Barcelona

Fue el momento dulce. Scott Russell, miembro de la junta ejecutiva de SAP, había empezado por advertir que "el azúcar es parte de la vida, pero también genera un increíble crecimiento económico".

Se refería a la actividad de la Royal Eswatini Sugar, compañía que explota dos tercios del azúcar de Eswatini (antes Suazilandia) y además produce 35 millones de litros de etanol, como combustible. Aún así, su responsable de IT, Rob Coombe, la presenta como "una pequeña empresa, con 6.000 empleados, que gestiona siete aldeas, colegios y clínicas…".

Añade Coombe que están en proceso de digitalización y acomodación en la nube pública, razón por la cual era uno de los clientes invitados por SAP a su evento Sapphire de Barcelona, y concluye que han conseguido una reducción de gasto en IT del 15%, con una mayor eficiencia en sus procesos.

"¡Es que tenemos una tecnología muy barata!", estalla de felicidad Russell, entre ovaciones de la audiencia.

Son cosas que pasan en este tipo de reuniones masivas, con casi 5.000 asistentes, cuando la organización acierta a presentar clientes agradecidos que, además, saben contar con gracia vicisitudes de cuando se vive en lugares remotos, a 70 kilómetros de la tienda más cercana, y se depende de camiones que de vez en cuando requieren una reparación. La nube parece acercarlo todo.

Puede ser también el caso de un productor de vinos español fundado en 1835 en Jerez de la Frontera, como González Byass. Su jefa de proyectos SAP, Elizabet Braza, cuenta cómo han optimizado, mediante reciclaje al 100% de cristal, plásticos y papel, procesos de embotellado y empaquetado. Al mismo tiempo, lidia con el impuesto al plástico, reemplazándolo todo lo posible en sus empaquetados por bioplásticos de caña de azúcar.

Su aportación al evento tiene que ver con la gestión de la cadena de suministros mediante RDP, que puede aplicar también a sus centros de producción en Chile y México. Sostenibilidad y eficiencia son las palabras clave de la sesión.

Casos de éxito

Y así, otros clientes como Beyond Gravity, Coop o Kone, van desgranando sus casos de éxito, estimulando a una audiencia empresarial que en buena parte ya podía conocer las novedades tecnológicas. SAP las había presentado una semana antes en el Sapphire global de Orlando.

Allí ya se contó, por ejemplo, el acuerdo de colaboración con NVIDIA para desarrollar el software AI Enterprise e integrar en SAP software de programación Omniverse, del fabricante de chips, para desarrollar interfaces o APIs especializados en, por ejemplo, traducir entre diferentes lenguajes de programación utilizados por desarrolladores de IA.

Todo ello, incidiendo en la principal novedad, que es, por supuesto, la inteligencia artificial generativa. SAP anuncia que la "incrusta y customiza" en todos sus procesos, aplicando las IAs generativas existentes en el mercado, a través de "Joule, que hace de copiloto para todo" en su plataforma tecnológica de negocios, según explica el CEO Christian Klein.

A Klein le planteó DISRUPTORES tres cuestiones específicas sobre Joule, esa IA propia de SAP, cuyo papel puede parecer de primeras un tanto confuso.

La explicación de que la plataforma "integra" otras IAs, como Copilot de Microsoft, Gemini de Google y así sucesivamente, a través de su IA generativa Joule, ¿es por qué Joule actúa como una especie de interface?

"Hay un montón de copilotos por ahí. Cada compañía tecnológica dice que el suyo es el mejor… y la diferencia es que cuando estás trabajando con el sistema de SAP no tienes que integrar el núcleo del copiloto que quieras usar. Puedes usar la herramienta fuera de la caja y no necesitas alguien de IT para integrarlo. Pero [Joule] no es un mero interface: [la IA ‘externa’] está profundamente integrada en nuestro producto", responde Klein a la que era segunda cuestión.

La primera fue sobre la capacidad de Joule para hablar idiomas. Ahora mismo sólo se expresa en inglés. Klein aclara que "muchos otros idiomas estarán disponibles en el tercer trimestre. Y a partir de julio el español será uno de ellos".

La tercera respuesta explica de dónde sale el nombre que SAP ha aplicado a su IA. Ese Joule se refiere a la unidad de energía que en español llamamos julio, que mide cantidad de energía o calor. Lo cual quiere sugerir que la IA "libera energía", apostilla la jefa de marketing Julia White.

Una de las charlas celebradas durante el evento de Barcelona.

La utilización del nombre en la física hace homenaje al británico James Prescott Joule, que en el siglo XIX investigó e hizo grandes aportaciones en el campo de la termodinámica.

En lo que se refiere a la IA llamada Joule, el máximo responsable de ingeniería de producto, Muhammad Alam, tiene algo que añadir: "Tenemos escenarios listos para utilizar, pero seguimos haciendo pruebas para verificar qué modelo grande de lenguaje funciona mejor, para seleccionar automáticamente el más adecuado, el que pueda producir resultados más fiables". Es parte de la misión de Joule.

Alam aclara que el concepto de "escenarios" no tiene nada que ver con la orquestación del flujo de trabajo específico de una compañía. "Es muy difícil aplicar IA a ese nivel", dice. Sobre la tarea general sugiere la necesidad de tener una "visión holística".

Lo que ofrecen los escenarios "son pasos", tareas concretas para la IA generativa.

"De los modelos de OpenAI, estamos trabajando con Microsoft Azure, porque ofrece mucha seguridad y privacidad. Tenemos que asegurarnos de que los datos de nuestros clientes no fluyen hacia el modelo público, o el de Microsoft. Y con otros modelos estamos haciendo lo mismo".

Afirma Alam que, en el desarrollo de APIs para conectar a sus clientes con las diferentes inteligencias, queda establecido el aislamiento de los datos propios y los requisitos de residencia que puedan tener. "Si hay que generar algún tipo de modelo con datos de clientes, se hace en nuestro sitio, sin contribuir con el modelo público".

50 escenarios

"Lo bonito es que integramos las aplicaciones de manera que el cliente no tiene que preocuparse de ello. Nos aseguramos de elegir la IA más adecuada en cada caso. Sólo ha de pensar en ello el cliente si está construyendo un escenario propio y necesita probar por sí mismo qué modelo da mejores resultados. Y no tiene que hacer contratos con diversas entidades", añade Alam.

Pero, inquirimos, el cliente debe tener entonces muy claro qué pretende conseguir. Que no siempre es fácil.

"Los escenarios con los que trabajamos están validados por los primeros clientes que los ha usado y nos han facilitado feedback. Ahora la mayoría puede, simplemente, consumirlos", asegura. La comunicación, a través de Joule, se hace en lenguaje natural.

Para aclarar un poco mejor a qué se refiere con ese concepto de escenarios, Alam pone un ejemplo sencillo: "Debes presupuestar un viaje y para ello necesitas visitar diversos sites, comparar cuánto pueden costar los vuelos y otras cosas. Ahora, le pides a un LLM que haga la estimación, sobre unas determinadas fechas, y lo resuelve. El cliente no necesita pensárselo. Si le vale el escenario, sólo debe usarlo".

"Tenemos unos cincuenta escenarios disponibles, y a final de año será un centenar, para el uso directo de nuestros clientes. Si les encaja uno, pueden usarlo. Y si necesita algo único, que no está entre esos cien, puede construírselo por sí mismo en nuestra aplicación. Tenemos cientos de clientes que ya están utilizándolos", añade.

Por otra parte, también subraya que SAP está construyendo "un modelo fundacional" de IA, que por cierto no tiene nombre asignado, "entrenado con datos de clientes" que lo han autorizado.

En el esquema que dibuja la compañía, de su plataforma tecnológica con inteligencia artificial, aparecen tres capas. En la base está ese modelo fundacional y en la capa intermedia las IAs generativas "incrustadas", con acceso a través de lo que denomina Generative AI Hub. La capa superior la ocupa el copiloto Joule, como controlador de todo.

Klein subraya que todo esto queda incluido en un solo contrato, el que cada cliente suscribe con SAP.

Philip Herzig, jefe de IA (el acrónimo de su cargo resulta curioso: CAIO), especifica que lo que pretende esa estructura es, un primer lugar dar "una ventaja directa a los clientes con una nueva herramienta".

"En segundo lugar", prosigue, "la primera capa [Joule] hace que no sea necesario contar con un científico de datos para obtener beneficio de la IA. Es la única plataforma que da acceso a todos los modelos de IA, con la mejor tecnología y la más barata".

Su tercer punto es la promesa de aplicar criterios éticos y responsables en este uso de la inteligencia artificial. SAP asume los principios éticos para la IA recomendados por la UNESCO.