A la espera de que se suceda la subasta del espectro radioeléctrico que venía a impulsar definitivamente la 5G en España (paralizada a causa de la COVID-19) y con la nueva reordenación de los canales de TDT en el espectro radioeléctrico, ha vuelto el sempiterno debate entre esta tecnología -la Televisión Digital Terrestre- y alternativas menos problemáticas como pueda ser el satélite. 

No en vano, la TDT presenta muchas zonas oscuras y de difícil explicación en pleno siglo XXI. Por lo pronto, vamos ya por el segundo dividendo digital (reantenización masiva mediante) pero, conforme avancen las redes de telecomunicaciones móviles, es más que probable que no sea el último (pongan los ojos en la franja de los 600 MHz). Confiar en una tecnología que ha de ser modificada de base cada lustro no parece una buena idea. Además, la TDT no presenta suficiente capacidad como para transmitir todos los actuales canales de televisión en alta definición... ya no hablemos de la ultra alta definición (UHD) o futuros estándares de mayor calidad que se puedan dar en el futuro.

Condenarnos a una apuesta obsoleta desde su nacimiento tampoco suena demasiado lógico. Luis Sahún, de SES ASTRA, es parte interesada en el conflicto, pero hace unas semanas arrojaba un dato interesante al respecto: "La TDT está desfasada para las emisiones en UHD, con un bitrate que es la mitad de lo que puede ofrecer el satélite". Se refiere a los 12 Mb con que emite actualmente TVE en esta resolución, frente a los 24 Mb de media que utilizan las emisoras por satélite en esta calidad. A ello hay que unir otra particularidad de la TDT: son necesarias muchísimas antenas y centros de transmisión para hacer llegar la señal a toda la península y las islas del país. 

Enfrente, el satélite busca reivindicarse. Lo hacen denunciando el desprecio "de todas las AAPP", en palabras de Sahún, a esta tecnología y la "negación de sus beneficios" a todos los niveles. Sus quejas han recibido incluso el aval de los tribunales europeos en sentencias que España ha desobedecido por el momento. Los proveedores de satélite defienden las mejoras en el bitrate (el lastre histórico de esta técnica), su llegada universal y sin postes a todo el país o el hecho de que sea un sistema de emisión que no sufre de congestión en caso de consumo masivo, como ha sucedido en esta cuarentena. Hay ejemplos: en Portugal o en Francia, la televisión digital ya funciona basada en satélite. Y en otros países, el satélite sirve para complementar las emisiones por IPTV (como en Corea o Alemania).

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