Decía Nassim Taleb que un cisne negro es un suceso impredecible que tiene un alto impacto en nosotros. Para describirlo de forma más sencilla ponía de ejemplo el pavo que se come en las mesas de Estados Unidos cuando el año toca a su fin. Desde el punto de vista del pavo donde todos los días recibe comida tras comida y engorda que te engorda nada indica que un día, sin aviso, un hacha hace que pierda la cabeza como algún personaje de Juego de Tronos. No era predecible y el impacto es enorme.
Para muchos, el caso del coronavirus no llega a ser un cisne negro porque como dice el dicho español “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar” y estábamos sobre aviso de lo que se nos venía. Podríamos estar sobre aviso o no, pero ¿alguien lo podría haber predicho?
Lo que sí es cierto, es que esta nueva situación nos ha obligado a romper nuestros esquemas. A cambiar la forma de pensar, a hacerlo de forma rápida. Empresas que antes repartían beneficios por doquier han tenido que ejecutar un ERTE por cese del negocio debido a la cuarentena masiva, ¿quién podía predecirlo?
Empresas que con cuentagotas, de mala gana, ofrecían opciones de teletrabajo a una parte ínfima de su plantilla por miedo a perder el control sobre su gente, se han visto obligadas a elegir entre cesar la actividad o extender a toda su plantilla el uso del teletrabajo, ¿quién podía predecirlo?
Este es el caldo de cultivo perfecto para la disrupción, para que surjan nuevas ideas, ideas radicales, ideas exitosas. Un entorno donde la necesidad nos apremia, donde casi nos estrangula, donde nadie duda de que hay que cambiar lo que hacemos, de que nadie ponga en duda que debemos de dejar de hacer las cosas tal como las estábamos haciendo. Un entorno donde al mismo tiempo tengamos limitaciones, restricciones, donde no podamos hacer cualquier cosa. Y, sobre todo, un entorno donde tengamos hambre de éxito.
Cuando el cerebro se crece
Cuantas menos opciones tenemos, cuantas más limitaciones, parece que es cuando surge el cerebro, parece que es cuando se libera de todo su potencial y es capaz de encontrar soluciones que nadie veía, que nadie creía viables.
Que se ha suspendido la liga de fútbol profesional ¿y si creamos una liga de fútbol virtual?
Ibai Llanos, conocido comentarista de League of Legends e influencer del mundo de los videojuegos, ha organizado un torneo paralelo a la Liga de primera división denominado Liga Challenge donde ha hecho que miles de personas siguieran la competición como si de la misma liga se tratara, logrando recaudar 180.000 euros. Todo un éxito para algo surgido de un contratiempo.
Que no puedo atender al público en bares y cafeterías ¿y si repartimos como Glovo, UberEats o cualquier otro?
Todos los bares, restaurantes y cafeterías que hay en España han tenido que cerrar, sólo pueden vender para llevar. ¿Qué han hecho? ¿Llorar? No, lo que han hecho es buscar una alternativa. Reparten menús a domicilio, cafeterías que te venden café, pescaderías que te llevan la merluza a casa ...
La necesidad, la limitación, el win to win ¿quién podía predecirlo?
Otra forma de hacer las cosas
La innovación es también encontrar otra forma de hacer lo mismo. Estamos asistiendo a una movilización sin precedentes, perdón a una solidaridad sin precedentes, donde todo el mundo que tiene posibilidad está ayudando a conseguir que se disponga del material médico necesario para atender a los infectados.
La comunidad maker está diseñando planos en 3D de respiradores que está distribuyendo gratuitamente entre todos aquellos con posibilidad de imprimirlos. También lo hacen con el diseño de pantallas protectoras para los sanitarios. Señoras en su casa diseñan sus propias mascarillas para ayudar, aunque sea con un pequeño granito de arena.
Eso también es innovación y es lo que tenemos que mantener en la mente cuando enfrentemos nuestro día a día: cambiar aquellas cosas que seguimos haciendo de la misma forma para hacerlas de una manera más eficaz y eficiente.
Tenemos ejemplos como el dado por Microsoft con Microsoft Teams para ayudar a que mejoren las interacciones de los equipos de desarrollo de software, o de Aplicaciones como Quanter que optimizan el proceso de estimación de desarrollo de software, de cuánto nos costará lo que vamos a desarrollar, convirtiéndolo en un proceso sencillo y eficaz.
Eso es lo que tenemos que mantener en nuestra mente: innovar. E innovar atendiendo a las dos madres de la innovación, en los dos aspectos que la generan, la disrupción y la mejora de lo que hacemos, más eficientes, más eficaces.
Julián Gómez Bejarano, Chief Digital Officer LedaMC