Sean Robinson es el CEO de STIGA desde 2019. Procedente de Inglaterra, cuenta con una dilatada experiencia profesional que le ha llevado a ocupar roles importantes en distintos niveles de gestión en empresas internacionales y, ahora, la dirección de esta empresa italiana dedicada al mundo de la jardinería.
Con presencia en 84 países de todo el mundo y 16 filiales en Europa, esta multinacional está diversificando su hoja de ruta para abordar nuevas categorías de productos más ligados a lo digital. Como el cortacésped autónomo que, al igual que los coches sin conductor, anticipan el final de la intervención humana en esta tediosa tarea.
Robinson explica a D+I que la forma en la que el robot navega dentro del perímetro virtual, cómo es capaz de cuidar de la salud del césped y de facilitar la vida al usuario, es lo que diferencia a este dispositivo de otros competidores.
"El robot mapea activamente el jardín para decidir dónde y cuándo cortar, utilizando la tecnología patentada y predictiva AGS (Active Guidance System) que, en combinación con la tecnología GPS-RTKS (conexión de múltiples satélites), garantiza una precisión de hasta 2 cm y una señal fuerte y estable", indica el ejecutivo. "Todas las zonas del césped, independientemente de su tamaño (hasta 5.000 m2), se cortan con regularidad y precisión, evitando un corte excesivo al pasar varias veces por la misma área".
La innovación de esta firma también está ligada a las baterías que alimentan estos robots pero, también, muchas otras de las herramientas de jardinería que ya no dependen de los cables y enchufes para operar. En ese sentido, STIGA cuenta con un centro de I+D y producción en su sede central de Italia, en el que trabajan ingenieros mecánicos, electrónicos, de prototipos y pruebas y un agrónomo, además de técnicos y expertos en software.
"Hemos desarrollado e impulsado el sistema de baterías propio ePower que, no solo es potente, sino que también es inteligente. Las baterías ajustan constantemente la demanda de su potencia, para entregar la que la herramienta necesita, en función de la tarea a realizar", explica Sean Robinson. "Además, para conseguir que sean más eficientes, hemos optimizado y asegurado la posición individual de cada celda dentro de la batería".
"El mercado de la jardinería siempre ha sido relativamente estable, con una innovación tecnológica limitada. Sin embargo, en los últimos tres años se ha producido un cambio gradual e irrevocable, incluso en las grandes herramientas: de los motores de gasolina a las máquinas alimentadas por batería. Esto refleja un cambio fundamental tanto en la tecnología del producto como en la forma en la que los consumidores los utilizan", detalla el directivo. "La gente quiere herramientas que emiten mucho menos ruido, más ligeras, sin humos y fabricadas con los materiales adecuados. En otras palabras, nuevas máquinas que sean más sostenibles".
Plan a largo plazo.
Sean Robinson explica a este medio que STIGA ha establecido "un plan estratégico a cinco años" que ha implicado la reestructuración de la empresa y el fomento de algunas inversiones en I+D para apostar por los mentados robots autónomos y el negocio de las baterías, así como otros productos "especialmente en el segmento portátil y los riders axiales como Gyro".