Mucha suerte para Alberto Gago, el contacto que ha facilitado el Ministerio de Asuntos Económicos a las empresas y entidades candidatas a crear el hub español del proyecto Gaia-X.
Es la gran federación de nubes con la que Europa apostaba hace un año por salvaguardar la soberanía de los datos y hoy por proporcionar a sus sectores estratégicos 'data spaces' de código abierto (en principio, OpenStack) en los que poder conectar sus centros de datos. La mayor nube privada del mundo es europea, el CERN (que también usa OpenStack, como la OTAN), pero, ya se sabe, nos cuesta llevar el laboratorio al mercado.
Desde la española Aire Networks me explican por qué el automóvil alemán está tomando posiciones para controlar el vertical del sector en Gaia-X. Basta pensar en las decenas de fabricantes que intervienen en la producción de un coche ¿Qué tal si todos federaran sus nubes para acceder en tiempo real a la información en un ecosistema compartido? El vehículo hiperconectado de un ciudadano que viaje por carretera entre Madrid y Varsovia nunca abandonaría el espacio común de datos. Y así. La cuestión es si en España alguien tiene un interés similar al de los gigantes del motor alemanes por ‘dominar’ un espacio de datos de Gaia-X. Ese es el tema.
Alberto Gago es también el coordinador político del Grupo de Expertos de Alto Nivel en Business-to-Government (B2G) Data Sharing de la Comisión Europea, entre los que están los españoles Nuria Oliver (Vodafone) y Juan Murillo Arias (BBVA), y en representación de Telefónica Richard Benjamins. La primera aportación de este grupo ha sido el informe “Hacia una estrategia europea de intercambio de datos entre empresas y gobiernos para el interés público”, que insta entre otras cosas a la Comisión Europea a “explorar la creación de un marco regulatorio de la UE para facilitar la reutilización por parte del sector público de datos privados para el interés público”. Siempre, claro está, salvaguardando la utilidad, la transparencia y la ética, faltaría más.
El lunes 7 de junio se celebró la asamblea general de la Gaia-X European Association for Data and Cloud y la buena noticia es que el español que figuraba entre los 27 aspirantes a ocupar los 24 puestos del comité de dirección, ha sido elegido: Daniel Sáez-Domingo, del Instituto Tecnológico de Informática (ITI). Suerte necesitarán tanto él como Alberto Gago porque con los datos tenemos en nuestro país una relación ‘typical spanish’: a las grandes compañías les encanta incubar, acelerar, mentorizar y premiar a startups tecnológicas de big data e inteligencia artificial, hacen cábalas con las posibilidades que les dará disponer del mayor volumen de información posible de los usuarios, pero se niegan a compartir la suya.
Una firma de análisis de riesgos me contaba que ésta es una de las razones por las que España es uno de los pocos países avanzados donde el bureau de los clientes de la banca es negativo, es decir, sólo se tienen en cuenta las incidencias negativas (la morosidad) en la relación de los usuarios con las entidades financieras y con la Administración. Un bureau positivo implica que la banca comparte información amplia de un cliente, incluidos los productos que contrata con otras entidades, lo que ayuda a configurar un perfil más rico. Pero para eso hay que compartir.
Quiero pensar que, probablemente, la llamada a filas que realizaron los bancos a mediados del año pasado, reclutando a toda empresa tecnológica capaz de ayudarles a analizar riesgos, para gestionar de forma eficiente los sucesivos vencimientos de créditos y ayudas estatales por la pandemia, haya servido para empezar a cambiar las cosas.
España es también una excepción en el proyecto Gaia-X porque es de los pocos miembros que aún no tiene constituido su hub nacional. Se diría que hemos dado la batalla por perdida. Francia y Alemania lideran la carrera tecnológica de la nueva federación de nubes (hay que definir estándares, diseñar las capas de interoperabilidad, por ejemplo, la identificación).
Y en cuanto a las infraestructuras, la apuesta de Amazon, su inalcanzable inversión en centros de datos en nuestro país y en Europa que dinamita cualquier debate acerca de la soberanía de los datos, junto a las de Google y Microsoft Azure, dejan pocos resquicios para pelear.
No obstante, deberíamos tomarnos quizás el asunto con un poco más de entusiasmo. Resulta que Gaia-X es una buena oportunidad para que nuestro país tenga algo que decir, al fin, en el mundo cloud. Asumir la dirección de uno de los 'data spaces' que se van a constituir sería un buen paso.
Algunos futuros miembros del hub han comenzado a pensar, por ejemplo, en el sector turístico: una federación de nubes de empresas turísticas liderado desde España. La opción agroalimentaria tendría todo el sentido, pero hay poco músculo para competir en un sector tan atomizado, salvo por el lado de la distribución.
Suena a ironía del destino, ¿verdad?, que se espere que el sector turístico salve también al sector cloud español. Una idea en el aire, nunca mejor dicho.