Ya llega la Navidad y con ella llegan todos los regalos, algunos útiles, otros medio medio y algunos totalmente inútiles. Lo que es innegociable ahora mismo es que sean sostenibles, que tengamos en cuenta criterios ESG. Sé que es un tema complicado, sobre todo cuando tenemos niños en casa, pero es importante dejar de consumir compulsivamente y de pensar un poco más en lo que es bueno no solo para el presente sino para el futuro.
En el mundo tecnológico tenemos la costumbre de presentar a finales de año las previsiones, las tendencias, para el año siguiente. Así he pensado que sería interesante no solo hablar de ellas aplicadas a ESG, sino combinarlas con los regalos de Navidad y con el consumo en general; por eso esta columna va a ser más navideña que ninguna de las que hemos podido leer anteriormente.
Si hablamos de tendencias ESG, no hay duda de que cuando hablamos de finanzas sostenibles pensamos en la iniciativa que empezó en su día BlackRock condicionando sus inversiones a empresas que fueron realmente sostenibles. A partir de ahí vimos cómo cada vez más gestoras de fondos aplicaban criterios de financiación sostenibles. Esto es un éxito, porque si determinado tipo de empresas no consiguen financiación, evitamos que algunos productos lleguen al mercado.
La trayectoria ESG y la creciente presión que ponemos los consumidores en las empresas y en los organismos públicos hace que entre las tendencias para el año próximo debamos incluir los datos en una posición estelar. En alguna ocasión he hablado de la importancia de las métricas para mostrar los resultados de nuestras acciones a los reguladores, inversores y al resto de grupos de interés. Lógicamente, debemos incluir las energías renovables y las alternativas al motor de combustión; donde vemos que los vehículos eléctricos están escalando rápidamente, y donde no debemos olvidar al hidrógeno.
Además, como estamos en continua evolución, debemos pensar que ahora mismo el cero neto se está transformando en una ambición mayor: el impacto positivo para el clima. Esto viene originado porque se espera que la reducción de las emisiones y la eliminación del dióxido de carbono controlen el calentamiento global, pero la positividad climática es necesaria para mejorar el medio ambiente y revertir la degradación.
Y si nos ponemos a pensar en cómo hemos estado trabajando desde que la pandemia nos cambió la vida, estoy convencido de que el trabajo remoto se va a quedar para siempre; aunque iremos implantando fórmulas híbridas que nos permitan disfrutar de las experiencias que el metaverso todavía no nos permite vivir desde casa. Al fin y al cabo, el espacio de trabajo digital es conveniente para muchos empleados y también es beneficioso para el medio ambiente, ya que reduce los desplazamientos y los vehículos en la carretera y también el uso de energía en los edificios de oficinas, lo que reduce las emisiones.
Por último, en la parte de tendencias está claro que los estantes para productos ecológicos y sostenibles seguirán ganando espacio. La población con conciencia ESG no deja de crecer y esto hará que este tipo de productos ocupen un espacio mental más grande y eso va a derivar en que haya más productos que sigan este mandato. Lógicamente esto también tiene sus implicaciones en todo el merchandising de las empresas, desde el sitio de fabricación hasta el packaging.
Sí, sí, ahora es cuando os hablo de los regalos ESG que encantarán a sus receptores y al planeta. No esperéis que os dé una lista específica de productos, pero sí unas cuantas recomendaciones que combinan los famosos reducir, reutilizar y reciclar aplicados a los regalos. Aquí tenéis mis sugerencias a la hora de regalar:
- Acabemos con los amigos invisibles chorra con poco valor y mucho impacto medioambiental.
- Miremos dónde se ha fabricado cada producto.
- Compremos alimentos de temporada.
- No olvidemos la importancia de los criterios de circularidad, de proximidad.
- Busquemos productos que no estén plastificados por todas partes.
Otro punto a tener en cuenta, para los que tienen niños, jugar no tiene género. Ahora mismo podemos ver una interesante campaña del Ministerio de Consumo, “Huelga de Juguetes”, que busca concienciar sobre este tema y sobre el riesgo de reproducir roles y estereotipos sexistas.
Por último, recordemos que recoger los paquetes en la tienda, cuando es posible, también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Si aplicáis estos criterios no garantizo que todos vuestros regalos gusten a sus receptores, pero seguro que acertáis con el medio ambiente.