Cuenta la leyenda que el invento más importante de Edison no era patentable, pero que podría ayudar enormemente a las empresas actuales que intentan reinventar sus capacidades digitales para avanzar y evolucionar hasta el siguiente nivel.
Thomas Alva Edison es uno de los inventores más prolíficos de la era posteléctrica. Con 1.093 patentes en una asombrosa variedad de campos diferentes, uno se pregunta cuál diría Edison que fue su invento más importante.
Como os decía al principio –y no, no es una leyenda, sino que lo dicen los historiadores de la Edison Innovation Foundation y el Thomas Edison Center–, ‘su invento más importante fue uno que no podía patentarse: el propio proceso de la invención moderna’.
Edison abrió lo que llamó su "fábrica de inventos" en Menlo Park (Nueva Jersey) con los beneficios de sus inventos anteriores. Su objetivo era aplicar "los principios de la producción en masa al modelo decimonónico del inventor solitario". Una vez en funcionamiento, el laboratorio de Edison empezó a producir grandes inventos a un ritmo asombroso. Inaugurado en marzo de 1876, introdujo rápidamente la fotocopiadora eléctrica (1876), el fonógrafo (1877), la bombilla de filamento (1879), la lámpara eléctrica (1880), el cine (1888) y cientos de innovaciones más.
Menlo Park tuvo éxito porque permitió a Edison reunir y dirigir, todo bajo un mismo techo, a un equipo de ensueño formado por científicos, ingenieros, físicos, mecánicos, maquinistas y dibujantes de primera fila procedentes de todo Estados Unidos y Europa. Juntos, trabajaron como un equipo de colaboración, compartiendo sus conocimientos y los resultados de sus numerosos experimentos, mientras analizaban las ideas de sus colegas, desafiaban las suposiciones de los demás y buscaban mejores respuestas.
Edison fomentaba la competencia vigorosa y la disección de ideas; animaba a desmontarlas y analizarlas, probando y volviendo a probar constantemente los enfoques hasta que sólo la solución óptima pasaba el examen. La diversidad de procedencias de los compañeros de equipo garantizaba la rápida eliminación de los enfoques menos idóneos. A medida que se incorporaban nuevos empleados al laboratorio, se les llamaba rápidamente para ver qué nuevas ideas podían aportar a la ideación colectiva.
Francis Jehl, asistente de Edison durante muchos años, tenía claro que Edison era algo más que Thomas. Era en realidad un sustantivo colectivo y significaba el trabajo de muchas personas. Pero bajo la atenta mirada de Edison, el estilo de trabajo combinado del equipo se redujo a tres máximas: colaboración, innovación y aceleración.
Hoy en día, las empresas de todos los sectores están sometidas a una inmensa presión para crear fábricas de invenciones propias, desarrollar la próxima generación de productos y servicios basados en la información que demandan los consumidores y hacerlo más rápido que sus competidores. ¡Qué presión! Sí, pero tranquilos, no estáis solos.
En 2021, una de las principales conclusiones a las que llegó McKinsey es que en 2026 la mitad de los ingresos empresariales procederán de productos, servicios o empresas que todavía no existen. La fiebre del oro de la transformación digital está en marcha, y el 87% de las grandes empresas están construyendo activamente su cartera de futuros productos y servicios, así que no hay tiempo que perder. Estaremos en medio de una batalla campal, estemos o no preparados.
Dado que la velocidad y el tiempo de comercialización son fundamentales, IDG informa de que dos tercios de las empresas buscan una ventaja competitiva moderna paralela a la del laboratorio de Edison: desplegar una plataforma de toma de decisiones empresarial para orquestar sus esfuerzos de transformación digital.
En muchos aspectos, una plataforma sirve para lo mismo que la fábrica de inventos de Edison, sólo que, en lugar de estar todo bajo el mismo techo, está todo conectado a la misma nube. Desplegar una plataforma no tiene por qué ser una empresa cara y ardua. Si se hace correctamente, simplemente unifica y aporta interoperabilidad a los recursos heredados existentes. Esto fomenta la colaboración empresarial y la sinergia entre las personas, los procesos y las tecnologías ya existentes para maximizar.
- Colaboración: Una plataforma unifica toda la información de una organización para hacerla interoperable en todos los departamentos y aplicaciones, lo que da como resultado una visión compuesta y omnidireccional de cada cliente y cliente potencial en tiempo real. De este modo, las empresas pueden mantener una estrategia completa y procesable para cada consumidor, identificando estrategias personalizadas de up-selling y cross-selling antes incluso de que surjan las necesidades.
- Innovación: Una plataforma proporciona a las empresas una base sobre la que pueden experimentar continuamente con nuevas formas de reutilizar y reempaquetar sus activos de decisión de clientes en diferentes configuraciones. Esto les facilita el desarrollo rápido de nuevas y atractivas soluciones, servicios y líneas de negocio para los clientes.
- Aceleración: La velocidad es una ventaja competitiva imbatible en el negocio digital. Al ayudar a acelerar el desarrollo y la implantación de proyectos, una plataforma puede permitir a las empresas superar a sus competidores y ganar oportunidades de negocio antes incluso de que sus rivales las identifiquen.
Por supuesto, hay una cuarta ventaja que ofrece una plataforma a la que Edison no tuvo acceso, pero que habría apreciado enormemente: la simulación. Cuando Edison se propuso inventar una bombilla mejor, calculó que tardaría tres o cuatro meses. Acabó tardando 14 meses debido al tiempo y los costes de construir 10.000 prototipos.
Si Edison hubiera tenido acceso a las modernas herramientas de simulación, monitorización y de gemelo digital, podría haber encontrado la respuesta correcta en días. En las empresas que hacen un uso intensivo de la información, y con buenos datos, la simulación ofrece a las empresas la posibilidad de modelizar rápidamente las decisiones y estrategias, basándose en sus datos del mundo real, antes de ponerlas en práctica. Las variaciones pueden probarse fácilmente hasta identificar los resultados óptimos, en un tiempo sorprendentemente reducido, dependiendo de la complejidad. Esto permite a todas las partes interesadas ver lo que les depara el futuro, llegar a un consenso y diseñar un plan para seguir adelante desde la perspectiva del ROI empresarial.
Al dominar y producir en masa la colaboración, la innovación y la aceleración, Edison y su equipo introdujeron durante décadas un invento tras otro que cambió el mundo. A lo largo de su vida, Edison dijo con frecuencia que se basaba en cuatro sencillos principios:
-
Nunca te desanimes si fracasas. Aprende de ello. Sigue intentándolo.
-
Aprende tanto con la cabeza como con las manos.
-
No todo lo que tiene valor en la vida proviene de los libros: experimenta el mundo.
-
Nunca dejes de aprender.
Ahora, 150 años después, esos mismos principios se aplican a las empresas para las que la transformación digital es un objetivo competitivo prioritario.