Que alguien como Ricardo Labarga, que lleva desde 2009 al frente de Dell en España y desde 1999 en la compañía, afirme que estamos ante el momento más emocionante de la era digital no es moco de pavo. Lo dice con conocimiento de causa de un sector que domina a la perfección y con el buen rendimiento de su enseña como prueba.
"Ha sido nuestro mejor año en resultados, tanto a nivel internacional como en España. Hay crecimiento en todas las áreas, y eso para una empresa como la nuestra, que juega en prácticamente todos los puntos de la cadena de valor, es fundamental", introduce Labarga en conversación con D+I.
Aunque no ofrece datos locales, el ejecutivo sí que recuerda que estamos viviendo una particular era dorada del sector tecnológico. Incluso pese a que ya ha pasado parte del furor derivado de la pandemia, que obligó a adoptar el trabajo híbrido y muchas soluciones en la nube a marchas forzadas. E incluso, también, a algunas sensaciones dispares a escala global.
"Es verdad que si miramos el mercado mundial hay una cierta desaceleración, pero lo veo más como baches puntuales que tienen más que ver con regulaciones naturales del mercado tras la covid o la racionalización del gasto en la parte del puesto de trabajo. Pero la necesidad de digitalización es un imperativo en las empresas y eso no va a cambiar en los próximos meses", detalla.
Labarga admite que "todo lo relacionado con la incertidumbre mundial no ayuda a la economía y, tampoco, a la industria digital. Pero no podemos hacer nada ni con la guerra, ni con la inflación. Lo único que podemos manejar es lo que controlamos. Y las empresas saben que si no toman decisiones de inversión se pueden quedar fuera del mercado cuando pasen estas dificultades".
Pregunta: ¿Hasta qué punto es trascendental la digitalización en el seno de las empresas en un momento como el actual?
Respuesta: La relevancia la vemos cuando tenemos conversaciones ya no con el CIO, sino con los consejos de administración en su conjunto. Cada día hablo con gente que tiene más interés en estos temas y que es más exigente en el conocimiento sectorial de cada área. Y en esas conversaciones tenemos ocasión de compartir la relevancia de las Tecnologías de la Información, del riesgo de los ciberataques o la ventaja competitiva como elemento diferenciador de sus competidores. Porque está claro que las empresas que no inviertan en digitalización en este momento acabarán por desaparecer en los próximos años.
P: ¿Qué es lo que frena a las empresas en este camino?
R: Hay muchas barreras que la pandemia ha derribado, porque se ha demostrado que la tecnología es un factor ya no de ventaja competitiva, sino de supervivencia. La prueba la tenemos en cuando tuvimos a la gente trabajando en su casa: muchas compañías se dieron cuenta de que toda su potencia está en herramientas que debían ser llevadas a todos los entornos, con su respectiva seguridad. Al menos desde el punto de vista de la digitalización, la pandemia ha servido para hacer una intensa labor de divulgación y concienciación sobre la importancia de la tecnología.
P: ¿Qué puede hacer Dell para posicionarse en este contexto?
R: Al final nos tenemos que centrar en lo que podemos influir, que es estar cada vez mejor posicionalmente de cara a nuestros clientes y seguir creciendo en aquellas industrias en que estamos presentes. También ganar más confianza en los clientes que ya tenemos para que utilicen más líneas de productos. En última instancia, ejecutar la estrategia que marca la compañía a escala global.
De hecho, y como dice Michael Dell, somos los únicos que podemos preguntarle a un cliente en qué le podemos ayudar y ofrecerles todos los productos, teniendo una opinión formada en cada una de las áreas de preocupación de las empresas. No quiere decir que sea la mejor o la que vaya a contratar, pero podemos dar esa opinión en todos los puntos de interés.
La transición al modelo como servicio
En ese sentido, Dell está inmersa en una profunda transformación -al igual que otros de sus rivales- para adaptar su cartera de productos a un modelo de consumo como servicio. Una propuesta natural del software de nuevo cuño pero que cada vez cobra más peso en el segmento de hardware y que, en el caso de la enseña que dirige Ricardo Labarga, tiene nombre propio: Proyecto APEX.
"Es un modelo que empezamos a implantar en Estados Unidos y que se ha ido expandiendo a otros mercados como el español a medida que vamos viendo un mayor interés. Ya estamos vendiéndolo en la parte de cómputo, en la de puesto de trabajo o en la de almacenamiento, backup y recuperación de datos", explica el directivo. "Estamos replicando este modelo en nuestro país y preparando ofertas que sean flexibles y que se posicionen también a través del canal de distribución que actualmente tenemos".
Labarga reconoce que el peso del proyecto APEX es "relativamente pequeño" tanto en volumen de negocio como en el grueso de su portafolio que está disponible en suscripción: "Hay segmentos en que no tiene sentido y en otros, como los servicios, donde ya es algo intrínseco. Y también hay que entender las necesidades de las empresas, que buscan solucionar sus problemas y para ello necesitan no sólo la solución, sino también una capa de implantación y una consultoría previa. Lo mismo sucede con la amortización de muchas infraestructuras ya desplegadas, que en algunos casos resulta clave en la situación económica de las compañías".
Ese mismo razonamiento es compartido con la migración a la nube pública en la que muchas organizaciones están inmersas actualmente. "La mayoría de las grandes nubes que estamos viendo son privadas, que es una forma de dar el servicio y de ser capaz de facturar por servicios, pero sin apostar por los hiperescalares. Pero en muchos casos el coste o los límites regulatorios no compensan el cambio", admite el ejecutivo, que presume de las capas de orquestación y de plataformas para integrar, de extremo a extremo, los distintos elementos de la cadena de valor de las empresas.
Ciberseguridad y 'edge'
Hay dos temas más en la agenda que no podíamos obviar en la conversación con Ricardo Labarga, acontecida en sus oficinas de la capital: la ciberseguridad y la apuesta por el 'edge computing'.
Empecemos por lo primero, cómo Dell entiende la ciberseguridad: "Tenemos una posición muy importante en el principio de todo, en lo que atañe al diseño de los equipos. Desde hace mucho tiempo ya poníamos candados especiales en los servidores para que no se pudiera acceder físicamente a ellos. Hasta ese punto trabajamos el diseño desde la parte de seguridad, con especial hincapié en la recuperación de los datos y el backup. Y también nos centramos mucho en todo lo que está por debajo del sistema operativo, en la BIOS, para evitar que se puedan siquiera iniciar los servidores si hay cualquier tipo de amenaza. Y en la prevención con los servicios".
Adentrándonos en el segundo de los aspectos, el 'edge computing', Dell está además de lanzamiento, con el reciente anuncio de su proyecto Frontier. Una búsqueda de la abstracción en la gestión para abordar el universo de centros de datos distribuidos que harán posibles muchos casos de uso como la realidad virtual que se une a los esfuerzos que, recuerda Labarga, ya se han hecho para perfeccionar y miniaturizar las capacidades de computación de Dell que ya montan muchos de los equipos en el extremo que ahora buscan su lugar.
La incertidumbre con VMware.
Dell fue, hasta tiempos recientes, la dueña de VMware. Tras la desinversión en esta enseña, el proveedor de soluciones de virtualización está a punto de ser adquirido por Broadcom en una operación que ha despertado numerosos temores en clientes de todo el mundo y rumores de despidos y frenos en la inversión en I+D. Le preguntamos a Ricardo Labarga por la compleja situación de su antigua filial, con la que comparten proyectos de desarrollo conjuntos y una gran cantidad de clientes.
"Es complicado hablar del tema hasta que esté cerrada la operación y Broadcom tomará las decisiones que tenga que tomar con VMware. Cómo derivará todo es una incógnita para todos, pero nosotros tomamos la decisión correcta al firmar un acuerdo de colaboración a cinco años vista para mantener nuestras inversiones conjuntas en innovación, compartiendo conocimiento de ingeniería de forma prioritaria", explica.