La doble personalidad de un gigante europeo como SAP
Ronda sus máximos históricos en Bolsa, pero se enfrenta a la salida de directivos y a dudas estratégicas
13 mayo, 2019 07:00Hace apenas cinco años, SAP era una compañía de la que muchos dudaban incluso sobre su mera supervivencia: era una compañía monoproducto (ERP, del que dependían el 80% de sus ingresos), llegaba tarde al mercado cloud y su batalla por disputarle el reinado de las bases de datos a Oracle con HANA parecía cuanto menos un suicidio, cuanto más una locura.
Casi un lustro después, la situación de la mayor empresa tecnológica europea es muy curiosa. SAP ronda actualmente sus máximos históricos en Bolsa (115 euros se llegó a cotizar un título de la firma hace unos 15 días) y la compañía asegura contar con 200 millones de usuarios de sus soluciones cloud. El objetivo ambicioso que Bill McDermott ha fijado es el de 20.000 millones en facturación asociada a la nube para el año 2023.
Y, por el camino, sus bases de datos HANA no han logrado el éxito esperado (superar o al menos disputarle el liderazgo a Oracle, quedándose incluso fuera del 'top 10' según la clasificación por la que optemos), pero tampoco parecen ser un camino sin salida: los alemanes esperan que el número de instalaciones de esta tecnología se dispare en los próximos cursos debido tanto al crecimiento orgánico con nuevos clientes como, muy especialmente, gracias a la migración masiva que SAP ha realizado de todos sus productos y servicios cloud (incluso los procedentes de aplicaciones) hacia HANA.
Un proceso que, como ha reconocido el cerebro de la casa, Hasso Plattner, tenía que haberse cerrado en apenas tres años, pero que al final ha costado más de lo debido: aún faltan algunas últimas herramientas por migrar para ser completamente independientes de Oracle y compañía.
La reconversión a la nube y esta batalla por las bases de datos no ha sido sencilla para SAP que, al igual que la propia Oracle o IBM, pasa por una profunda transformación interna, en la cual algunos de sus grandes líderes (Robert Enslin Bjoern Goerke, Bernd Leukert o Rich Heilman) han optado por bajarse del barco.
Y, entre medias, Bill McDermott mantiene un doble discurso, una doble personalidad que oscila entre el reconocimiento de las dificultades ("no somos una empresa perfecta, pero tratamos de ser la mejor versión de nosotros mismos") con la ambición desmedida ("representamos el futuro brillante, vamos a ganar"). Y de nuevo de lo gris ("el camino no siempre nos ha sido fácil") a la gloria ("la carretera es larga y no tiene límites").
El siempre lúcido Plattner apela a su vez que espera que SAP "ofrezca mejores productos en el futuro", reconoce que la empresa "tiene un problema en la interfaz de usuario, que da asco" y que "estamos ante un momento de inflexión como en el año 95". Ahí es nada.
Hana para rato
Ante las dudas que en los últimos meses han surgido sobre el futuro de las bases de datos HANA, SAP ha querido dejar claro que confía a muerte en esta técnica. "Veo mucho potencial en HANA para abordar el mercado de las BBDD con una visión integrada de los clientes", decía McDermott. "La integración es la base de la economía de la experiencia".
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