ANIEL (Asociación Nacional de Industrias Electrónicas), origen de la actual AMETIC, se funda en el año 1973 por iniciativa de un grupo de emprendedores empresarios españoles que identificaron la importancia de una industria naciente, que estaba llamada a desempeñar un papel crucial en el desarrollo económico y tecnológico del mundo y de nuestro país.
De este grupo, liderado por su primer presidente Juan Luis Heredero, creador de la empresa Piher, que llegó a ser el tercer fabricante mundial de resistencias y potenciómetros, formaban parte otros emprendedores como Joan Majó, fundador de Telesincro, desarrollador del primer ordenador con tecnología española (¡en 1973!) y futuro ministro de industria o mi padre Pedro Mier Allende, fundador de la empresa Mier Allende y segundo presidente de Aniel.
La historia de Aniel es sorprendente cuando se mira en perspectiva. En su seno y de sus propuestas nacieron entidades tan importantes como la Dirección General de Electrónica e Informática, el CDTI, cuyo fundador y alma mater Juan Luengo era miembro de la primera junta directiva de Aniel, AENOR cuyo primer presidente Larrañaga y su primer director general Ramón Naz eran miembros de la junta directiva y subdirector general de Aniel respectivamente o la Gerencia de Compensaciones Industriales del Ministerio de Defensa, creada e impulsada por Antonio Rodríguez, vicepresidente de Aniel.
A los pocos años de la fundación de Aniel, con la llegada del software y de la informática, se crea Sedisi, la Asociación de Empresas de Informática, que años más tarde se fusionó con Aniel para constituir Aetic, que al fusionarse después con Asimelec dio origen a la actual AMETIC.
El mantenimiento de una voz unificada en defensa de los intereses de la industria digital es una necesidad por la que ha luchado consistentemente AMETIC a lo largo de sus 50 años de existencia.
Algunos logros de AMETIC en los últimos años han sido: la creación de los macroproyectos tractores (acciones estratégicas de país), origen de los actuales PERTEs (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica), el Plan Nacional de Formación en Habilidades Digitales, la representación en España de la European Digital Skills and Jobs Coalition, la creación del ministerio de Transformación Digital, o la propuesta de creación de una vicepresidencia de Reindustrialización, Innovación y Digitalización y de tres pactos de Estado (Educación, Reindustrialización e Innovación).
El redescubrimiento de la importancia de la soberanía estratégica que se puso de manifiesto de forma tan dramática durante la pandemia (todavía nos acordamos del pánico al descubrir la falta de mascarillas y respiradores y la incapacidad para fabricarlos con rapidez) o las consecuencias de la falta de chips en la producción de automóviles, el control de las cadenas de suministro o de las materias primas estratégicas, ha llevado a la Unión Europea al lanzamiento de un programa de reindustrialización para recuperar la capacidad para responder a las situaciones imprevistas y a los nuevos retos de las tecnologías emergentes con los propios medios y hacerlo de forma abierta, es decir, en colaboración con el resto de países, pero desde la autonomía y no desde la dependencia.
En estas circunstancias y tal como AMETIC viene defendiendo desde hace muchos años es necesario un Plan Nacional de Reindustrialización que permita fortalecer a nuestra industria, crear empleos de calidad y participar como actores, no sólo como usuarios, en la revolución tecnológica digital en la que estamos inmersos.
Para ello es decisivo contar con empresas que tomen sus decisiones estratégicas en nuestro país y así poder colaborar con las empresas globales y favorecer sus inversiones aquí, al encontrar un tejido industrial español capaz de colaborar como socio estratégico fiable en sus proyectos globales.
Hay varias características que han marcado la trayectoria de AMETIC desde su fundación: su capacidad de adaptación a los cambios, su espíritu propositivo y sana ambición y, por encima de todo, el fomento de la colaboración entre sus asociados y con el resto de agentes del ecosistema tecnológico-industrial. En ellas se encuentran sus rasgos definitorios y la explicación de su éxito y pervivencia en el tiempo.
Hoy AMETIC representa a la industria digital, un sector que factura 122.000 millones de euros, emplea a más de 636.000 personas, lo componen más de 38.000 empresas, realiza el 36,7% del esfuerzo español en I+D+I, impacta en el 22,6% del PIB y, sobre todo, está en la base de la enorme transformación social provocada por la revolución digital.
Ello nos hace ser conscientes de nuestro impacto y nuestra responsabilidad ante la sociedad. Es por ello por lo que, al celebrar los primeros 50 años, queremos manifestar nuestro compromiso con el progreso de nuestro país, como se desprende del lema de nuestra celebración "50 años impulsando la transformación de España".
Si tuviera que definir con una sola palabra cuál es la esencia de AMETIC, sin duda sería "colaboración". La colaboración es lo que nos ha permitido crecer como personas, como empresas, como sector y como asociación. Es y seguirá siendo nuestra seña. En AMETIC todo el que quiere colaborar es bienvenido.
Este viaje de 50 años que celebramos no hubiera sido posible sin el esfuerzo, entusiasmo e ilusión de los hombres y mujeres que dedicaron parte de su vida a un proyecto ilusionante y con un claro propósito compartido.
Los cumpleaños son buenos momentos para revisar el camino recorrido, reconocer a quienes nos precedieron, acordarnos de los que nos dejaron, celebrar con quienes nos acompañan y lanzar mensajes de futuro a los que nos seguirán. Por este motivo. queremos celebrar con todos ellos estos 50 primeros años de trayectoria que esperamos serán sólo la primera etapa de una trayectoria larga y exitosa en beneficio de nuestro país.
***Pedro Mier Albert es el presidente de AMETIC.