Esos artilugios diabólicos que sirven para que te rompan el corazón en diferido, nos hagan un ghosting o pidamos comida a domicilio, también pueden tener otras funciones.
Cuántos sustos nos hemos llevado ya por culpa de un mensaje inapropiado, uno del que por error hemos sido el receptor, o unas líneas con una verdad rompedora. ¿Quién no ha deseado no haber leído nunca un mensaje de despedida?
¿Cuándo se terminó el romper en un bar o al salir del cine? Las lágrimas no se vierten en público, nadie dice lo que siente; se bloquea un número de un teléfono y ya está, así de fácil es hoy en día sacar a alguien de tu vida. Ya nadie dice las cosas a la cara…
Bien, esa misma tecnología con la que nos han dañado el corazón, el etéreo, puede ayudarnos a proteger el otro, el que es capaz de latir a mil por segundo si recibimos la mirada deseada, pero al que hay que cuidar. Dicen que se puede morir de amor, pero lo que sí sé con certeza es que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad en muchos países.
Ahora, nuestro teléfono va a ser capaz de detectar algunos factores de riesgo cardiovascular en personas sin síntomas. Una aplicación desarrollada por investigadores de tres universidades: Deusto, Valladolid y el Hospital Universitario de Cruces, detecta esos riesgos y alerta a la persona para que sea consciente de lo que está haciendo mal. Es una especie de Celestina del músculo cardíaco. Pero también es un chivato, porque puede guardar la información y soplársela a un médico, por si necesitamos un poco de presión extra para empezar a cuidarnos.
Este sistema incluye tres sensores que monitorizan el ejercicio que hemos hecho, qué hemos comido, la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal, la saturación de oxígeno y la presión arterial.
Cuando alguien me cuenta que sufre porque no le han contestado a una llamada o a un mensaje, yo siempre digo lo mismo, la no respuesta es un mensaje en sí mismo, sólo hay que querer leerlo. Entonces, ves que se le rompe el corazón, que se quita esa coraza de acero y deja su piel expuesta, donde casi puedes ver latir cada esperanza, casi ves escaparse cada sueño que ya nunca ocurrirá.
Y en esto de la innovación, como en el amor, cada ejemplo cuenta, cada prueba sirve, y cada cita nos da experiencia, aunque algunos se empeñen en no aprender nada. En este caso las pruebas se han hecho con 30 voluntarios, y como veis, se ha aprendido. Si me tienes que decir algo, me lo dices. Quedemos, veámonos. Siempre decimos que una imagen vale más que mil palabras, pero hablando de sentimientos, no, un emoticono no sustituye un "Te echo de menos" ni un "Te quiero". Si es para eso, ahórrate megas, no necesito que me mandes algo que ha hecho otro, aquí lo que buscamos es la innovación.