Escribir hoy es muy difícil. Prácticamente está ya todo dicho y esta maldita guerra inimaginable amenaza de un modo tan terrible con arrebatárnoslo todo, con ralentizarlo todo tanto, que sobran casi todas las palabras.

La tribu digital se ha quedado en silencio porque ahora todo va (irá) de inversiones multimillonarias en armamento y en modernización de ejércitos, en reconstruir los efectos de la barbarie, en reinventar el mapa energético de Europa.

No es este lugar para abordar el papel de Europa en todo esto pero me cuesta quedarme en silencio. ¿Hemos podido pensar los europeos que esta guerra no iba con nosotros y que sacando a los rusos de concursos de canciones y quitándoles la final de la Champions estábamos cumpliendo con nuestro papel como Unión? Eso parece. Al menos eso fue lo que pensamos todos el viernes. Da un poco de pena ver como la UE ha sido otra vez una arquitectura débil, lenta, timorata. Sólo hemos dado pasos adelante cuando los feroces ucranios se han opuesto con el alma a una invasión en la que nos jugamos todos los principios que inspiraron la construcción de la Unión Europea.

¿Peligran los NextGenerationEU?

Da también pena que haya gente que esté sólo preocupada de lo suyo mientras en la frontera europea se vive (otra vez) el drama de los refugiados golpeados (como casi siempre) por el invierno y la pérdida y la soledad, pero así es, más de une me lo ha preguntado estos días.

Y lo cierto es que si bien la UE es un paquidermo lento y tedioso en sus procesos burocráticos, nadie puede dudar que habrá un cambio en las prioridades. Los alemanes (nuestra gasolina en materia de fondos) ya han anunciado cien mil millones de euros en armamento y en ejército, pronto lo harán otros países amenazados por los dientes de Rusia, y hoy nadie puede dudar que la prioridad para la economía es lo verde: la eficiencia, la generación de energía que evite nuestra tremenda dependencia.

Lo firmado está firmado y deshacer algo en la vieja Europa será difícil pero creo que tenemos que empezar a replantearnos seriamente la ejecución de los fondos. ¿Tiene sentido volver a ejecutar casi tres cientos cincuenta mil millones de euros de fondos estructurales con las normas reglamentarias de hace treinta y cinco años? ¿Tenemos que volvernos a pelear en cuatro instancias para sacar algo en el BOE que facilite la llegada de los fondos a sus fines últimos? ¿De verdad puede seguir Europa haciendo planes y programaciones a siete años cuando el mundo se decide en el último minuto, cuando todo cambia de un día para otro? Lo veo imposible.

Estamos aún a tiempo de flexibilizarlo todo para que los gestores tengan más cintura, para que la ejecución sea más rápida y transparente. ¿Por qué no lo hacemos?

Volviendo a la pregunta. Aquí lo importante es saber si nos lo vamos a creer o no. Es decir, si Europa avanza a la Unión Política no podremos seguir arrastrándonos por el mundo con un presupuesto que roza el uno por ciento del PIB comunitario, o lo que es lo mismo, necesitaremos muchos más fondos para casi todo.

Cómo lo gastamos, en qué y bajo qué mecanismos de vigilancia es algo que sólo nosotros podemos cambiar tomando como punto de partida el valioso aprendizaje que nos ha dado la pandemia: hazlo ya porque mañana es demasiado tarde.

Red.es y el Kit Digital

Hay algunos brotes verdes que merecen ser destacados. La semana pasada pude compartir mesa con Alberto Martínez y Antonio Saravia, los máximos directivos de Red.es, durante el lanzamiento de su tan esperado Kit Digital. Me llamó la atención algo que tuvieron en cuenta en el diseño de la iniciativa: tenían claro que buscaban una tramitación de cero papeles porque sabían que la velocidad es la clave y porque es muy importante lleguen cuantos más fondos directos a las empresas y autónomos mejor (querían reducir al máximo los costes de intermediación: gestorías, consultores, justificadores, conseguidores y demás…).

Otra de sus obsesiones fue que las pymes cobraran un notable protagonismo como agentes digitalizadores, es decir, han diseñado una convocatoria con las líneas rojas necesarias para que esto no sea un reparto entre los grandes.

Creo que lo conseguirán porque la propuesta está muy bien tirada: han negociado con notarios y registradores para conectarse a sus sistemas y obtener información de forma automática y han creado un sistema de permisos para que la pyme prácticamente sólo tenga que firmar su solicitud en la nube.

Velocidad. Ahora lo que necesita Europa es poder tomar decisiones con más rapidez porque el mundo ya no espera a nadie.