Más de 4.500 empresas, 270.000 metros cuadrados de exposición y 180.000 profesionales. Esos son los números de impresión que maneja el CES de Las Vegas, primera cita en el calendario tecnológico del año que por Reyes regala innovación en lugar de roscón. Y este año, bajo el Belén, hemos recibido menos gadgets pero, a cambio, hemos visto ha sido mucha inteligencia artificial, bastante de coches conectados y hasta una televisión que desaparece cuando no la estamos usando. Este es el futuro cuántico, enrollable, inteligente y conectado que cobra vida hoy.
"La inteligencia artificial tiene que volverser verdaderamente inteligente y no ser una mera extensión de la computación", decía Peter H. Diamandis, cofundador de la Singularity University, ante el aluvión de noticias que se avecinaba en este CES. Y parece que sus palabras han tenido calado en la industria, que se ha afanado en mostrar soluciones inteligentes mucho más maduras que un año atrás desde el entorno doméstico (Samsung Bixby o LG ThinQ) hasta la conducción autónoma o el enorme ecosistema que algunos asistentes virtuales, como Amazon Alexa o Google Assistant están creando en torno a sus dispositivos.
La robótica tampoco ha pasado desapercibida en este contexto de adopción acelerada de la IA, con más de 60 empresas presentes en un nuevo pabellón dedicado en exclusiva a esta tecnología y en el que, a los sospechosos habituales, se unieron nombres tan variopintos como el fabricante de tractores John Deere, Segway o Yamaha.
Coche conectado
Una muestra más de que el CES hace tiempo que dejó de ser una feria de consumo es la presencia destacada del mundo del motor en prácticamente cada rincón de Las Vegas. Sin ir más lejos, Qualcomm (que antaño usaba esta cita para anticipar sus chips para móviles) ahora presenta atractivos cockpits conectados, donde los paneles táctiles del salpicadero del coche ofrecerán experiencias completas tanto en materia de seguridad (conexión y análisis de la información procedente de todos los sensores y cámaras a bordo), entretenimiento y gestión del vehículo.
Según Patrick Little, vicepresidente de Automoción en Qualcomm, el 75% de los coches vendidos en un lustro serán conectados, frente al 30% actual, y en dicha democratización tendrán mucho que decir la incorporación de la manida inteligencia artificial, la conectividad mediante 5G -no sólo de los vehículos con servicios cloud, sino entre coches y entre coches, viandantes e infraestructuras- o las interfaces "más naturales" de voz y gestos para controlar cada parámetro del automóvil.
Tampoco uno se esperaría la presencia de Bosch, gigante germano de los componentes en el sector automotriz, en una feria como el CES. Pero nada más lejos de la realidad: la firma ha subrayado su compromiso de que todos sus productos incorporen la inteligencia artificial para dentro de una década, para lo cual expandirá su equipo de expertos en la materia de los actuales 170 a 400 en los próximos años. Por el momento, estas capacidades avanzadas pasan por conceptos como los sensores contextuales o el acceso al coche sin llaves, mediante una huella digital. Y, por supuesto, por el mantenimiento predictivo o la apuesta por servicios de movilidad compartida o de información en tiempo real sobre temas como los puntos de recarga para coches eléctricos que prometen formar parte de nuestras vidas cotidianas en muy pocos años.
Computador cuántico
Más rompedor si cabe es el anuncio de IBM, que ha aprovechado la ocasión para dar un golpe cuántico en la mesa de la innovación. Y es que el Gigante Azul ha lanzado Q System One, el primer sistema de computación cuántico comercial, el cual incorpora la última generación de procesadores de la empresa, ingeniería criogénica para alcanzar sus gélidas temperaturas. Accesible desde IBM Cloud, ya existe un sistema integrado de esta índole instalado en su centro de investigación Thomas J. Watson, accesible a las organizaciones miembro de la Q Network, como explica a INNOVADORES Chris Nay, portavoz de IBM en computación cuántica.
La guerra de la TV
Pero aunque las tornas hayan cambiado, la electrónica de consumo también ha tenido su protagonismo en el CES, con la sempiterna pugna entre LG y Samsung por el reinado de los televisores. Si bien fue Samsung la que saltó primero a escena, mostrando sus avances en TV con la prometedora tecnología micro-LED (aunque portavoces de la firma reconocen que su principal ventaja, el poder construir pantallas personalizadas, de cualquier tamaño y disposición, no tiene aplicación comercial próxima), sería LG la que atraería las miradas en Las Vegas con su televisor enrollable: un dispositivo de gran formato que se esconde en su base y puede regularse en altura para las diferentes necesidades del día a día. Se desconoce, eso sí, su coste y si llegará a España este mismo 2019.
En los chips está la magia
El CES 2019 también demostró como la batalla en los chips de procesamiento está más viva que nunca. Mientras AMD sigue enfocada en conseguir sistemas de apenas siete nanómetros, Intel finalmente ha dado el paso comercial a los chips de 10 nm con nuevos procesadores para PC con este tamaño, dentro de la familia Ice Lake.