Las tecnologías exponenciales se pueden definir como aquellas tecnologías que permiten el cambio a una velocidad acelerada. Esta transformación del mundo como lo conocemos se está viendo facilitada por la reducción de costes y los progresos sustanciales en áreas tales como la potencia de computación, el ancho de banda y el almacenamiento de datos.
De todas las tecnologías exponenciales este ha sido sin lugar a dudas el año de la inteligencia artificial. Algunas de las áreas que más inversión externa han recibido en empresas enfocadas en inteligencia artificial incluyen el aprendizaje automático, la visión computarizada, el procesamiento del lenguaje natural, los vehículos autónomos, la robótica avanzada y los asistentes virtuales.
Estamos todavía en la infancia de las tecnologías exponenciales y la inteligencia artificial, pero lo que está empezando a quedar claro es que, si los datos son la gasolina moderna, la inteligencia artificial es el motor que moverá la economía del futuro.
Peter Diamandis, cofundador de Singularity University, explicaba en una entrevista de mediados de este mes que no somos conscientes de lo rápido que está cambiando el mundo. Según Diamandis, cada uno de nosotros disponemos de mayor poder computacional que el poder que tenía todo el departamento de defensa de Estados Unidos hace veinte años.
Diamandis está convencido de que en la próxima década podremos extender la vida humana unos 20 años. Desde que en el año 2016 se completó la secuencia del genoma humano diversas empresas están desarrollando tecnologías que nos permitan alcanzar este reto.
Las nuevas economías y la bajada de los costes de la mayoría de los bienes y servicios están cambiando nuestra forma de consumir. Según Diamandis, un vehículo autónomo de Uber será cinco veces más barato que poseer un vehículo en propiedad. Ya es frecuente hablar de la economía compartida o colaborativa, la economía de acceso, la economía bajo demanda y la economía de plataformas tecnológicas. Ahora mismo podemos decidir comprar un vehículo o usar diferentes propuestas como las de Uber, Blablacar, Car2go o Lime para cubrir nuestras necesidades de movilidad.
Las personas están siendo mucho más rápidas en la adopción de las tecnologías exponenciales en comparación con las empresas privadas y el sector público. Estas diferencias en las velocidades de adopción se pueden incrementar en los próximos años.
Las empresas tienen problemas para adoptar las tecnologías exponenciales debido a retos relacionados con la cultura y estructura, temas regulatorios, restricciones de talento y estilos de liderazgo de sus directivos.
Las tecnologías exponenciales incluyen, además de la inteligencia artificial, tecnologías como computación en la nube, materiales avanzados, biotecnología, blockchain, ciberseguridad, diseño digital, almacenaje de energía, energías renovables, nuevas generaciones de computación, internet de las cosas, realidad virtual, realidad aumentada y mixta, dispositivos ponibles, reconocimiento de gestos…
La tecnología está provocando un efecto de convergencia acelerada. A medida que la tecnología continúe creciendo de forma exponencial, las interacciones entre los diferentes subgrupos de la tecnología crearán oportunidades sumamente interesantes.
Innovation Concept: cambio acelerado
El cambio acelerado es el incremento en la tasa de progreso tecnológico que producirá cambios más rápidos y profundos en el futuro. En 1965, Gordon E. Moore señaló que cada dos años se duplica el número de transistores en un microprocesador y, en 2001, Raymond Kurzweil planteó la ley de rendimientos acelerados para describir un crecimiento exponencial del progreso tecnológico que nos llevará a una singularidad tecnológica. El concepto de singularidad se remonta al siglo XVIII, con Nicolas de Condorcet, y fue desarrollado por autores como John von Neuman y Stanislaw Ulam en los años cincuenta, y por Vernor Vinge en los 80.