Un maniquí robot habla por el móvil y usa un PC.

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Tecnológicas

Un juzgado chino condena por copiar un artículo escrito por un robot periodista

Da la razón a Tencent y sostiene que el texto escrito por su sistema de inteligencia artificial Dreamwriter muestra originalidad y no puede ser copiado sin autorización

16 enero, 2020 12:00

El lento proceso para adecuar la legislación y la jurisprudencia a los desafíos de la revolución digital acaba de vivir un episodio de enorme trascendencia y precisamente en China, el país que durante muchos años, sobre todo tras su incorporación a la Organización Mundial de Comercio, ha representado la vulneración de la propiedad intelectual por antonomasia. Un juzgado de la ciudad china de Shenzhen ha sentenciado que las obras generadas por la inteligencia artificial son susceptibles de protección vía copyright, según informa la web ecns.cn.

El proceso judicial se inició a raíz de la demanda presentada por el gigante tecnológico Tencent contra Shanghai Yingxun Technology Company, una plataforma de información sobre préstamos online, a la que acusó de copiar sin autorización un artículo que había escrito su robot Dreamwriter, un sistema automatizado de redacción de noticias basado en algoritmos que Tencent creó en 2015.

La sentencia apenas condena a Shanghai Yingxun Technology Company a pagar unos 200 euros dado que eliminó el artículo copiado tras la presentación de la demanda de Tencent, pero lo relevante del caso es el razonamiento jurídico que sustenta el fallo. Así, según ecns.cn, el tribunal afirma que la forma de expresión del artículo se ajusta a los requisitos del trabajo escrito y el contenido mostró la selección, análisis y juicio de la información y los datos relevantes del mercado de valores. Los jueces sositenen que la estructura del artículo era razonable, la lógica era clara y tenía cierta originalidad.

El debate sobre la protección de la propiedad intelectual de las obras creadas por inteligencia artificial ha ganado creciente importancia en el último año, conforme emerge una IA de Propósito General (AGI) autodidacta, que puede ser entrenada para que empiece claramente a producir resultados creativos. Existe la sensación de que el sistema de patentes está en jaque porque la legislación actual no permite que la inteligencia artificial registre una invención porque entiende que solo la persona física puede crear. Y eso es especialmente relevante en un país como China que está utilizando la protección intelectual vía patentes como una nueva muralla para competir en innovación.