Oficinas de VMware, en una imagen de archivo.

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Tecnológicas

Todos contra VMware: tras un 2024 de planificación, el próximo año podría ser el de la migración masiva

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VMware fue, durante un tiempo, la reina y señora de la virtualización, a su vez la tecnología de moda y la que permitía desligarse del hardware físico y gestionar las infraestructuras tecnológicas de una manera muy sencilla y flexible. Fue objeto de atención y mimo, la joya de la corona de Dell, hasta que el ritmo de innovación y su llegada tardía y con un papel residual a tendencias como la nube o los contenedores empezaron a atisbar un cambio de rol.

Dell Technologies escindió este negocio y le dio una independencia que duraría poco hasta que el coloso Broadcom decidiría hacerse con VMware en una adquisición que se fue encareciendo  hasta los 68.000 millones de dólares.

Y ahí comenzó una auténtica telenovela para clientes, partners y la industria tecnológica en su conjunto. Una que amenazaba con un auténtico tsunami de migraciones y que, por ahora, se mueve entre la negación por sistema de VMware a cualquier realidad y una cierta cautela por parte de las empresas afectadas.

Recordemos que el CEO de VMware, Raghu Raghuram, defendió en su primera entrevista en España -concedida a DISRUPTORES / EL ESPAÑOL- que la separación de Dell les permitiría una "mayor flexibilidad a la hora de hacer inversiones". Pero esta compra amenazaba con un escenario muy distinto: recortes y cambios drásticos en la política comercial para ganar margen a costa de sus clientes más pequeños.

Y es que Broadcom suele seguir una hoja de ruta muy clara con sus adquisiciones, como ha sido el caso: despidos masivos, sinergias casi obligatorias entre sus distintas filiales, agresividad en la propuesta comercial y un retroceso claro en sus estrategias de I+D+I. Algo que, desde un inicio y tal y como contamos en DISRUPTORES, preocupaba a muchos CIO españoles. Y sigue haciéndolo.

Hasta un 20% de migraciones potenciales

Las primeras voces de alarma públicas no tardaron en llegar. Incluso durante la propia adquisición, las autoridades de competencia de Reino Unido ya expresaron sus propias preocupaciones sobre un posible aumento de precios, la restricción a posibles competidores -hasta ahora socios- de VMware o el acceso a datos confidenciales de terceras empresas.

En abril, CISPE (un grupo que incluye a Amazon y las asociaciones empresariales de Bélgica, Francia, Países Bajos y Alemania) denunció ante la Comisión Europea que las nuevas políticas de licenciamiento de Broadcom estaban provocado incrementos de precios, restricciones en la reventa de licencias y agrupaciones obligatorias de productos.

Con todo ello, no era de extrañar que los analistas pronosticaran el desastre mayor. Forrester llegó a predecir que el 20% de los clientes de VMware podrían migrar sus soluciones en 2024 debido a estos cambios y a la incertidumbre generada por Broadcom.

HPE, Nutanix y OpenNebula: los ganadores

Ante este panorama, era fácil encontrar cuáles eran los ganadores de esta situación. De acuerdo a IDC, VMware lideraba a principios de año el mercado de infraestructura hiperconvergente (HCI) con un 40% de cuota, seguido de Nutanix con el 25%. Nutanix.

Esta firma ha aprovechado el descontento generalizado, lanzando promociones para facilitar la transición desde VMware. Presume además, como hacía en este medio Jorge Vázquez, director general de Nutanix en España y Portugal, de tener la retención de clientes más alta del mercado (por encima del 97%) "y la confianza de más de 26.530 clientes en todo el mundo". Síntomas opuestos a los que se viven en la otra acera.

Jorge Vázquez, director general de Nutanix España y Portugal.

Jorge Vázquez, director general de Nutanix España y Portugal.

Hang Tan, vicepresidente senior y COO de Hybrid Cloud en Hewlett Packard Enterprise, también quiere posicionarse en esta contienda. Durante el evento HPE Discover en Barcelona, el directivo hizo hincapié en el lanzamiento de sus propias capacidades de virtualización “para proteger la inversión de los clientes” ante el convulso escenario que se ha abierto tras la compra de VMware por parte de Broadcom.

Tampoco se esconden desde la española OpenNebula, creadora de una alternativa open-source a VMware que surgió como resultado de una investigación académica a ambos lados del Atlántico. Su fundador y CEO, Ignacio M. Llorente, confirma a DISRUPTORES que “VMware ha provocado una disrupción considerable en el mercado de la tecnología cloud, comenzando con su adquisición por parte de Broadcom, y seguido de cambios estratégicos que han afectado los términos contractuales, el modelo de licencias y la política de precios. Muchos usuarios han respondido a estos cambios sustanciales en los contratos adoptando estrategias de revirtualización; es decir, han comenzado la transición hacia soluciones alternativas para mitigar las deficiencias técnicas y reducir el riesgo comercial”.

Ignacio M. Llorente, CEO de OpenNebula.

Ignacio M. Llorente, CEO de OpenNebula.

Dado que María José Talavera, la responsable en España de Broadcom tras esta operación, declaró pública y recientemente que no se había perdido ni un sólo cliente con estos cambios, le pedimos a Llorente que nos corrobore esta información. La realidad, al parecer, es muy distinta: aunque no puede citar ejemplos españoles, sí tiene permiso para compartir con este periodista nombres que han dado el salto desde VMware a su plataforma en Estados Unidos (Encore Technologies y MX), Reino Unido (Beeks), Malta (EveryMatrix), Suecia (Dustin) o Alemania (CEWE).

La respuesta de los CIO españoles

Empero, a nadie se le escapa que el escenario apocalíptico que se planteaba para VMware y Broadcom no se ha producido o, cuanto menos, no a la escala que se presuponía a principios de año. ¿Por qué? ¿Han fallado las predicciones?

El diagnóstico no es tan sencillo. En conversaciones mantenidas con varios de los ejecutivos que forman parte de nuestra comunidad CIOS DISRUPTORES, los cambios de VMware siempre figuran entre uno de los temas más comentados. Y podría decirse que hay dos perfiles claros de CIO en este debate.

Por un lado, quienes ya contaban con numerosos servicios de VMware y a quienes los cambios de licencias incluso han beneficiado económicamente. Por otro, quienes cuentan con despliegues mucho más heterogéneos y que se ven forzados a adquirir nuevas capas que no les son de utilidad para poder seguir manteniendo sus actuales despliegues.

Son estos últimos los potenciales a migrar a alternativas como las antes mentadas. Si no lo han hecho ya, explican en los corrillos, es por la enorme dificultad de encontrar propuestas completas que cubran todas sus necesidades y, además, de planificar el proceso de integración necesario en despliegues extraordinariamente personalizados. Se trata de procesos costosos y complejos, que todavía están diseñando en conversaciones con consultoras y partners que les puedan acompañar en ese camino.

En otras palabras: el interés por salir del ecosistema VMware está ahí, pero escapar no es tan fácil como podía parecer en un inicio.

A ello hay que sumar otro factor que también reconoce Ignacio M. Llorente: la resistencia al cambio. “Tanto por parte del equipo técnico, debido a la familiaridad y el conocimiento profundo que el equipo ha adquirido a lo largo del tiempo con la plataforma VMware, como por parte de las empresas en general que prefieren quedarse con una solución que consideran probada y estable, evitando riesgos asociados con la adopción de nuevas tecnologías”.