzará "desde Helsinki hasta la frontera polaca", en palabras de Roberto Viola, director general del organismo DG Connect de la CE.
Se trata de un recorrido de norte a sur, por la ruta E67, que tendrá plena cobertura de la naciente red 5G, para lograr "una circulación más fluida, rápida y segura, y en el futuro, autónoma" con el coche conectado, según Juris Binde, presidente de la teleco LMT. La compañía letona de telefonía se coloca al frente del impulso de la nueva tecnología de comunicación bajo el lema El futuro es sólo móvil.
La carretera dotada de la nueva red de comunicación (no se señaló fecha específica para empezar a funcionar) servirá, a partir de 2025, como modelo para "otros futuros corredores en Europa", dijo Viola. Entre los primeros habrá uno "en la península Ibérica". No especificó más detalles.
La ruta E67 es un eje que une las tres capitales bálticas, Tallin, Riga y Vilna. Añadir Helsinki a la ecuación es un aceptable recurso de leve exageración política, ya que la capital finlandesa está separada de Tallin por unos 90 kilómetros de mar Báltico. Un recorrido para el que existen opciones de ferry, que enlazan Escandinavia con las carreteras de todo el área Este de la Unión Europea, sin tener que pisar territorio ruso.
¿Qué es un corredor 5g?
El concepto del Corredor 5G consiste en establecer la infraestructura para la plena cobertura de la ruta, en una cooperación transfronteriza. Los automóviles y vehículos de transporte que circulen podrán utilizar la red 5G para intercambiar datos entre ellos y con los puntos informativos de la propia carretera, alimentados estos a su vez por sensores, los datos de otros vehículos y las instrucciones de gestión de la vía con informes meteorológicos, de circulación y de incidencias.
De este modo, aprovechando al límite la alta capacidad de transporte de datos del 5G y su ínfima latencia, los autos podrán recibir información en tiempo real de todo lo referido a la ruta, además de un flujo de datos estable y suficiente para otros usos como noticias, entretenimiento en streaming, conexión y videojuegos online, disponibles para los dispositivos de diversos ocupantes del coche.
El objetivo a medio plazo es crear una infraestructura de transporte totalmente conectada y segura para la circulación de vehículos autónomos, sin conductor. Y esto incluye la circulación de mercancías y de turismos, en una zona geográfica que se caracteriza por padecer condiciones climáticas muy duras durante una buena parte del año.
La primera implantación de un sistema de transporte inteligente transfronterizo está en línea con la idea de la European Gigabit Society, propuesta por la Comisión Europea como parte del Mercado Digital Único (el marco normativo que el pasado año abolió el roaming para los móviles). La idea primaria es conseguir conexiones de un Gigabit en todas las áreas urbanas, carreteras principales y líneas de ferrocarril.
El proceso de cooperación entre los tres Estados bálticos implica el intercambio de conocimiento para crear una red homogénea. El proyecto contará con financiación facilitada por los programas europeos para infraestructuras, al igual que los futuros corredores 5G que empezarán a desarrollarse en 2025.
Ahora sólo falta que empiecen también a fabricarse esos coches conectados con sus sensores y conexiones 5G que aprovecharán la vía en primera instancia. Y, luego, los coches robóticos que podrán recorrerla con plena seguridad sin intervención de un conductor humano.