Toprural empezó como Amazon. Así lo refleja una foto de archivo que tiene Jaime Novoa (gracias Jaime por tu newsletter) en su blog Novobrief, similar en contexto a la instantánea que yace en nuestra memoria sobre los virales inicios de Jeff Bezos.
Aquí, dos jóvenes locos, ideaban el futuro del turismo rural en España. Corría el año 2000, y dos viejos ordenadores con amplios altavoces, junto a una cajetilla de Fortuna Light, cuando el humo pintaba de amarillo las paredes, casaban un pacto de socios de por vida entre François Derbaix y Marta Esteve, emprendedores, cofounders de un sueño familiar y matrimonio de dos startups de oro que “me hicieron millonario”.
“De mí ya está dicho todo, no tengo ninguna novedad, Chema”, me guioniza la entrevista Derbaix, a pesar de su libertarismo extremo y declarado hasta la saciedad. Sigue casado con Marta, es la noticia, después de más de dos décadas “mano a mano”, en casa y en la oficina, creando startups y vendiéndolas, liderando Toprural y Rentalia, creciendo juntos, saboreando el éxito ajeno, invirtiendo vida y dinero. “Hemos emprendido juntos, no hemos trabajado juntos, siempre preservamos nuestra parte personal”, inoculados.
Intenta pasar de puntillas por los instantes más complicados, que también los hay, como en toda casa de vecino. “Cuando tuvimos nuestra primera hija fue difícil, se rompió la separación de trabajo y tuve que liderar Rentalia por la baja de Marta, tomando decisiones poco acertadas”, recuerda con semblante serio. Por eso su historia como emprendedor y business angel no se entiende sin Marta, “ella tiene más equilibrio que yo, es la jefa”, declara con amor.
Es el momento de escuchar a Marta a la que la vida familiar y su empresa, SoySuper, casi la impiden llegar a tiempo para dar la visión de su pareja, de su cofounder, de nuestro inversor de origen belga. “Es un librepensador, alguien independiente que quiere cambiar las cosas, que tiene una gran capacidad de trabajo, es muy minucioso y le gusta ayudar en lo que puede”.
Prosigue la fundadora de Rentalia sobre el padre de sus hijas: “Un día pensó que podía montar una web de turismo rural en España sin tener experiencia en internet, ni en España, ni en turismo, y sin haber estado en una casa rural en su vida”. Y lo logró, vaya si lo logró. “Eso es suerte” puntualiza Derbaix, “tuvimos mucha suerte, en el emprendimiento la suerte te tiene que pillar trabajando” despeja dudas.
Fue 2012 el año de su Lotería de Navidad, en la que todos los suyos llevaban el décimo ganador. Se anunció la venta de Rentalia a Idealista en el mes de marzo, de la que ella era CEO. En abril, se anunció la venta de Toprural a Homeaway por 14,5 millones de euros. Derbaix tenía el 30% de la compañía, Marta el 10% (pero nos lo repartimos al 50%), y sus padres un 20%, con una inversión de 12.000 euros que hicieron. “Nos hicimos ricos, con mis padres y mis hermanos”.
Pero su solvencia económica llegó mucho antes. En el primer año de Toprural y tras una primera inversión ‘FFF’ de 100.000 euros “ya habíamos hecho break even, apenas teníamos gastos”. Con pocos años de vida, “ya copábamos el 60% de la cuota de mercado”, facturando 4,5 millones de euros y con 2 millones de EBITDA. Entonces Derbaix decidió que también podía ayudar a otros, “replicar mi modelo de emprendedor a inversor, algo que al principio fue un error”.
“Cuando un emprendedor se convierte a inversor el mundo pierde un buen emprendedor y gana un mal inversor”, Luis Martín Cabiedes dixit, Derbaix repeat.
Aprendió rápido, el éxito le avala. Primero a través de la asociación Seedrocket, donde cocían con el mejor caldo de cultivo los Monleón, Fodor y Arrola Aquilino fue quien le presentó a Xavier Pladellorens, fundador de Deporvillage. Invirtió 35.000 euros, multiplicó hace unos meses x35.
Como business angel tiene 45 startups invertidas, con 12 exits generosos, 4 salidas más con minusvalía y 7 startups que pasaron a mejor vida. Además de los éxitos reseñados, en Kantox hizo un exit parcial x12, en Novicap un x5 y en Aplazame, de la que fue cofundador, un x6 definitivo.
“He recuperado dos veces lo invertido y me queda un x3”. Que ya pudiera ser gracias a Tiendeo, con las hermanas Eva y María, “que son un ejemplo de líderes”, o por Tu Lecho al Techo, de Sebastian Chartier que “si me llama y me dice voy a montar un negocio, invierto seguro”, o en Startupxplore, de “mi amigo Nacho Ormeño”, o el cohete de tejer We Are Knitters, donde “Pepita y Alberto están haciendo un trabajo increíble”; o incluso en Cink Venturing, donde Raúl del Pozo “lo está convirtiendo en una gran empresa”.
Muchas de sus apuestas eran caballo ganador desde el inicio, invertía en compañía de Cabiedes & Partner, amigos personales, consejeros, e inversores de Indexa Capital. Me recomienda para hacer protagonista de 'Conversaciones con un inversor' a José Cabiedes, “el gran desconocido para el gran público, un gran inversor y gran mecena”, invitado estas José. Con José comparte también su participación en la Fundación Ayuda Efectiva, fundada por Pablo Melchor.
Sobre su hermano, Luis Martín Cabiedes, que fue presentado por Jesús Encinar, “es el filósofo, un inversor duro que se juega su propio dinero, estricto en hacer bien las cosas, responsable con sus inversores, un tío cañero sin pelos en la lengua, duro pero previsible, y con principios muy claros”. En Kantox, Tiendeo, We Are Knitters, Deportvillage, van juntos.
Ruta similar ha seguido con el archiconocido para nuestros lectores, Yago Arbeloa, “con más de diez invertidas de manera conjunto, e inversor de las compañías que hoy lidera Derbaix, Indexa y Bewater Funds, desde donde canaliza hoy sus inversiones en startups. Con un modelo claro, el vehículo de inversión del que es Consejero ya ha invertido en 15 empresas en 4 años.
Pero el ‘amigo’ del que más ha aprendido en nuestro país es el cofundador de Idealista, Jesús Encinar “el número 1 de España”. “Han vendido la compañía dos veces pero sigue ahí, liderando, emprendiendo, es todo un ejemplo. Para nuestro ‘suma cum laude’ de su promoción en Lovaina, Encinar “es muy amigo de sus amigos,”. Su clave, “el éxito no está en levantar pasta, está, en ser rentable”.
Hoy la cabeza de François Debaix está ocupada por otro tipo de inversiones de la compañía de la que es coCEO, Indexa Capital y sus 48.000 inversores, “48.001 contigo”, donde a través de inversión en fondos y planes de pensiones indexados “estamos obteniendo una rentabilidad muy superior a la de los fondos de inversión de los bancos, con una inversión indexada y con bajos costes”, avisa.
Este sueño lo comparte desde sus inicios con sus dos cofundadores, Unai Asenjo, “el que tuvo la idea, el más experto, una persona superinteligente que sienta cátedra”; y Ramón Blanco “con un perfil muy alto en banca online que nos ha ofrecido una visión del negocio regulado, valioso como gestor y superconciliador”. Para Ansejo, “François es un emprendedor nato, trabajador, generoso y amante del detalle que no pierde el tiempo en tonterías (no nonense)”.
El propio Blanco es el que en el tren de vuelta del Congreso Nacional de Business Angels organizado por BIGBAN me introduce al François ciclista, ese que compara el crecimiento “paso a paso de Indexa Capital como la subida a Alpe d’Huez”. O ese que a sus hijas, como nos recuerda Marta, les explica cómo subir una cuesta difícil “pedaleando un pie detrás del otro hasta llegar arriba”. “No creas que no vales para algo, todo es cuestión de práctica”.
Derbaix apuntala nuestra conversación, que se inicia de manera física un viernes cualquiera en un coworking de Madrid y que acaba a altas horas de este pasado miércoles. No quiere dejar pasar el momento para reivindicar su lado más político, su perfil “contrario” y polémico.
“Me duele mucho que el derecho de voto esté relacionado con la nacionalidad, y no con la residencia. Me duele ser contribuyente en España, desde hace 21 años, pero no ciudadano, no tener derecho de voto”. Duele.