Sí, sí, todo está revolucionado. Vivimos tiempos locos y llenos de incertidumbre, pero está revolución que os cuento este mes… es de las buenas. Porque como lo importante es tener salud, os voy a contar algo: si los datos son el nuevo petróleo, nuestros datos sanitarios son la actual factura de la luz… ¡una pasta!
Y es que para muchas empresas del sector sanitario y afines, los datos son el combustible que impulsa sus innovaciones y que conducen a la gestión de la salud y simplifican el ‘viaje sanitario’. Y para muestra, un botón: sólo en 2020, los desarrolladores lanzaron más de 90.000 aplicaciones relacionadas con la salud que abordan numerosos problemas como la dieta, el estado físico, la calidad del sueño o la salud mental.
Y, sí, esta cifra no hará más que aumentar, y en Estados Unidos, ya han dado el primer paso con la aprobación de la 21st Century Cures Act, que incrementa aún más el valor de los datos y exige a los proveedores de servicios sanitarios poner los datos a disposición de los pacientes de forma digital.
Basándome en mi experiencia y en varias conversaciones que he mantenido en los últimos meses, sí, también en vacaciones, con emprendedores y grandes empresas, de varias partes del mundo, creo que hay tres puntos destacados relacionadas con los datos que facilitarán el lanzamiento de aplicaciones sanitarias que cambiarán las reglas del juego. Os cuento:
Conexiones de datos sanitarios simplificadas
La creación de una aplicación sanitaria antes era más ardua debido a la gran cantidad de trabajo necesario para acceder a los datos. El número de conexiones necesarias era tremenda, y cada una de ellas requería mucho tiempo y recursos. Además, cada conexión debía mantenerse y actualizarse cuando fuera necesario, lo que exigía que todo un departamento lo hiciera. Muy pocas empresas contaban con los recursos necesarios para mantener ese departamento.
Hoy en día, el mercado apunta a la necesidad de simplificar las conexiones de datos sanitarios. Por ejemplo, los avances en las API ofrecen a los desarrolladores de aplicaciones un acceso ‘plug-and-play’ a los datos sanitarios. Estas API proporcionan a los desarrolladores de aplicaciones un acceso fácil a las conexiones de datos sanitarios sin necesidad de actualizar manualmente las conexiones cuando sea necesario: las actualizaciones se realizan mediante un proceso automatizado.
El sector ha avanzado en la simplificación de la autorización de los datos sanitarios por parte de los pacientes. Existen soluciones para los desarrolladores de aplicaciones de salud que permiten a los pacientes dar su consentimiento para distribuir sus registros de salud a las partes de su elección con una interfaz fácil de usar en el dispositivo de su elección. Con estos innovadores avances, los desarrolladores pueden crear rápidamente productos de datos sanitarios con aplicaciones clínicas y no clínicas y acelerar el tiempo de adopción a una fracción del coste.
¿Os imagináis que, estando de vacaciones, tengáis que ir al médico en otra Comunidad Autónoma y que éste tenga acceso a vuestro historial, medicación…? Ya está muy, muy cerca. Sí, en el sector privado un poquitito más cerca. As usual.
Un alcance más profundo de los datos
Las aplicaciones sanitarias se basan en datos sanitarios procedentes de una amplia gama de fuentes. Dependiendo de la función de una aplicación, un desarrollador puede obtener datos de, por ejemplo, el centro de salud, el médico de familia, los médicos especialistas, de los registros médicos electrónicos, de los sistemas de tal o cual clínica, del seguro médico, de las farmacias, de las imágenes y pruebas de diagnóstico…. no, del veterinario, no. No seáis malos. Cuando los desarrolladores tienen acceso a cualquier dato que necesiten, tienen el poder de añadir capas adicionales de información para perfeccionar la calidad de la la misma. Las posibilidades son infinitas.
Sin embargo, el reto se encuentra a menudo en los diversos procesos necesarios para obtener datos de múltiples fuentes. También se requieren diferentes formatos, codificación y estándares para obtener y dar sentido a los datos. Se trata de áreas de conocimiento con las que el desarrollador típico no está familiarizado.
Porque debemos reconocer que la calidad de los datos dista mucho de ser perfecta: el médico ha introducido lo que ha podido mientras nos atendía, nosotros en la declaración de salud para el seguro no hemos sido del todo sinceros… y así todo. Por ello, se hace fundamental buscar la ayuda de socios tecnológicos especializados en el sector sanitario con la experiencia necesaria para obtener datos de diversas fuentes en todo el ecosistema sanitario y crear una solución que altere el mercado.
Información significativa
Más allá de crear y lanzar una herramienta de salud, los desarrolladores siempre se preguntarán ¿qué es lo siguiente? Y es que, como bien sabemos, la tecnología no puede quedarse estancada: debe evolucionar para responder a las nuevas necesidades del mercado. La buena noticia es que el conocimiento necesario para informar las futuras iteraciones de una aplicación tecnológica de salud puede encontrarse en los ricos datos que la empresa ya ha recogido.
Los desarrolladores de aplicaciones de salud que ven más allá, trabajan, como os decía, con socios tecnológicos, que les ayudan a obtener el mejor resultado organizando y analizando las enormes cantidades de datos que recogen y convertirlos en información procesable para dirigir los siguientes pasos, como descubrir retos adicionales que la aplicación puede resolver y hacer los ajustes necesarios para mejorar la experiencia general del usuario. Y para ser claros, el análisis de datos debe ser una actividad continua en lugar de algo puntual. Es necesario adelantarse a las tendencias en constante evolución para asegurarse que el proyecto cuenta con las actualizaciones adecuadas para mantener la relevancia y la cuota de mercado a lo largo del tiempo.
A medida que continúe la explosión de aplicaciones de salud, será interesante ver su impacto en el sector sanitario en general. Con la tecnología que permite a los desarrolladores acceder a datos sanitarios críticos, las barreras de entrada están disminuyendo, lo que les permite construir un ecosistema que responda a las necesidades de los pacientes que, al final, es lo que importa. Ya os contaré más, porque, como os decía al principio, lo importante es tener salud… y dinero para ir al médico.