Ilovebelove hace que las redes de pesca en desuso vuelvan al mar convertidos en prendas de ropa.

Ilovebelove hace que las redes de pesca en desuso vuelvan al mar convertidos en prendas de ropa.

La tribuna

Piensa globalmente

2 agosto, 2018 07:00

Los fondos marinos están llenos de basura, es una realidad difícil de reconocer pero aún más difícil de negar, como el cambio climático o la contaminación lumínica.

Las imágenes que vemos de mares impolutos son marketing, puro retoque para las redes sociales. La realidad es que miles de animales se enganchan cada día en redes de pesca abandonadas en los fondos marinos y mueren de inanición. Tortugas, focas -piensa en tu animal marino favorito y lo incluyes en la ecuación- nadan por los mares del mundo con “collares” de plástico enganchados en sus cuerpos.

Somos nosotros los que pagamos cantidades impensables para ver corales o tiburones en destinos paradisíacos y somos nosotros, los seres humanos, los que contaminamos su mundo. También somos los responsables de abandonar bolsas de plástico en las playas, de tirar botellas de plástico por la borda y de olvidar llevar encima una bolsa de tela para ir a hacer la compra.

Recuerdo que son reutilizables, baratas y hasta bonitas, y por lo tanto, son una forma fácil de evitar consumir ese veneno maleable tan difícil de eliminar. Un material como el plástico, que puede tardar más de un siglo en degradarse, tiene que reutilizarse.

Almería, tan reconocible desde el aire por sus kilómetros de invernaderos cubiertos de plástico, podría empezar a ser conocida por su nuevo concepto del reciclaje. La empresa local Ilovebelove hace que las redes de pesca en desuso, esas que durante años ayudaron a los pescadores a capturar las presas deseadas, vuelvan al mar convertidos en prendas de ropa.

Estamos en el siglo de lo vintage y el reciclaje. El mundo está cambiando y hay que adaptarse a él y adaptar los productos no perecederos para darles otra vida. Si estamos siendo capaces de cambiar los cánones de belleza y la forma de comunicarnos, seguro que somos capaces de ir más allá.

Así, estos emprendedores almerienses transforman la fibra de las redes de pesca de la zona en licra con la que hacer bikinis y bañadores. Se diseña allí y se fabrica allí. Piensan en global, pero actúan en local. Pero no son los únicos que creen en la moda sostenible, cada vez son más empresas las que consiguen hacer negocio con productos ecológicos y sostenibles. Los barceloneses AllSisters y Sur/Sac han seguido el mismo camino.

Un mundo diferente surgirá de ideas diferentes. Nadie dijo que los cambios sean fáciles, pero yo creo que es mejor no tropezar dos veces con la misma piedra.

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