Me gusta pensar que emprender es como una partida de ajedrez: hay que ir colocando los recursos de la forma más estratégica posible para sacar ventajas. Aunque juego con cierta frecuencia al ajedrez, al contrario que emprender, nunca ha sido mi verdadera pasión.
La dificultad que entraña el ajedrez es acertar movimiento tras movimiento analizando qué puedes y no exponer, mientras que en el emprendimiento se trata de hacer un buen movimiento y acertar. Esto explica que la cualidad que más se resalte de los emprendedores sea la poca aversión al riesgo: te centras más en acertar que en fallar, ya que esto último no te preocupa.
Estos últimos años, con un contexto marcado por una pandemia, subidas históricas de tipos y, por supuesto, una guerra que se está librando en un punto particular del planeta, pero con una repercusión global, ha afectado a todos las compañías y especialmente a las energéticas. La razón es sencilla, al estar los recursos energéticos distribuidos de forma heterogénea en el mundo, las tensiones geopolíticas son el caldo de cultivo perfecto para que las crisis energéticas florezcan.
Si bien seguimos vulnerables a estas variabilidades en el 2023, aún no sabemos, al igual que en una partida de ajedrez, si las decisiones que estamos tomando son buenas o no. En cambio, sí podemos repasar lo vivido y decidido en el año 2022.
El sector del autoconsumo solar estaba viviendo los últimos años un crecimiento que, aunque pronunciado, era constante. En cambio, del año 2021 al 2022 el mercado del autoconsumo creció un 108% (UNEF), un boom inesperado debido principalmente al aumento del precio de la electricidad y a los ahorros que habían generado los particulares en la época Covid, que decidieron invertirlos en sus hogares.
Durante 2022, las compañías del sector vivimos tal demanda que en numerosas ocasiones no pudimos dar respuesta a cientos de proyectos. Un coste de oportunidad millonario, imperdonable para cualquier empresa y todavía más para las emergentes como la nuestra.
En ese momento suponíamos, y esperábamos, que esos niveles de demanda se mantendrían, que no era algo momentáneo como después vimos. Esta prudencia fue uno de los motivos que afectó a la velocidad que tendríamos que haber implantado a la hora de contratar. Obsesionados con la cultura empresarial y encontrar perfiles afines a la visión de la empresa, nos enfrentamos a la tesitura entre dedicarle tiempo al trabajo que nos llegaba o a contratar. No fuimos capaces de reaccionar y contratar rápido, lo que nos pedía la demanda.
Lo que sí hicimos bien fue ser fieles a nuestro servicio. Decidimos sacrificar cierto volumen por calidad y así darle un servicio al cliente del que nos sentimos orgullosos. Eso ha premiado a futuro en satisfacción del cliente y recomendaciones, una estrategia más largoplacista.
Esta enorme subida y bajada ha servido para que el sector aprenda que este crecimiento de mercado estaba totalmente dopado, al igual que este bajón de 2023 –70% de reducción del mercado de autoconsumo solar (APPA)– tampoco es real y es simplemente momentáneo.
Para ello, aplicamos nuestros aprendizajes del año pasado a la estrategia de este: la situación no será duradera, hay que ser resilientes y fieles a tu propuesta de valor. El autoconsumo ha llegado para quedarse y hay que estar atentos para cuando la demanda vuelva a un nivel normal.
Sin duda, emprender requiere de una importante capacidad de discernir entre las fluctuaciones emocionales propias de una startup y los aspectos racionales como el mercado y la macroeconomía. Gestionar los tiempos y tomar decisiones en una empresa de reciente creación en un sector dinámico es todo un reto. Sin embargo, está claro que el éxito solo se logra encontrando tu propio camino y desarrollando la resiliencia necesaria para superar los obstáculos.
El camino del emprendimiento está lleno de incertidumbre y riesgos. Es necesario tener una mentalidad resiliente para enfrentar los desafíos constantes y las adversidades que surgen en el camino. La capacidad de tomar decisiones difíciles y mantener la calma bajo presión es fundamental. El emprendedor debe aprender a lidiar con la ambigüedad y la falta de garantías, confiando en su intuición y habilidades para navegar por terrenos desconocidos.
A pesar de los desafíos personales que implica, emprender es profundamente gratificante. La sensación de crear algo propio, de dejar una huella en el mundo y de alcanzar el éxito a través de tus propios esfuerzos es incomparable. Cada obstáculo superado y cada logro alcanzado en el camino se convierten en pilares de crecimiento y aprendizaje personal.
*** Alexis de las Heras es fundador y CEO de Lumio.