"De todas las formas de intelecto humano que uno podría esperar que emule la inteligencia artificial, pocas personas probablemente pondrían la creatividad en la parte superior de su lista". Esta es una de las ideas rompedoras que nos transmite el profesor de la Universidad de Montana, Erik Guzik, en un reciente artículo publicado en The Conversation sobre el crecimiento que está experimentando la inteligencia artificial en una de esas áreas que parecían exclusivas de la mente humana.
Para el autor, la creatividad está estrechamente relacionada con el acto de combinar recursos existentes (ideas, materiales, conocimientos) de una manera nueva y útil. Esto es algo de lo que innumerables científicos, artistas, escritores, músicos, poetas, chefs, fundadores, ingenieros y académicos pudieron dar fe a lo largo de la historia.
Con relación a la variable de la novedad, es importante destacar también el concepto de pensamiento divergente y convergente para la resolución creativa de problemas que el psicólogo estadounidense Joy Paul Guilford propuso en 1967.
El pensamiento divergente es un proceso de generación de ideas mediante la exploración de muchas posibles soluciones. Un alto cociente intelectual no garantiza la creatividad, son más importantes los rasgos de personalidad como inconformismo, curiosidad, persistencia y asunción de riesgos. El pensamiento convergente es la habilidad de dar la respuesta correcta a la pregunta, ordenando de manera lógica la información disponible. Los procesos de innovación alternan el pensamiento divergente y convergente para desarrollar soluciones.
Erik, junto con los investigadores de creatividad y emprendimiento Christian Byrge y Christian Gilde, han probado las habilidades creativas de la IA, haciéndola pasar las Pruebas de Pensamiento Creativo de Torrance (TTCT), que miden los tipos de creatividad necesarios para las tareas de la vida real, incluyendo, entre otras cosas, hacer preguntas, cómo ser más ingenioso o eficiente, adivinar causas y efectos o mejorar un producto.
Es importante señalar que esta prueba no está diseñada para medir la creatividad histórica, que es lo que algunos investigadores utilizan para describir la brillantez transformadora de genios creativos como Mozart o Einstein. Más bien, evalúa las habilidades creativas generales de los individuos, a menudo denominadas creatividad psicológica o personal.
Sorprendentemente, GPT-4 obtuvo en la prueba TTCT una puntuación un 1% superior de los examinados por la originalidad de sus ideas. Según este estudio, los investigadores creen que estos hallazgos marcan uno de los primeros ejemplos de cómo la IA alcanza o supera la capacidad humana de pensamiento original.
Esto significa, literalmente, que los modelos de IA como GPT-4 son capaces de producir ideas que los humanos consideramos inesperadas, novedosas y únicas. Además, parece que otros investigadores están llegando a conclusiones similares en sus investigaciones sobre la IA y la creatividad.
En otro artículo publicado recientemente en HBR sobre cómo la IA puede aumentar la creatividad humana, los autores Tojin T. Eapen, Daniel J. Finkenstadt, Josh Folk y Lokesh Venkataswamy recomiendan promover el pensamiento divergente que mencionamos anteriormente.
Explican que en una investigación que realizaron en colaboración con empresas, instituciones académicas, gobiernos y militares, descubrieron que la IA generativa puede ayudar a las organizaciones a superar los desafíos de la innovación. Puede ir más allá de los simples pros y contras para ayudar a los humanos a evaluar dimensiones clave de la creatividad, como la novedad, la viabilidad, la especificidad, el impacto y la viabilidad.
También puede aumentar la creatividad de los empleados y clientes y ayudarlos a generar e identificar ideas novedosas y mejorar la calidad de las ideas de cinco maneras: 1) promoviendo el pensamiento divergente, 2) desafiando el sesgo de experiencia, 3)asistiendo a la evaluación de ideas, 4) refinando la idea, 5) apoyando el refinamiento de la idea y 5) facilitando la colaboración entre los usuarios.
*** Paco Bree es director de programas de innovación de Deusto Business School y director general de Inndux.