Es indudable que el nuevo coronavirus ha creado una alerta social al nivel de otras grandes epidemias como la del Ébola no hace tantos años. A pesar de que los profesionales mantienen que no se trata de una dolencia excesivamente letal, el alto número de infectados en la China continental ha encendido todas las sirenas en un mundo cada vez más conectado... incluso hasta el punto de servir de excusa para la cancelación del Mobile World Congress de Barcelona, la mayor cita tecnológica que alberga el Viejo Continente. 

Pero esa telenovela, que tiene a los operadores, la GSMA y muchos fabricantes como protagonistas, no es lo que motiva esta columna. Y es que, como con cualquier oportunidad que genere interés masivo, el coronavirus también se está propagando por los sistemas informáticos de todo el globo. O, mejor dicho, está sirviendo de gancho para favorecer la expansión de otras ciberamenazas bien conocidas por las compañías de seguridad.

El aviso sanitario ha llegado de la mano de un informe publicado por Proofpoint. En su análisis, esta casa ha detectado una ronda de campañas que utilizan mails con supuesta información sobre el coronavirus (en la mayoría de los casos, utilizando titulares alarmantes o, directamente, tirando de bulos sensacionalistas) para propagar las infecciones de Emotet y de AZORult, del keylogger AgentTesla o de NanoCore Rat.  Se trata de una amplia variedad de amenazas que, en última instancia, buscan el robo de credenciales personales y financieras, tanto de usuarios finales como, especialmente, de compañías. En ese sentido, el documento tambén alude a la creación de páginas web falsas de Office 365 o DocuSign que se sirven del coronavirus para hacer que los incautos curiosos presten su información a los criminales.

Las campañas, aunque detectadas en todo el planeta, parecen haber tenido un foco muy claro en determinadas direcciones. Por ejemplo, los ciberataques relacionados con el coronavirus han afectado especialmente a compañías de transporte y logística, aunque también al vertical industrial, energético o educativo. Por países, obviamente Japón (vecina natural de China y donde existe gran preocupación entre la sociedad) y Estados Unidos han sido los mayores destinatarios de estos envíos, aunque destacan también otras naciones más sorprendentes como Australia o Italia. En cualquier caso, y aunque no sea novedoso, siempre resulta curioso cómo los criminales aprovechan el miedo humano para sus temibles fines. Ese sí es el verdadero virus.