Después de más de un año trabajando como líder de producto en Gibobs allbanks, una compañía fintech-proptech, soy más consciente, si cabe, de la trascendencia de la paridad de género en las cúpulas directivas. Especialmente, en sectores y compañías en las que es más necesario una transformación.
Debo reconocer que, cuando me ofrecieron formar parte del proyecto de Gibobs, me abordaron diferentes dudas. En un primer momento, no consideraba que mi perfil fuera el más idóneo para el puesto. Llevaba más de seis años trabajando en Telefónica, y me costaba imaginar dos sectores que me resultaran más endogámicos y tradicionalmente dominados por profesionales masculinos que el financiero-bancario y el de la construcción.
Sin embargo, como toda gran oportunidad, esta llamada suponía todo un reto para mi carrera. Era, y es necesario, transformar y reinventar ambas industrias, deben ser más cercanas a las personas, trabajar en su digitalización y en cómo adaptarse a un entorno en constante cambio que exige dinamismo y empatía; así como aumentar la representatividad y la presencia de mujeres en puestos directivos. Había mucho trabajo por hacer y por ello decidí dar el paso y pasar a formar parte del equipo
El valor que aportan perfiles femeninos
Si analizamos objetivamente el mercado a día de hoy, vemos cómo, independientemente de su género, hombres y mujeres ahorran, piden préstamos y se preocupan por su salud financiera. Y, por tanto, la definición de soluciones que den respuesta a las necesidades de clientes diversos, debe hacerse desde equipos diversos. Las mujeres tenemos algunas capacidades que nos diferencian de los hombres, nos hacen complementarios y consiguen que, al integrar diferentes perfiles en un equipo, se creen sinergias muy positivas.
Entre algunos de los atributos que, generalmente, aportamos los perfiles femeninos a un equipo, destacaría la sensibilidad especial para escuchar y empatizar con los clientes en cuanto a sus necesidades y preocupaciones. Uno de los pilares fundamentales de la definición de producto.
Además, valoro muy positivamente el pragmatismo que aplicamos las mujeres. Un activo muy necesario con las metodologías de trabajo más actuales que inciden en una entrega y retorno de valor al cliente constante, con una periodicidad muy demandante. Estos ritmos de trabajo maximizan la importancia de crear ambientes de trabajo sanos y equilibrados, que primen el bien común del proyecto por encima del éxito personal.
También destacaría nuestra capacidad para anteponer las personas frente a la tecnología. Así, no entendemos la tecnología por la tecnología, sino la tecnología con un propósito.
Una carrera de fondo
En este último año de experiencia como directora de producto en Gibobs, he sido consciente de la enorme evolución que está experimentando este sector, pero también del camino que queda por recorrer; esto es una carrera de fondo y hace falta constancia, compromiso y buen hacer.
En industrias como la financiera y real estate vemos demasiado a menudo como hay hombres que anteponen su carrera profesional a sus responsabilidades familiares, lo que les hace parecer estar más preparados para ocupar puestos de responsabilidad.
La disparidad de género en el mundo laboral es algo que poco a poco va cambiando, pero se trata de un cambio de paradigma más profundo que requiere del compromiso de todos, incluidas nosotras, las mujeres. Aún me sorprende ver a mujeres que, para crecer profesionalmente o acceder a un puesto de gran responsabilidad, se convierten en el reflejo de ese hombre sin vida familiar que estamos acostumbrados a ver en altos cargos.
Una actitud que, en mi opinión, no es necesaria. Un hombre o una mujer puede ser al mismo tiempo ejecutiva, trabajadora, muy eficaz, pero también amable, humilde, colaboradora, cercana y desde luego disfrutar de su vida familiar.
En mi caso concreto, soy muy práctica: voy a la oficina, trabajo de forma eficiente, cumplo mis objetivos sin renunciar al tiempo para disfrutar de mi vida personal y familiar. Si eso supone una barrera en mi crecimiento, es que no era el crecimiento profesional que estaba buscando.
La importancia de contar con referentes femeninos
Otro aspecto clave de la importancia de que haya más mujeres en puestos directivos es que podemos servir de inspiración para las nuevas generaciones. Pienso que también nos corresponde a nosotras perseverar y no ceder, no dejarnos apabullar por el entorno y las normas tradicionalmente masculinas, y demostrar poco a poco que es posible hacer las cosas de otro modo, obteniendo un equilibrio saludable y sirviendo de ejemplo a quienes nos rodean para seguir nuestros pasos.
Para que este sector y la sociedad prosperen se necesitan más mujeres en tecnología y, en particular, en la definición de soluciones en el mundo fintech-proptech. Necesitamos integrar en los negocios, más allá de en la sociedad en general, nuestra manera de ver el mundo para, como mencionaba anteriormente, crear equipos diversos donde hombres y mujeres colaboren y el resultado sea el mejor posible.
Solo aquellas compañías que incorporen diversidad (de todo tipo) en sus equipos, serán capaces de cubrir un espectro mayor de necesidades de clientes y escalar a nivel internacional sin miedo a equivocarse, pues serán un reflejo de la realidad “en la calle”, del consumidor real y de su día a día.
*** Silvia Varela, responsable de Producto de Gibobs allbanks.