El entorno cambiante e incierto de la economía actual hace cada vez más necesaria la cooperación y la generación de entornos colaborativos que permitan a las empresas unir esfuerzos y potenciar sus recursos, en definitiva, fomentar la creación de nuevas sinergias.
En España, hay 51 Parques Científico-Tecnológicos asociados a APTE, la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España. El conjunto de entidades aquí agrupadas alcanzó en el año 2021 la cifra de 8.145, que sumaron un total de 189.039 empleos, de los que el 20% era personal dedicado a I+D y lograron 28.004 millones de euros de facturación.
Cada uno de estos 51 espacios posee una idiosincrasia y realidad particulares, determinadas por cuestiones de todo tipo: su forma jurídica, su antigüedad y nivel de desarrollo o maduración, las empresas que lo integran, sus infraestructuras, etc. Así afrontan retos de diferente naturaleza condicionados por estas variables y, por supuesto, por la realidad socioeconómica del entorno en el que se asientan.
Aun con todas estas diferentes realidades, lo cierto es que somos organizaciones con propósito, un propósito común a todos estos espacios que hace que tenga sentido funcionar como una red nacional (e internacional).
Aspectos como la transferencia de conocimiento, el fomento de las tecnologías disruptivas, la identificación de tendencias globales, la promoción del emprendimiento, la innovación abierta o las ventajas de la intersectorialidad en la innovación, la adopción de la Agenda 2030 y, con ello, de los objetivos de desarrollo sostenible (sostenibilidad, trabajo decente y crecimiento económico, igualdad de género, educación de calidad, innovación e infraestructuras). Todos grandes retos de país en los que nos afanamos cada día desde la red, tratando de crear valor colectivamente.
La tarea es inmensa y apasionante. Y como ya se ha mencionado, hay que tomar en consideración las diferencias territoriales. Andalucía es la región más poblada de España aportando el 18 % de los habitantes. Nuestra región no ha conseguido hasta hoy la convergencia con otras regiones más ricas de Europa, y determinados indicadores deben llamar a la acción a todos los agentes que podemos contribuir a su corrección en alguna medida. La distribución sectorial del PIB se concentra en servicios, turismo y actividades tradicionales, siendo la industria sólo el 11% del PIB, inferior al 16,30% del conjunto nacional.
Andalucía cuenta con el 15,6% de las empresas españolas y es la tercera Comunidad Autónoma en número de empresas. Tiene una densidad empresarial más baja que la media española (16 habitantes/empresa frente a 14 del Estado) y una mayor proporción de microempresas que el conjunto nacional. Se ha producido un descenso del gasto total en I+D (0,93), lo que ha provocado que la distancia a la UE27 se haya incrementado. Asimismo, el gasto en innovación de las empresas realizado en Andalucía ha caído en la última década.
Ante ello, la nueva Estrategia de Especialización Inteligente para la Sostenibilidad de Andalucía para el período 2020-2027, marca la senda a los agentes públicos y privados en la transformación inteligente de la Comunidad Autónoma. Los parques tecnológicos somos agentes clave del sistema regional de innovación en la transferencia del conocimiento y su aplicación para la producción de innovación.
Desde ecosistemas de innovación como el Parque Tecnológico de Córdoba, y aun teniendo un tamaño menor que el de otros relevantes ejemplos andaluces, se juega un papel muy importante a la hora de abordar los grandes retos de nuestro territorio. Nuestras empresas, en fase de madurez y crecimiento, son innovadoras, flexibles y conocedoras del tejido productivo y del conocimiento.
Desde este tipo de empresas, se entablan relaciones estrechas con el sistema productivo local, permitiendo, por citar algún caso, su transformación digital. O contribuyendo a las innovaciones más disruptivas, de la mano de grandes empresas, que optan por externalizar fuera de sus estructuras determinadas operaciones. Difícilmente encontraremos en otros entornos productivos esta concentración de empresas de perfil innovador y la confluencia de otros agentes del ámbito del conocimiento, las instituciones y la sociedad.
Nuestro entorno empresarial y del conocimiento destaca por su especialización en distintos entornos, según la clasificación de la Estrategia andaluza, como son los de la sociedad inteligente, resiliente y saludable y el entorno de la agrotecnología.
Contamos, como ejemplo, con proyectos recientes tan singulares como INNOLIVAR, una iniciativa de compra pública innovadora de más de 13 millones de euros, liderada por la Universidad de Córdoba, en la que han participado numerosas empresas, varias radicadas en el Parque.
Y en cuanto a próximos retos, el de posicionar a Andalucía como nodo de la innovación y tecnología en el ámbito de las tecnologías para la defensa. Sector que cobra especial interés para Córdoba, por la próxima localización de la Base Logística Central del Ejército de Tierra, infraestructura que movilizará 350 millones de euros, creará 1.600 empleos directos y favorecerá la generación de oportunidades en el ámbito del desarrollo tecnológico. Desde el Parque hemos iniciado la labor para que el ecosistema emprendedor se acerque a estas oportunidades emergentes.
En definitiva, un Parque Tecnológico como el de Córdoba, por su configuración, favorece que la cooperación, la creatividad, la accesibilidad a todos los agentes relevantes y el diseño de estrategias puede ser más eficaz. Sin caer en la complacencia, ya se han mencionado los retos nacionales, regionales y locales a los que nos enfrentamos.
Hay mucho por hacer. Es preciso disponer de una agenda territorial clara y consensuada, contemplando elementos específicos de nuestro ámbito más cercano y elementos comunes como la formación de talento, el crecimiento empresarial, el fomento de la innovación, de la investigación orientada al mercado, etc. Los Parques suman oportunidades para la transformación inteligente de los territorios que los albergan.
Para nuestro Parque, nuestra red y, pienso, para los profesionales que aquí trabajamos cada día, lo relevante es que contribuyamos con nuestra labor a reconocer cuáles son los principales 'rinocerontes grises' de nuestro tiempo, según el concepto de Michele Wucker, y enfrentarnos a ellos. Si apostamos por combatir los más acuciantes de carácter social como la precariedad, la desigualdad, el cambio climático, la cohesión territorial o la calidad de las instituciones, a través de la creación de valor económico conjuntamente, estaremos contribuyendo a alcanzar un futuro mejor.
*** Eva Pozo Cruz es directora general del Parque Científico Tecnológico de Córdoba.