"Lo quiero todo y lo quiero ya". Esta frase ya sorprende a pocos. Vivimos en un mundo de inmediatez, personalización y consumismo; un mundo en el que la tecnología ha dejado de ser una opción si quieres competir en el mercado. O te digitalizas, o pierdes. Y el sector real estate no iba a ser menos.
Ubicado entre dos mundos, el sector inmobiliario se orienta a la tecnología para estar a la altura de las necesidades y demandas de los owners o propietarios de inmuebles, pero también de los llamados tenants o inquilinos. Los primeros cada vez valoran más poder acceder a plataformas digitales a la hora de decidir en quién confían para el alquiler o la venta de sus inmuebles. Los segundos buscan mayor comodidad y accesibilidad.
Examinar alojamientos desde el sofá de sus casas, realizar visitas virtuales a distancia, firmar el contrato de arrendamiento desde sus dispositivos... Sin duda, la digitalización del real estate ahorra tiempo y energía, hace que el proceso de compra sea más eficiente y accesible para todos.
Y es que, aunque muchas compañías del sector consideran que el coste de la inversión en tecnología es una de sus barreras, según CBRE, un 75% de las empresas destaca el ahorro en costes y la mejora de la experiencia del cliente como sus principales beneficios.
Sin embargo, según un informe de la consultora inmobiliaria, el grado de madurez digital del sector en 2022 no superaba los 4,6 puntos sobre 10. Este dato indica dos cosas: que aún queda camino por recorrer, sobre todo si se quiere alcanzar la puntuación de 6,8 para 2025; y que la transformación digital del sector va más allá de la accesibilidad.
Gracias a la digitalización, las empresas del sector inmobiliario pueden gestionar la información de forma más eficiente y automatizar las tareas más mecánicas. Desde la reserva hasta el check-out, pasando por la firma del contrato, la tecnología humaniza la gestión de los procesos, los hace más seguros y sencillos. Por no hablar del valor que aporta a la comercialización y, por supuesto, el ahorro de costes al permitir procesos 100% digitales.
En este contexto, la transformación digital se ha convertido en una prioridad para todas las industrias, y el sector inmobiliario no es una excepción. Adaptarse y aprovechar las innovaciones digitales se ha vuelto crucial para mantener la competitividad.
Sin embargo, la transformación digital no es solo una cuestión de tecnología; también implica un cambio cultural y la adaptación de los modelos de negocio tradicionales. En un mundo donde los actores externos, como las propTechs, están cambiando el panorama, las empresas tradicionales del real estate deben replantearse su papel y propuesta de valor en el ecosistema de la habitabilidad.
A pesar de estos avances, aún existen retos en el sector inmobiliario que deben superarse para lograr una transformación digital completa. La adaptación de modelos comerciales, la agilización de procesos burocráticos, la búsqueda de propuestas de valor diferenciales y la transformación cultural son elementos cruciales en este viaje.
En este sentido, existen cuatro retos fundamentales para los actores tradicionales del sector: la caza de la demanda, el mapeo del viaje, la búsqueda de una propuesta de valor única y diferencial y la conectividad del ecosistema.
El primer reto, la caza de la demanda, se refiere a la comprensión de las necesidades de los diferentes usuarios para adaptar los modelos comerciales a ellas. La industria del real estate ha estado tradicionalmente enfocada en el producto, pero ahora necesita desarrollar una visión 360º sobre sus usuarios y utilizar herramientas ágiles para medir y eficientizar sus procesos.
Un ejemplo de esta 'caza de demanda' con foco en los usuarios son los marketplace de alojamiento a media estancia. Frente a los de corta o larga estancia, los de media permiten a los inquilinos ocuparlo durante un periodo de mes a año. Una opción perfecta para estudiantes de Erasmus, profesionales desplazados por proyectos de trabajo o nómadas digitales, entre otros.
Y, ¿por qué es, sin lugar a duda, una 'caza de demanda'? Según el Ministerio de Universidades, durante el curso 2021-2022, justo después de la pandemia, España recibió a más de 135.000 estudiantes internacionales, de los cuales 54.000 vinieron a estudiar al país a través de programas de movilidad, como Erasmus. Más de 135.000 estudiantes en busca de alojamiento de media estancia.
Respecto al mapeo del viaje, el reto se centra en entender las vivencias del cliente y revisar los procesos internos de las compañías. Los procesos burocráticos y tediosos deben ser revisados y adaptados para ofrecer experiencias más amigables en un entorno digital.
El tercer reto es encontrar una propuesta de valor única y diferencial (USP). En un mercado atomizado, donde la comoditización es común, es esencial encontrar elementos distintivos que vayan más allá del precio.
El último reto, la conectividad del ecosistema, se refiere a la integración de players para gestionar a los usuarios de manera integral en el end-to-end. La anticipación de esta integración es clave para preparar sistemas, personas, datos y procesos.
Aunque estos retos son significativos, el aspecto más bloqueante de la transformación sigue siendo la resistencia al cambio. La necesidad de cambio y la ágil respuesta de nuevos actores han acelerado el proceso de transformación. La digitalización del real estate ya no es una opción, sino una decisión crítica.
***Óscar Rubio es CEO y fundador de Lodgerin.