Me encanta aprender, aunque ya ha pasado un tiempo desde que dejé de ser un “estudiante”. Es por ello por lo que, hace unos meses, estaba tan emocionado de volver a la escuela. Aunque no era la típica clase que conocemos. St Martin’s School en Nairobi (Kenia) está situado en el centro del área de Kibagare. Es una zona donde la pobreza, el abuso de sustancias y las enfermedades tienen un fuerte impacto entre la población. Pero, también es un lugar donde se está produciendo un cambio profundo para ayudar a mejorar.
Fue mi tercer viaje a la escuela, en la que estuve acompañado por mi familia y un grupo de compañeros de Salesforce, dedicando una semana de "tiempo libre voluntario" remunerado para ayudar en este cambio.
Lo más gratificante y lo que realmente hizo que este viaje destacara respecto al resto fue constatar que un grupo de gente diversa, motivada y con talento pueden realizar un gran trabajo cuando el propósito es el correcto y se ha establecido un plan. Me recordó a mi vida laboral - el papel vital de las empresas como un increíble impulsor del cambio. Y el hecho de que nuestro deseo de cambiar el mundo puede ser mucho más fuerte cuando la compañía para la que trabajas te apoya en ese viaje.
Desde su origen, Salesforce ha tenido la visión de ser un tipo de empresa diferente. Nuestros fundadores se comprometieron a lo que llamamos el modelo 1-1-1: devolver a la comunidad el 1% de nuestro tiempo, producto y beneficio. Es la premisa que guía todo nuestro modelo filantrópico, y es lo que me dio la determinación y el impulso en St Martin para apoyar a una comunidad necesitada. Y me sentí realmente conmovido por la cantidad de empleados de Salesforce que me acompañaron.
Hoy día, la gente quiere algo más que un incentivo financiero en su trabajo. Un reciente informe de PwC - Workforce of the Future - reveló que el 88% de los jóvenes desea trabajar en una empresa cuyos valores reflejan los suyos propios. Y estos millennials constituirán el 75% de la fuerza laboral mundial para el año 2025. Para atraer el mejor talento tenemos que demostrar cómo nuestras empresas afrontan los problemas del mundo, por qué es importante y que pueden hacer los empleados al respecto.
Construyendo un movimiento
Puede que Salesforce haya sido pionera en este modelo, pero está claro que la pasión por devolver a la sociedad ha crecido mucho más allá de los muros de nuestra empresa. El compromiso del 1%, (Pledge 1%) que se basa en nuestro modelo 1-1-1, se ha convertido en un movimiento global que tiene como objetivo crear una nueva normalidad en la que la donación se enmarque en el tejido de empresas de todos los tamaños desde sus comienzos. Más de 5.000 empresas de 80 países se han comprometido a cumplir el compromiso del 1% y esperamos que muchos más lo hagan.
A nivel mundial, desde que Salesforce se fundó en 1999, ha concedido 200 millones de dólares en becas, 2.6 millones de horas en tiempo de voluntariado y 34.000 organizaciones sin ánimo de lucro están usando tecnología Salesforce, bien a través de donaciones o con especiales descuentos. Piense en lo que podríamos lograr si a esto añadimos las compañías que se han unido al programa Pledge 1% así como todas las compañías en las que trabajamos o dirigimos.
Durante mi semana en St. Martin, pude ver el efecto de esto en persona. Nuestra contribución como equipo creó un impacto real y duradero para la comunidad: el proyecto de agua demostró que un nuevo pozo era crítico; el club de periodismo descubrió y guió a muchos talentos ocultos de la escuela secundaria; se crearon cuentas de correo electrónico para todas las niñas de la escuela secundaria, y se formó a estudiantes y profesores en conceptos básicos de codificación. También tuvimos un contacto individual con 300 estudiantes y grabamos mensajes para sus padrinos.
Si esto es lo que se puede hacer en una semana, entonces el Día Internacional sin ánimo de lucro (National Nonprofit Day) es el día en que todas las empresas deberían considerar su compromiso social y pasar a la acción.
Miguel Milano, presidente Salesforce Internacional