Marcelo Claure es un perfil admirado en Miami. Por lo conseguido como ejecutivo y también por su audacia como emprendedor. Ambas facetas van de la mano y forman parte de su carrera. Nacido en Bolivia, estudió en Estados Unidos. Pasó de vender móviles de segunda mano, a tener la mayor empresa dedicada a ello en la región.
Suena como algo poco glamuroso, sí, móviles usados. Pero, ahora, con la economía circular como prioridad esta idea se vería con mejores ojos. Da igual. Le sirvió para ponerse en primera fila. Así es como pasó a Sprint, una de las tres grandes telcos de Estados Unidos, que adquirió su compañía. De ahí, a liderarla y unirla a T-Mobile. Más dominio aún.
El siguiente paso fue saltar a Softbank, el gigante japonés que inicialmente era una telco, accionista mayoritario de la empresa en la que trabajaba, pero con un punto muy importante, el perfil de su CEO y su ambición, Masayoshi Son, conocido en el sector como Masa, tiene la mirada puesta por fases.
Dos muy marcadas, los próximos 30 años y los próximos 200. Con esa tesis inicial, invierte ingentes cantidades de dinero en tecnologías rompedoras, negocios disruptores e ideas que pueden resultar, a priori, muy locas.
Esto explica que el Vision Fund de Softbank sea uno de los que más apoyo dio a Uber desde las promesas gas
Entre tanto, Marcelo se fue ganando a unos y otros por ser directo, claro, conciso, por no dar rodeos en falso y tener claro hacia dónde quiere que vayan sus negocios. También dejó clara su pasión por el fútbol, con la compra del Bolívar, equipo de su país, además de inversiones en más empresas deportivas. Además de ser uno de los accionistas más destacados del Girona, ahora mismo líder en la Liga Española.
Marcelo ha sido uno de los grandes defensores del papel de Miami como hub tecnológico global, y como capital de negocios y emprendimiento en América Latina. Además de conseguir un fondo dedicado para Latam, fundó el Opportunity Fund, uno centrado en latinos y emprendedores de color de Estados Unidos.
Más allá de los típicos guiños a la diversidad, quería algo que invitase a que las próximas generaciones vieran el emprendimiento en tech como una opción de éxito y prosperidad para la sociedad.
Hace poco más de año y medio, por desavenencias con reparto de equity, en general y, en parte, falta de apoyo para seguir regando con millones las startups más rompedoras de Latam dejó su empleo.
Tras este tiempo en barbecho, Marcelo Claure ha dado la sorpresa. Ha comprado ese mismo fondo. El Opportunity Fund, casi abandonado por su anterior empleador, pasa a ser su vehículo para inyectar capital, conocimientos y conexiones. Eso sí es estar "invertido", con dinero propio y con convicción.
Esta ambiciosa e inesperada recompra suena casi a cuento de Navidad, a volver a reactivar el ecosistema de Latam, la sólida conexión con Miami, y a lanzar el mensaje de que la confianza sigue ahí. Un bonito mensaje en fechas especiales. ¡Felices Fiestas!