Nuestra solución para proteger cultivos mediante IoT está cada vez más definida. Vamos tachando días en el calendario y cada vez queda más cerca el crash test con el Ayuntamiento de Abu Dabi. Este modelo de reunión está muy extendido en el ecosistema emprendedor y toma su nombre de las pruebas de seguridad en la fabricación de vehículos (¿os acordáis de los míticos “test dummies”?). Se trata de una presentación de 30 minutos en la que debemos mostrar nuestro prototipo al resto de equipos de la incubadora, mentores y, por supuesto, el cliente, junto con unos resultados preliminares.
Esos 30 minutos incluyen preguntas y respuestas, por lo que debemos ser breves, concisos e ir al grano. Todo ello, para destacar las fortalezas del prototipo y descubrir los puntos más débiles que debemos mejorar. Hemos barajado distintas soluciones posibles y finalmente hemos apostado por utilizar sensores de temperatura. La razón es eminentemente práctica: son los que suponen un coste más bajo.
Es una característica muy importante cuando hablamos de IoT, porque para que un proyecto sea viable, los dispositivos deben ser de bajo coste: si no, no podrás escalar el modelo y cubrir, en nuestro caso, un gran número de palmeras de dátiles. Nuestro enfoque consiste en instalar dos sensores de temperatura en el prototipo, para que uno de ellos mida la temperatura interior de la palmera, y el otro mida la temperatura ambiente, y posteriormente se envíen estos datos a la nube de Sigfox.
Nos hemos apoyado en un estudio de la escuela King Faisal University de Al-Ahsa, en Arabia Saudí, que relaciona la diferencia de temperatura entre una palmera infectada y una sana. Según sus datos, se puede observar que tras más o menos 20 días, las palmeras infectadas muestran una temperatura interior bastante más elevada de lo normal (del orden de 2 grados o más, según el nivel de infestación).
La causa es que las palmeras infestadas pierden su sistema de enfriamiento, y por la tanto su temperatura interior aumenta. Con ese margen de 20días, si se obtienen los datos a tiempo, el agricultor podría tener suficiente capacidad de reacción para actuar, desinfectar la palmera en cuestión y salvarla.
Esta es nuestra propuesta. Tras sobrevivir al crash test, el siguiente paso será perfeccionar nuestro dispositivo, aumentando su precisión y reduciendo su consumo energético… teniendo en cuenta que queda poco más de un mes para finalizar la Hacking House y presentar nuestra última implementación.