La tecnología nos da súper poderes, como la posibilidad de romper barreras idiomáticas con sólo pulsar un botón, disfrutar de mayor salud gracias a la detección precoz antes de que notes los primeros síntomas o conseguir manos biónicas controladas por señales cerebrales. Si eres nativo digital, has nacido con súper poderes, con Google consolidándose como tu cerebro paralelo. Y si no, puedes adquirirlos experimentando con las nuevas tecnologías hasta que sean una parte orgánica de tu vida. En ambos casos, Ralph Waldo Emerson tiene algo que decirte: "Antes de adquirir un gran poder debemos adquirir la sabiduría para poderlo gestionar".
Si la potencia transformadora de la digitalización no va acompañada de lucidez, corres el riesgo de caer en sus 'redes' invisibles aislándote del mundo y/o contagiándote de trastornos nuevos como la nomofobia -miedo irracional a separarte de tu móvil–, la infoxicación –intoxicación por exceso de información–, la 'whatsappitis' –desgaste del tendón del pulgar producido por la forma de teclear–, o el Síndrome del FoMO (Fear Of Missing Out) –cuando no dejas de comprobar qué está sucediendo en RRSS por miedo a perderte algo–. Sólo tienes que teclear: “terapias para superar la ciberadicción” y encontrarás ¡1.880.000 resultados! Por supuesto, siempre puedes adquirir un phonekerchief para contrarrestar los efectos de la conexión 24x7 –una servilleta que bloquea la señal telefónica–. ¡Con lo fácil que sería apagar el móvil!
Es incompatible vivir en el siglo XXI sin aprender a relacionarte con las herramientas digitales (adquirir un gran poder) y, además, llevarte bien con ellas (adquirir la sabiduría para gestionarlas).
Empezando por tu relación con las herramientas digitales, seguro que has protagonizado o escuchado la anécdota del bebé que desde la primera vez que ve un iPad ya sabe cómo usarlo. Hasta es posible que esta idea te haya arrancado una sonrisa, tal vez condescendiente, porque das por supuesto que ese bebé es igual de crack que todos los demás.
Ahora bien, si echas mano del pensamiento crítico y del humor a partes iguales, desmontas rápidamente la creencia generalizada de que la Generación Y o Z o posterior es por 'derecho de nacimiento' experta digital. Si, además, te gustan 'Los Simpson', tienes ventaja argumentativa, pues quizás recuerdes el capítulo en el que Homer enseña a Apu a pasar un examen para conseguir la ciudadanía, hasta que pronto se hace evidente que Apu le da mil vueltas en historia y estilo de vida estadounidense. Y aquí es cuando rompes los esquemas de todos con una nueva hipótesis: “el gran poder digital puede despertarse en cualquier generación”. Romper esquemas nunca ha sido fácil, pues como decía Einstein: "Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio".
En cuanto a llevarte bien con las herramientas digitales y, por lo tanto, adquirir la sabiduría para usar ese gran poder, no va de ser el que más apps utiliza, ni tampoco quien incorpora más palabras nuevas como 'avatar', 'business angel', 'captcha', 'darknet', 'eBook'… viajando así por todo el alfabeto en un circuito sin fin. Adquirir la sabiduría de lo digital va mucho más allá y exige actualizar nuestra manera de pensar, sentir y comunicar, incorporando los valores del mundo digital para vivir mejor.
Porque ser digital es algo tan simple como hacer que la tecnología haga tu vida más fácil, ayudándote, cuidándote y entreteniéndote. Y, por supuesto, va de saber reír, porque en esto consiste la verdadera sabiduría. Cierto, muchos dicen: “El chiste ha muerto, ¡larga vida al meme!”. En el fondo tal vez sea un simple cambio de nomenclatura, donde los tuits o los one-liners son… los nuevos chistes cortos. Sea como sea, si te gustan los chistes geek probablemente conozcas el del físico Sheldon Cooper, protagonista de la serie 'The Big Bang Theory': Estaba tan contento, que en el mundo de los emoticonos hubiera sido una :D.
Bromas aparte, a la tecnología hay que entenderla y darle una :D, porque nos descubre nuevos horizontes llenos de posibilidades. Nos dirigimos hacia un mundo donde la digitalización es un trampolín para tu Talento, creando oportunidades inconcebibles hoy. Y, sino, para muestra un botón:
Amazon, el primer vendedor de libros del mundo, no tiene ni una sola librería. Twitter ha dado luz al “periodismo ciudadano”. Airbnb, el arrendador principal de habitaciones, no tiene inmuebles de su propiedad. Spotify, el mayor proveedor de música global, no tiene ni un solo disco. Seguro que estás pensando en cientos de ejemplos que añadir a la lista, una lista donde las plataformas digitales han forjado nuevas formas de relación y comercialización.
A este ritmo, es probable que pronto el dinero en efectivo sólo lo encuentres en museos de numismática y que el bitcoin se convierta en la nueva divisa del futuro. Y, ¿cómo queremos que sea nuestro futuro? Un futuro lleno de paradojas: un corazón inteligente y una mente sensible o una tecnología cada vez más humana y seres humanos cada vez más tecnológicos. Un futuro en el que si fusionamos conocimiento (digitalización) y sabiduría (conciencia), daremos a luz a una sociedad más ágil, inclusiva y compasiva.
*** Aurea Benito, Corporate HR Director de ISDIN y vicepresidenta de la Asociación Española de Directores de RR. HH.