España ha hecho un gran esfuerzo por mejorar la educación en las últimas décadas. No hay más que observar el gran salto generacional en materia educativa. Personas mayores que apenas tuvieron la oportunidad de aprender a escribir, hoy tienen nietos con estudios superiores, y esto es un logro de los gobiernos, de las instituciones y de toda la comunidad educativa.
Si hablamos de recursos tecnológicos, España tampoco se ha quedado atrás. Según datos del Ministerio de Educación, el 97% de las aulas tiene acceso a internet y el 65%, además, dispone de sistemas digitales interactivos, lo que abre la puerta a infinidad de recursos educativos.
Sin embargo, uno de los puntos débiles siempre ha sido la evaluación cualitativa en comparación con otros países. El informe PISA, una prueba que evalúa las competencias matemáticas, científicas y de comprensión lectora de los alumnos, no deja a España en buen lugar, situándose por debajo de la media de la OCDE.
Cabe preguntarse, por tanto, qué está fallando y cómo pueden contribuir a mejorar estos resultados todos los agentes que forman parte de la comunidad educativa, incluyendo familias, profesores, escuelas, gobiernos y empresas 'edtech'.
La actual generación de estudiantes ha crecido rodeada de tecnología. Son nativos digitales que utilizan las redes sociales para buscar información. Son internautas, acostumbrados a contenidos dinámicos e interactivos. Hoy en día, los profesores necesitan hablar el lenguaje de la tecnología para llegar a sus alumnos de forma eficaz. En este sentido, demandan tiempo y formación en competencias digitales para estar a la altura y afrontar este nuevo reto de innovación educativa.
Uno de nuestros mayores aprendizajes durante y después de la pandemia es que los profesores responden positivamente a la adopción de tecnología para permitir a sus alumnos una experiencia de aprendizaje mejorada, especialmente cuando tienen herramientas que son útiles y fáciles de usar. Es un hecho que los profesores están abiertos a utilizar recursos educativos digitales, pero necesitan que sean sencillos e intuitivos para poder centrar sus esfuerzos y atención en el proceso de aprendizaje de sus alumnos.
Los profesores españoles son conscientes de los beneficios que la gamificación tiene sobre sus alumnos. Convertir el aprendizaje en una experiencia divertida y atractiva aumenta la concentración y la motivación, mejora la asimilación de contenidos y favorece la colaboración. Esto, sumado a la democratización de la tecnología y a esta inversión en recursos tecnológicos, ha convertido a España en el ecosistema perfecto para la innovación y el 'edtech', posicionándolo como uno de los diez primeros sectores para la inversión.
Según el Informe Europeo de Financiación Edtech 2022,publicado por Brighteye Venture, las edtech se situaron en el top 10 de los principales sectores de inversión en España en 2020 y 2021, sumando 128 millones de euros de inversión y, los últimos datos indican que se mantuvo en el top 10 en el 2022.
La competencia crece al mismo tiempo que el interés por este mercado, así como el número de profesionales con formación tecnológica y digital implicados en el desarrollo de este tipo de plataformas, lo que, en mi opinión, no hace sino mejorar el resultado y multiplicar las opciones para educadores y alumnos.
Si España ya cuenta con los recursos tecnológicos y humanos para ofrecer una educación atractiva y de calidad a sus alumnos, sólo necesitamos escuchar las necesidades de los profesores, y ofrecerles ese pequeño impulso y apoyo para que ayuden a sus alumnos a liberar su potencial de aprendizaje, mejorar sus resultados académicos, y mantenerlos motivados durante el proceso de aprendizaje, así como desarrollar una nueva cultura de aprendizaje que pueda perdurar los próximos años, con el apoyo de soluciones tecnológicas en materia de educación. Debemos integrar los recursos educativos digitales disponibles como una herramienta más en la educación para enseñar a los alumnos de forma eficiente y eficaz.
*** Eilert Hanoa es CEO de Kahoot!