Esgrimir el uso de los datos como abanderados de la digitalización de la economía puede parecer manido, y lo es, pero no por ello menos cierto. La información que proporcionan sensores y diferentes dispositivos mejora los procesos y toma de decisiones de cualquier actividad. No hay industria que a estas alturas se resista a ello, ni siquiera las que a priori parecen más tradicionales.
El sector pesquero de nuestro país lleva tiempo trabajando en ello de la mano de Satlink. Esta empresa tecnológica española, que inició su andadura hace 30 años proporcionando comunicaciones vía satélite a embarcaciones pesqueras, lleva décadas acumulando datos sobre la actividad de las flotas, ahora también ampliadas a buques comerciales.
Esto les ha permitido sacar adelante soluciones para la industria marítima “de desarrollo propio, de las que proviene la mayoría de los 62 millones de euros de facturación registrada el pasado ejercicio”, ha recalcado su presidente, Faustino Velasco, durante un encuentro con la prensa.
Más datos, más inteligencia artificial
La velocidad de transmisión de datos mediante banda ancha satelital en alta mar se incrementó un 22% en 2022 respecto a 2021, según informe Observatorio sobre uso y tendencias de nuevas tecnologías en el sector marítimo-pesquero. Lo que ha facilitado en los últimos años la irrupción de la inteligencia artificial para el desarrollo de tecnologías ad hoc para el sector marítimo y una mejor toma de decisiones “informadas”.
Estas soluciones permiten, por ejemplo, elegir las mejores rutas para pescar teniendo en cuenta los datos oceanográficos o información sobre los fenómenos meteorológicos. Su aplicación permite disminuir el consumo de combustible hasta un 8%, según datos proporcionados por la propia compañía en la segunda edición del informe, y en consecuencia reducir las emisiones de CO2.
“Nuestro objetivo es convertirnos en referencia mundial del cuidado de los océanos a través de los datos. Tenemos la tecnología para hacerlo y la capacidad para generar esos datos”, ha afirmado Velasco.
Sus algoritmos (“que entrenamos día a día”), también hacen uso de la información que les proporcionan esas tecnologías de desarrollo propio que mencionaba el presidente de Satlink, principalmente sus boyas inteligentes y el observador electrónico (EM, por sus siglas en inglés).
Pesca controlada y con trazabilidad
Este tipo de boyas, cuyo uso se ha extendido por la mayor facilidad en las comunicaciones, son capaces de informar a los buques de la situación de los bancos de peces, además de su volumen y la tipología de las especies que lo conforman. “De esta forma, se evitan desplazamientos innecesarios, con la repercusión que esto tiene en las emisiones y en los costes de las operaciones”.
Asimismo, el observador electrónico graba en vídeo las prácticas que se realizan a bordo para evaluarlas posteriormente. El resultado: se tiene un mejor control de lo que sucede en el buque y del cumplimiento de la normativa, tanto de la actividad pesquera como de las condiciones laborales en el barco. Según el informe, la grabación de “días de mar” se incrementó un 21% en 2022 (25.950 días) respecto los 21.340 días de 2021.
Estas tecnologías, además, permiten además dar un paso más para garantizar algo que cobra progresivamente mayor relevancia en la actividad pesquera: la trazabilidad. “Saber cómo, cuándo y de dónde proceden las capturas ha pasado a ser una necesidad para asegurar la sostenibilidad de la pesca”, señalan desde de la compañía.
En Satlink cuenta con una base de datos ‘construida’ durante los últimos 20 años. En ella están registradas muchas especies marinas y más de una decena de biólogos monitorizan el trabajo. “Los océanos son los grandes desconocidos de nuestro planeta, a pesar de que ocupan el 60% de su superficie. Solo teniendo más información sobre ellos, nos permitirá cuidarlos mejor”, defiende Velasco.