En el último informe DESI, ese indicador que de forma vaga pero uniforme mide la digitalización de los distintos países europeos, nuestro país no figura ni entre los diez primeros de la tabla. Y aunque destacamos en dos aspectos -conectividad y, sorprendentemente, servicios públicos digitales-, hay otro que nos lastra enormemente: la capacitación digital.
No en vano, en lo que concierne a las habilidades digitales nos colocamos muy por debajo de la media de la Unión Europea, al ocupar el puesto decimosexto. Y aunque hemos mejorado nuestra puntuación con respecto a ediciones anteriores del DESI, casi la mitad de la población española todavía carece de competencias digitales básicas y un 8 % nunca ha utilizado Internet.
Esto viene siendo una nota habitual en estos informes y en muchos otros que resaltan la buena calidad del talento digital español, pero también su escasez. La promoción de las habilidades STEM en España ha adolecido históricamente de una falta de concienciación en los primeros niveles educativos y de una clara falta de igualdad en lo que a atracción de mujeres se refiere. Tampoco es que seamos especialmente buenos en lo que se refiere al reciclaje de profesionales con habilidades más tradicionales. Y ni tan siquiera el hecho de tener una de las tasas de paro más altas del Viejo Continente nos parece haber hecho reflexionar sobre ello.
Ahora que estamos con otra nueva crisis en ciernes, fruto del inevitable parón económico causado por la pandemia de la COVID-19, esta disonancia entre los perfiles profesionales de que disponemos en España y aquellos que van a ser demandados en el nuevo modelo económico amenaza con volverse insalvable si no tomamos medidas decididas.
IDC ya ha destacado en un reciente informe una "brecha de talento en las empresas españolas" en terrenos como la ciberseguridad, la analítica de datos, el desarrollo de software, las tecnologías móviles, el IoT o la robótica. Brecha a la que Microsoft pone cifras, usando datos propios y de su filial LinkedIn. Nada menos que cinco millones de empleos digitales se crearán en España en los próximos cinco años, los cuales carecen hoy por hoy de personas que puedan ocuparlos. "Es un dato optimista pero que pone de relieve el gran reto que tenemos por delante", explicaba Pilar López, máxima responsable de la firma en nuestro país, durante una rueda de prensa. "Hay trabajos que se van a ir recuperando pero que requieren capacidades distintas, de mucha mayor intensidad digital".
En concreto, y siempre según este análisis de Microsoft, en estas tierras necesitaremos 1,3 millones de desarrolladores de software, 265.000 expertos en inteligencia artificial y análisis de datos, otros 315.000 profesionales cloud, 76.000 dedicados a la ciberseguridad y más de 20.000 cuyo fuerte sean los temas de privacidad.
¿Cómo llegar a suplir de suficiente talento como para cubrir esa enorme demanda? Si volvemos a retomar la enorme tasa de paro actual (y la que se espera cuando acaben los ERTE, extendidos ahora hasta septiembre), parece que la solución fácil pasa por el reciclaje de esas personas con capacidades digitales que les permita acceder a nuevas posiciones laborales. Eso también lo constata Microsoft, que ha anunciado hoy una nueva plataforma conjunta con GitHub y LinkedIn para la formación en estas lides mediante cursos gratuitos (contados a centenares), certificaciones oficiales a "precios simbólicos", programas específicos de capacitación en IA para directivos e incluso herramientas más innovadoras como entrevistas virtuales de trabajo en LinkedIn con las que practicar esta tediosa traba en los procesos de selección.