La gente no es buena para predecir el futuro. ¿Dónde están nuestros autos voladores? ¿Por qué no hay mayordomos robots? ¿Por qué no puedo tomarme unas vacaciones en Marte?”. Con estas tres preguntas comienza un interesante artículo del filósofo e historiador Émile P. Torres para The Washington Post.
En dicho artículo el autor está reflexionando sobre las posibilidades de cómo la inteligencia artificial podría extinguir a la humanidad accidentalmente en el futuro y menciona una encuesta llevada a cabo en 2014 en la que expertos estiman que existe un 50% de posibilidades de que se alcance una “inteligencia artificial a nivel humano” para 2050, y 90% de posibilidades para 2075.
El argumento es que, si programaremos una superinteligencia artificial para un bien común, por ejemplo, establecer la paz mundial, esta máquina podría acabar hackeando los sistemas gubernamentales para detonar todas las armas nucleares. Este tipo de situaciones nos recuerda a clásicos del cine de la ciencia ficción como 2001: Odisea en el Espacio o Terminator que ya han indagado en la cuestión.
Volviendo al presente, este último mes hemos revisado para nuestro estudio de tendencias de INNDUX Analytical varios artículos y estudios sobre el impacto que está teniendo el último bot de IA de moda. En un artículo para WEF de Douglas Broom explicaba hace unas semanas que OpenAI, con sede en California, cofundado por Elon Musk, lanzó ChatGPT a finales de noviembre de 2022.
Dicho sistema ha sido programado con Aprendizaje de Refuerzo a partir de la retroalimentación humana. Las letras GPT significan Transformador Preentrenado Generativo, que es una IA que usa su conocimiento existente para responder preguntas. Arianna Johnson explicaba para Forbes las razones por las que este bot es tan disruptivo. Como ejemplo de su potencia la autora recordaba que ChatGPT ha sido capaz de generar un código Python y escribir ensayos de nivel universitario cuando se le ha dado una indicación, lo que aumenta la preocupación de que dicha tecnología pueda reemplazar a los trabajadores humanos como periodistas o programadores en el futuro.
El autor Colin Baird explicaba en un artículo para Medium que ChatGPT es un tipo de tecnología de inteligencia artificial (IA) conocida como modelo de procesamiento de lenguaje natural (NLP), creada por la empresa de investigación y desarrollo de IA OpenAI. Utiliza algoritmos de aprendizaje automático para analizar y comprender el lenguaje escrito o hablado, y luego generar respuestas basadas en esa entrada. ChatGPT está entrenado en una cantidad increíblemente grande de datos de texto, lo que le permite comprender el contexto y el significado de palabras y frases, y generar respuestas contextuales muy relevantes.
Lo más interesante del artículo de Baird es que nos recomienda dónde y cuándo usar ChatGPT. Este sistema es interesante hoy en día para mejorar la eficiencia y productividad en actividades como: 1) Respuestas por correo electrónico, 2) Generación de documentos, 3) Análisis de datos, 4) Servicio al cliente, 5) Gestión de proyectos, 6) Ideación y planificación de negocios, 7) Generación y depuración de código y 8) Tutoriales técnicos.
Por su parte, los autores Michael Chui, Roger Roberts y Lareina Yee también aportan luz sobre las capacidades y beneficios que la IA generativa como ChatGPT puede aportar al negocio.
En un artículo para Mckinsey, los autores ofrecen una interesante matriz con 6 grandes casos de uso: en marketing y ventas puede servir para escribir textos incluyendo imágenes y videos, crear guías de usuario de productos, analizar el feedback del cliente, mejorar la fuerza de ventas, crear o mejorar chatbots de soporte de ventas. En operaciones pueda ayudar para crear o mejorar chatbots de atención al cliente, identificar errores de producción, anomalías y defectos, agilizar el servicio al cliente e identificar cláusulas de interés. En ingeniería informática puede escribir código y documentación, generar automáticamente o autocompletar tablas de datos, generar datos sintéticos. En riesgo y legal puede redactar y revisar documentos legales, resumir y resaltar los cambios, responder preguntas de grandes cantidades de documentos legales. En recursos humanos puede asistir en la creación de preguntas de entrevista para la evaluación de candidatos, proporcionar funciones de recursos humanos de autoservicio. Con relación a la optimización de los empleados puede optimizar la comunicación de los empleados, crear presentaciones de negocios, sintetizar un resumen, habilitar la búsqueda y la respuesta a preguntas y realizar una contabilidad automatizada clasificando y extrayendo documentos.
Estos ejemplos nos indicarían el punto de desarrollo en el que nos encontramos en el año 2023 con relación a un sistema avanzado que ha sido programado con aprendizaje de refuerzo a partir de la retroalimentación humana.
Entonces, ¿cómo estamos de lejos realmente de la superinteligencia artificial que menciona Émile? En un artículo publicado en ourworldindata en diciembre del año pasado el autor Max Roser analiza varios estudios sobre la llegada de la IA general. El resumen es que la gran mayoría de expertos piensa que en las próximas décadas existe la posibilidad de que veamos tecnología de IA que tendrá un impacto transformador en nuestro mundo.
En las tres encuestas, más de la mitad piensa que hay un 50 % de posibilidades de que se desarrolle una IA a nivel humano antes de algún punto de la década de 2060. Al mismo tiempo, existe un gran acuerdo en el panorama general. Los plazos de muchos expertos son más cortos que un siglo, y muchos tienen plazos sustancialmente más cortos que eso. La mayoría de los que estudian esta cuestión creen que existe un 50 % de posibilidades de que se desarrollen sistemas de IA transformadores en los próximos 50 años. Por lo tanto, debemos aprovechar para nuestras organizaciones y nosotros mismos el inmenso valor que nos brindan las tecnologías exponenciales a día de hoy y al mismo tiempo prepararnos para las increíbles capacidades que nos ofrecerá la IA general del futuro.
*** Paco Bree es director de programas de innovación de Deusto Business School y CEO de Inndux.