"Antes, en cinco años cambiaba el mundo", dice Alberto Mingo, CEO del grupo Serban. "Ahora cambia cada cinco meses".

Dicho lo cual, organizar una jornada bajo el título 'Reimaginando el Espacio de Trabajo en la Era Digital', puede sonar un poco a ejercicio de adivinación. El título corto, más intrigante, era 'FuturEsencia'. 

La respuesta de Mingo a DISRUPTORES sobre la idea de hacer prospectiva de futuro, es que para eso cuenta en su empresa con el continuo reto de su "equipo de portafolio".

Ofrece "un ejemplo real: antes de que Apple sacara sus famosas gafas de realidad aumentada nosotros ya estábamos haciendo pruebas de cómo integrar aplicaciones empresariales en un dispositivo como ese. Tenemos la convicción de que, aunque no sean exactamente las de Apple, en algún momento eso va a ser un puesto de trabajo".

"Es sólo un ejemplo", prosigue. "Nosotros estamos probando continuamente tecnologías y adaptando a las necesidades presentes y futuras de los clientes lo que viene o está por venir. Y muchas veces, cuando no se adapta a lo que quiere el cliente, nosotros lo customizamos.

Adaptamos las herramientas al entorno del cliente y eso es parte de nuestro valor diferencial".

No obstante, también insiste en que lo primero, antes de asumir respuestas tecnológicas, es que ese cliente determine qué es lo que necesita, para hacer qué. "Hay que tener adaptabilidad, en un entorno híbrido, es puro darwinismo, pero no hay una solución que valga para todo". 

Una empresa de ingeniería

El grupo Serban, fundado en 2003 y lanzado hace una docena de años a la internacionalización en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos, es, según su CEO, "una empresa de ingeniería". Presume de llevar cinco años creciendo "a doble dígito".

Atiende a tres centenares de clientes en 22 países y de sus 250 empleados, "el 80% son ingenieros". Su tarea es acompañar a las empresas en la integración de tecnologías. Ayudarles a "superar los retos tecnológicos en un entorno muy cambiante por fenómenos como el covid, las guerras, la energía, la macroeconomía, la estanflación en Alemania, la recesión en China…".

Además, Mingo cita la ciberseguridad, la nube… Y la inteligencia artificial, por supuesto. "La IA está para lo que está. Nosotros orientamos la tecnología, no por la tecnología en sí, sino para las necesidades del negocio".

De modo que, para hablar del espacio de trabajo, que era el propósito de la sesión, empieza por establecer un catálogo de esas necesidades del negocio. Lo primero, la seguridad; luego, flexibilidad para adaptarse a los cambios; eficiencia operativa; adaptabilidad; recursos…

Panel en el que participaron Arrow y Capgemini.

En el capítulo de recursos incluye la cuestión del "talento", es decir, los empleados. Y eso "es un drama. La escasez de talento no viene porque haya menos, es porque la demanda es tan alta que no se pueden cubrir las necesidades".

Una cuestión en la que Paulo Valente, de Capgemini, interviniendo en el panel de expertos en la nube, aporta otro punto de vista: "Creo que hay muchísimo talento en el mercado, pero no estamos siendo capaces de identificarlo y buscarlo".

Otros sectores

"Muchos sectores están creciendo y ya no nos vale con simplemente intercambiar los cromos: yo iré a buscar una persona tuya, luego tú vienes a buscar una persona mía y nos estamos moviendo dentro del sector", añade Valente.

"Tenemos que ir más allá, pensar fuera de la cajita y ver que en otros sectores tienen gente que quizás quiere cambiar de rubro y ha desarrollado los skills que necesitas. Hay que dotar el puesto de trabajo con cierta innovación y creatividad. Tenemos que ampliar un poco el horizonte", asevera.

Su compañero de panel, Adrián Antón, de Arrow, añade que las empresas "son las personas" y como el número de profesionales es limitado, hay que "ayudar a adaptar las herramientas para maximizar el rendimiento".

Curiosamente, a lo largo de la jornada, la mayoría de los intervinientes se refirió frecuentemente a los empleados como "los usuarios"En lo que ambos panelistas coinciden, como responsables en la nube, es en elevar la cuestión de la seguridad al máximo condicionante del nuevo espacio de trabajo.

"Si no se los das, el empleado busca sus propios medios para realizar sus objetivos. No puede estar limitado por la tecnología", subraya Valente.

"Los departamentos de IT se sienten un poco a la carrera, corriendo detrás de lo que el empleado está tratando de hacer con alguna herramienta que quizás no es corporativa. Podemos tener un verdadero problema a nivel de seguridad", remarca.

Herramientas

"Para ayudar a que un empleado sea consciente de la necesidad de la empresa y utilice las herramientas que se ponen a su disposición, tienen que ir obligatoriamente acompañadas de formación, innovación, seguridad y, desde luego, de colaboración", sentencia.

En cuanto a la evolución del entorno de trabajo, Valente advierte del riesgo de entregarse en exceso a la IA en modelos LLM, gracias a que "es una tecnología que puede hablar a las personas en su propio idioma". Pero, alerta, no es una "herramienta para tomar decisiones, porque siempre dirá algo que ya aparece en su modelo entrenado".

Mesa en la que participaron los representantes de Mapfre, Serban y Flexxible.

Sí cree que producirá "un salto cuántico en productividad" si se pone a "las personas en el centro de todo" y aplicando lo que denomina "gestión de la experiencia de empleado. La percepción de las personas y el sentimiento de las personas, cruzándola con información técnica".

Raúl Valdivieso, de Mapfre Tech, participante en el segundo panel sobre equilibrio entre flexibilidad y control, invoca la mala experiencia de su propia compañía, por un "ciberataque grave", para establecer como premisa imprescindible que "la seguridad es lo primero. Todo lo que está expuesto a fuera debe tener la máxima seguridad y todos los accesos, monitorizados".

Su compañero de debate Dimitri Rico, CEO de Flexxible, afirma que "seguridad y automatización no se pueden separar, para que todas las medidas funcionen en toda la organización y en todos los dispositivos certificados".

Como se puede colegir hasta ahora, hay cosas que ya se dan por sentadas en el panorama actual del trabajo.

Lo primero, que el sitio desde el que los usuarios laboran puede ser su casa (o cualquier lugar del mundo), la oficina o alternando ambas opciones.

Lo otro que también se da por sentado es que los entornos tecnológicos sean híbridos, no sólo en el tipo de nube que se utiliza. Rico habla de "gobernanza híbrida" del entorno IT.

Control unificado

Javier Carrasco, de Serban, panelista en este apartado, sugiere que "no hay un modelo único de empleo", que la relación de la compañía con los empleados ha de basarse en "empatía y un modelo flexible".

En la tercera mesa de debate, Jorge Sánchez, de Nutanix, habla del trabajo con la nube, ahora que la motivación para usarla ya no es una cuestión "de moda". Reclama un "panel de control unificado, único, porque la complejidad crece exponencialmente. Una única consola es necesaria para facilitar el trabajo a los administradores de IT y el movimiento entre nubes. Y nada de tareas manuales para mover cargas".

Jorge Lorenzo, de HPE, plantea un regreso a lo sencillo, "back to basics", para que las empresas afronten la tecnología preguntándose primero qué necesitan y por qué. "Conocerte a ti mismo… y la tecnología será la que tenga que ser".

Según define Esteban Herrera, offering director de Serban, "el espacio de trabajo digital ha de ser un marco tecnológico en el que gestionar los dispositivos, de la empresa y privados, en un solo lugar, con un único punto de acceso, lo más seguro posible, que permita integrar soluciones de múltiples factores, pero biométricos. Virtualizar lo necesario, nada más, y robotizar los procesos". Su tarea actual es ofrecer a los clientes ese planteamiento, a través de lo que denomina SGX Revolution"soluciones como servicio", con cuatro apartados: cloud, cyber-protect, workspace y services.

Le preguntamos a Alberto Mingo si todos estos conceptos, un montón de opciones que parece en parte caótico, significa en realidad que el departamento de IT ha tomado el mando de las empresas y las organiza de arriba a abajo.

"Lo que hay es una hiperoferta de soluciones tecnológicas en el mercado. Hay muchísima innovación y muchísima inversión en innovación, tanto en el ámbito público como privado. Y hay que ponerle un poco de orden. Tiene que haber una figura integradora", responde. 

Empoderamiento y talento

En cuanto a la preminencia del departamento de IT, "no es un origen, es una consecuencia de que la tecnología ha tomado el control de nuestras vidas, prácticamente. Hace 15 años un banco atraía a sus clientes regalándoles sartenes o sábanas. Hoy compiten teniendo una app más amable, con más funcionalidades, siendo más ágiles y teniendo un acceso más cómodo".

"Los departamentos de IT se han empoderado, pero si uno mira el consumo de cualquier empresa del Ibex 35 [en tecnología], la inversión y el gasto de hace 10 años, igual se ha multiplicado por 100", añade.

"Ahora hay muchos drivers de cambio, las empresas necesitan flexibilizar la inversión que se termina convirtiendo en gasto. Nosotros hacemos eso por nuestros clientes, y esa es la capa financiera de nuestra propuesta de valor SGX".

Y qué pasa con los trabajadores, ese "talento" que se va fácilmente de unas empresas a otras. ¿No será que los sueldos que se pagan aquí no son muy allá? 

"A lo mejor España tiene un tiene un recorrido por delante para adaptarse salarialmente a otros países vecinos. Pero en comparación con otros, la cosa no está tan mal. Depende de con qué lo compares… Sí, es verdad que en España los salarios deberían adecuarse más a nuestro entorno de la Unión Europea", concede Mingo.

"Al final, lo que pasa en las empresas es que, como no hay mucho que hacer en la horquilla salarial, porque el mercado dicta cuáles son las circunstancias, las empresas tienen que buscar lo que llaman el salario emocional. Es decir, a igualdad de condiciones económicas, ¿qué empresa me atrae más…?".

"O que, en vez de un proyecto más excitante, ver quién me permite conciliar más con mi familia, vivir en un entorno que a mí me gusta más… Y ahí sí tiene que ver la tecnología", concluye Mingo.