Vivimos instalados en la cultura de la imagen y consumimos más contenidos que nunca. Junto a la televisión convencional, van ganando terreno otros modelos que se salen del circuito tradicional. En 2018 el 62% de los internautas tenía algún tipo de suscripción de pago, frente al 51% del año anterior, según el informe anual Televidente Now! 2018 elaborado por The Cocktail Analysis. Esto incluye tanto plataformas de contenidos de video streaming, como Netflix o HBO, así como el mercado de la televisión por internet, como Movistar+ o Vodafone TV.
El acceso a una oferta mayor, y el hecho de que haya que pagar por ella, ha provocado que el nivel de exigencia de los usuarios haya subido. Uno de los ejemplos más mediáticos han sido las quejas, que vertieron muchos de los seguidores de la serie Juego de Tronos, tras la emisión del tercer capítulo de la temporada final. Era demasiado oscuro para disfrutar de los detalles de uno de los episodios determinantes de la trama. Pocos podrán recordarlo porque las condiciones en las que lo vieron en sus casas no eran las más adecuadas.
“Cuando llevas la tecnología hasta el límite para hacer algo espectacular, puedes encontrarte con que el resto de la cadena de distribución no está preparada para que la intención inicial del director se refleje en el resultado final”, explica Guillermo Niño, director de Broadcast y OTT de Dolby para el Sur de Europa de Dolby en Europa. “La parte positiva de esto es que pone en evidencia cuál es el valor de la tecnología y cuáles son los puntos flacos que existen ahora mismo”, añade.
Niño fue uno de los participantes de una sesión en las instalaciones que Deluxe Spain tiene en Madrid. Esta productora de contenidos audiovisuales es uno de los eslabones de esa cadena que ya ha empezado a trabajar con Dolby, tanto en la parte de tratamiento de la imagen, con Dolby Vision; como del sonido, con Dolby Atmos.
Juanjo Carretero, director técnico de Deluxe Spain, explica que para conseguir ese nivel de calidad, lo que se hace desde el punto de vista técnico es preservar toda la captación del HDR (High Dynamic Range) y mantenerla durante toda la cadena de postproducción. “La diferencia con otras tecnologías es que se añaden metadata que permiten ajustar las luces y el color de cada uno de los planos”.
Esta última característica también está empezando a ser aprovechada por marcas como Panasonic. “El reto de los fabricantes es optimizar sus productos para que el usuario en su casa pueda disfrutar de las mismas sensaciones que experimentaría en una sala de cine”, apunta durante el encuentro Jordi Rincón, responsable de marketing en Iberia de la compañía japonesa.
Para conseguir que todos los integrantes de la cadena trabajen de la misma manera, “Dolby entrega un kit de desarrollo con las indicaciones sobre cómo hay que tratar la imagen en el proceso de postproducción y reproducirlo en la pantalla”, apunta Niño. En septiembre Panasonic saca al mercado un televisor –el modelo GZ2000– fabricado siguiendo estos estándares.
Los resultados podrán verse dentro de poco en el salón de casa. Mientras que esto ocurre, lo mejor para disfrutar de una escena oscura en nuestro actual televisor es apagar todas las luces e intentar seguir la trama de la historia, aunque se nos escape algún detalle.