En plena revolución digital, cuando todas las miras parecen puestas en Silicon Valley, China o Singapur, un inusitado polo de innovación surge en el corazón de Europa. Se trata de Francia, país que desde la llegada de Enmanuel Macron a la Presidencia ha enarbolado esta bandera como prioridad nacional. Palabras que, a su vez, se sustentan en hechos palpables que sitúan a París como la capital comunitaria -como permiso de Estocolmo- con el ecosistema emprendedor más pujante del momento.
Antaño conocido por ser un país con enormes trabas burocráticas a cualquier cosa que se antojara novedosa (el poder de los sindicatos, sin ir más lejos, es extraordinario, con un código laboral de más de 3.000 páginas), ahora Francia se posiciona como un eje central en temas claves de la revolución tecnológica como es la inteligencia artificial. Ejemplos como el de Station F, la mayor incubadora de startups en torno a esta clase de herramientas, han conseguido atraer las miras incluso de gigantes como Facebook o Google.
La germana SAP ha anunciado inversiones de alrededor de 2.500 millones de dólares en I+D dentro de las fronteras de nuestro vecino común. Y algunas de las startups surgidas en los lares comienzan a formar parte del selecto grupo de unicornios (aquellas con valoración superior a 1.000 millones). Es el caso de BlaBlaCar, la popular app para compartir coche, que tras su fundación en 2006 ya está valorada en más de 1.400 millones de dólares.
También las cifras macroeconómicas reflejan este buen momento del ecosistema digital en tierras galas. Así pues, las startups francesas captaron 2.565 millones de euros de financiación durante 2017, según CB Insights, quintuplicando el valor desde 2013. Además, el número de operaciones ha pasado de 513 en 2016 a 743 durante el pasado ejercicio, un 45% más. Aunque todavía está lejos de las naciones líderes en estas lides dentro del Viejo Continente (Reino Unido -10.860 millones de dólares- y Alemania -4.760 millones-), son datos envidiables y que no pueden pasarse por alto.
De hecho, y recuperando las estadísticas de CB Insights de las que ya nos hicimos eco en INNOVADORES, Berlín y Barcelona están perdiendo protagonismo en la arena innovadora en favor de Estocolmo y la capital gala. Esta última es, además, de los polos de innovación con un mayor crecimiento en los últimos cursos a escala mundial, incluso por encima del rendimiento mostrado por Pekín, Tokio o Nueva York.
Miras hacia Iberia
Tal despegue del ecosistema digital en Francia también ha tenido su particular traslación al mercado español, en ambas direcciones de la ecuación. No en vano, entre 2008 y 2017 el número de empresas españolas implantadas al norte de los Pirineos ha crecido un 68%, con alrededor de 40 implantaciones patrias en aquellos lares. En el sentido inverso, más de 2.000 empresas francesas han elegido la Península para su expansión internacional. Y aunque estas cifras no son exclusivas de la industria digital, buena parte de ellas responden a la imagen que tenemos de startups.
La propia Embajada Francesa en Madrid apoya este crecimiento conjunto entre ambas naciones. En un reciente evento, el French Tech Days, la icónica residencia del embajador galo en la calle Serrano sirvió de telón de fondo para conectar a una veintena de startups foráneas con inversores y grandes corporaciones españolas. Una muestra más que representativa de la innovación que llega desde nuestros vecinos y que, fundamentalmente, corrobora la apuesta decidida de Francia por la inteligencia artificial, especialmente enfocada al sector retail (uno en el que este país ha sido históricamente más fuerte, con gigantes de la distribución como Carrefour o grandes firmas de moda y lujo).
Es el caso de Quable (dedicada a la automatización de la publicación de productos en repositorios de varios canales de venta, la cual trabaja con ETAM o Auchan, entre otras marcas), Vectaury (que propone cookies en el mundo real para personalizar la experiencia de los consumidores; algo en lo que ya creen Carrefour, Sephora, Puma, Mcdonald's o H&M) o Toucan Toco (visualización de datos, con 90 clientes entre los que se cuentan los concesionarios Renault o supermercados de Carrefour).
También dentro del campo de la inteligencia artificial nos encontramos con casos de éxito franceses que ahora planean su aterrizaje en España como la startup Botfuel (que ha creado chatbots para el Correos galo o BlaBlaCar), Deepidoo (que permite controlar todos los elementos de una tienda física desde un panel de control remoto, desde el olor hasta lo que se muestra en las pantallas de los hoteles Marriott o las tiendas de Lacoste), Skapane (predicción de datos contra el fraude) o Lumapps (una intranet social con tres millones de usuarios ente Google, Auchan, Airbus o Logitech). Pero existe vida más allá de la IA, como demuestra la expansión de Teach on Mars (formación mediante gamificación) o Xee (que ayuda a Bridgestone y Midas a liberar los datos de los coches conectados).