El mercado laboral es un fiel reflejo de lo que está ocurriendo en el conjunto de la sociedad. El espejo de un momento de cambio a una de las mayores escalas que se recuerdan desde que tenemos uso de razón. Un antes y un después para la manera de trabajar y relacionarse en este entorno que repercutirá en una nueva manera de crear familias, emplear personas, consumir productos o servicios y entender la vida.
Este período genera mucha incertidumbre, dado que el ser humano, por naturaleza, tiene miedo al cambio. Se suma que, a corto plazo, tendremos una nueva etapa de recesión, o eso afirman organismos como la Reserva Federal estadounidense o el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas perspectivas son menos halagüeñas para el músculo trabajador debido a que la OCDE asegura que el 14% de los empleos actuales son fácilmente automatizables. Una cifra que se estima afectaría a entre 75 y 375 millones de personas, tal y como aseguran en sus estudios desde McKinsey Global Institute.
Sin embargo, esto no debe ser una señal de alarma ya que el mercado está trabajando en la necesidad de dar trabajo a toda esa masa laboral, enfocándose hacia nuevos sectores, trabajos y mercados, principalmente relacionados con la tecnología. Tal es su capacidad de adaptación que el 65% de los estudiantes actuales se desarrollará profesionalmente en un puesto de trabajo que todavía no existe. Esto supone un reto mayúsculo para el sector educativo, que debe demostrar su capacidad para moldearse y reenfocarse mucho más rápida y eficazmente que años atrás.
Trabajos sostenibles y tecnológicos
Entre los nuevos mercados que se abren, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) avisa que la sociedad se encamina hacia una economía verde. Eliminar residuos y minimizar el impacto de la contaminación, así como restaurar ecosistemas, podría abrir 60 millones de nuevos empleos en los próximos años. Algo similar a lo que sucede en sectores como la economía rural -para contribuir al desarrollo sostenible y al crecimiento económico- o la economía del cuidado -el envejecimiento de la población requerirá un total de 269 millones de puestos de trabajo para la próxima década-.
La tecnología es el principal catalizador del cambio laboral. Sin embargo, a pesar de lo que muchos piensan, la innovación es el motor de la transformación laboral y digital. La robótica, la inteligencia artificial, el blockchain y otras tendencias no tienen como finalidad la destrucción del empleo sino la reestructuración del mercado. Los empleos que se queden obsoletos serán reemplazados por nuevos puestos de trabajo que generarán estas tecnologías por lo que la eficiencia laboral y la empleabilidad mejorarán en consecuencia.
Hay que ser conscientes de la evolución que ha tenido el empleo a lo largo de la historia gracias a la innovación, a las revoluciones industriales y a las nuevas tecnologías. Sólo conociendo nuestra ‘historia de empleo’ y aceptando el cambio como algo natural podremos adaptarnos y evolucionar hacia una sociedad donde la tecnología esté siempre al servicio de las personas.
José Luis Gugel, es socio director en The Key Talent