Félix Monedero, actual líder de SAP en España, definía en D+I al gigante del software empresarial como "una startup de 50 años porque dedica el 16% de su beneficio a I+D". Y a tenor por la puesta en escena de su congreso anual (Sapphire, este año celebrado en varias ciudades del mundo, entre ellas Madrid), parece que ese espíritu ha impregnado en el seno de la enseña.
A ritmo de clásicos de rock y con una flamante Ducati sobre el escenario, SAP trajo a la capital española las proclamas de la digitalización. Envueltas, además, en un halo de urgencia y otro de confianza: dos pilares esenciales en un momento de transformación tecnológica como el actual y en los que la multinacional quiere hacerse fuerte.
"Las empresas enfrentan grandes desafíos por el tremendo ritmo de cambio, la" falta de sostenibilidad y transparencia o las disrupciones experimentadas en la cadena de suministro", explicó Manos Raptopoulos, presidente de SAP para el sur de EMEA. "Y cuando las empresas buscan transformarse para responder a estos desafíos, quieren hacerlo rápido y con alguien que les de confianza", añadía a renglón seguido Scott Russell, miembro del comité ejecutivo y líder de Customer Success en la misma casa.
Una velocidad que llega directamente de la mano de la nube pública, como es menester. En esa transición, el programa RISE with SAP es la propuesta de esta casa para ayudar a las empresas a migrar sus herramientas financieras, de recursos humanos o de gestión empresarial (ERP) a estos nuevos entornos. Eficiencia, ahorro de costes y reinvención de los propios procesos de negocio son solo algunos de los motivos que impulsan esta iniciativa.
Se trata además de un primer paso hacia el futuro que Manos Raptopoulos ya traza para el software de esta multinacional: conseguir un ERP autónomo. Aunque hablamos de un futuro más presente de lo que nos gustaría admitir: en estos momentos ya cosecha más de 120 escenarios de inteligencia artificial, con más de 450 integraciones nuevas sólo en 2021 y más de 300.000 API que permiten conectar estos sistemas con otras aplicaciones corporativas.
La nueva generación que se va abriendo paso en esa confluencia de nube y autonomía -basada sobre su Business Technology Platform- encontramos importantes derivadas paras los negocios. Según promete SAP, una reducción en costes operativos de la empresa del 5% más respecto a los actuales sistemas. Y si sumamos el tercer elemento en la chistera de la compañía, la conexión de diferentes organizaciones en redes empresariales, los fundamentos que guían la digitalización parecen sólidos.
De Madrid a Bolonia
Esa moto sobre el escenario no era un elemento decorativo al uso; tampoco que fuera de la icónica marca Ducati. SAP y la casa italiana han sellado un acuerdo estratégico que, más allá de las implicaciones en términos de publicidad y marketing, implica la migración a la nube del ERP con que el fabricante de motocicletas opera su día a día.
De hecho, la unión entre ambos nombres comenzó a raíz de un incidente técnico, como bien recordó Claudio Domenicali, CEO de Ducati, en Sapphire: "Un día uno de mis directivos me dijo que el SAP no estaba funcionando y ahí fue cuando comencé a introducirme y conocer más las implicaciones de este software. El equipo técnico lo resolvió en unas pocas horas pero ahí fue donde comenzó una relación de confianza y amistad". Con el salto a la nube, Ducati busca seguir fortaleciendo su sistema de producción flexible, que le permita personalizar las motos a medida de sus clientes para, así, aumentar el valor medio de cada una de los 65.000 vehículos que comercializa cada curso.
De Bolonia, a Madrid. El mismo alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, participó en el congreso de SAP para explicar el "proyecto estratégico para la ciudad" que se ha puesto en marcha junto a esta multinacional del software. De nuevo, la nube es protagonista, en tanto que se han llevado a este modo de despliegue las herramientas financieras, de recursos humanos y de impuestos. Un proyecto que, más allá de su ambición intrínseca, guarda más valor en tanto que fue puesto en marcha al comienzo de la pandemia, con las dificultades añadidas que trae consigo.