José Ramón Barriocanal (CEO & Advisor)

José Ramón Barriocanal (CEO & Advisor) DISRUPTORES

La tribuna

El futuro de la inteligencia artificial

18 mayo, 2024 01:34

Inteligencia artificial, inteligencia artificial e inteligencia artificial. No hablamos de otra cosa. Y es estamos en plena locura alrededor de esta tecnología. Pero, ¿qué será lo próximo? Porque la IA es mucho más. Va mucho más allá que eso que relacionamos con los chatbots y los asistentes virtuales, que ayudan a los humanos a realizar todo tipo de tareas, desde las compras familiares hasta la planificación de comidas. Mientras tanto, ChatGPT y sus "amigas generativas" están provocando disrupciones importantes en muchos sectores.

La primera fase de las aplicaciones de IA se centró en la automatización y la eficiencia, agilizando los procesos y aumentando las capacidades humanas. Sin embargo, la próxima oleada está preparada para liberar el potencial de la IA sin precedentes. Desde soluciones sanitarias personalizadas que aprovechan el aprendizaje automático para realizar diagnósticos precisos hasta la integración de la IA en tareas creativas como la creación de contenidos y el diseño, el panorama se está ampliando rápidamente.

El poder transformador de la IA ya ha dejado una huella innegable en todos los ámbitos, y los próximos años están a punto de traer un cambio de paradigma en las aplicaciones de la tecnología en el mundo real. A medida que avanzamos en el tiempo, el futuro promete dar paso a nuevos casos de uso que redefinirán la forma en que interactuamos con la IA, remodelando de manera efectiva las profesiones en todo el mundo.

Esta evolución no se limita a un único sector, sino que impregna todas las facetas de nuestras vidas, ofreciendo soluciones a retos que quizá ni siquiera hayamos reconocido plenamente. Con tecnologías relacionadas como la realidad aumentada y mixta, los dispositivos IoT en continua evolución y la conectividad 5G, las posibilidades de la IA en todos los sectores son infinitas.

Hoy en día, nos encontramos, nos dediquemos a lo que nos dediquemos, en una apasionante encrucijada en la que cada día surgen nuevos casos de uso.

Por ejemplo las tecnologías basadas en IA que se están implantando en la industria 4.0, como el mantenimiento predictivo, los algoritmos de aprendizaje automático y la automatización robótica, están optimizando las líneas de producción, minimizando el tiempo de inactividad y mejorando la eficiencia operativa general en el mundo de la fabricación. Las fábricas inteligentes equipadas con sistemas basados en IA pueden analizar grandes conjuntos de datos en tiempo real, lo que permite obtener información predictiva que evita fallos en los equipos y reduce el tiempo de inactividad no planificado.

Cuando se trata de garantizar la seguridad en el trabajo, la inteligencia artificial tiene el poder de supervisar activamente cosas como los niveles de compuestos químicos tóxicos y el cableado eléctrico, alertando a sus homólogos humanos si algo parece ir mal y minimizando en gran medida los peligros potenciales antes de que se produzcan daños. Son escenarios como estos los que históricamente han requerido que los humanos estén siempre alerta, una hazaña que a menudo puede ser imposible, pero que es esencial cuando la seguridad está en juego. A medida que los modelos de inteligencia artificial se entrenan para comprender qué aspecto tiene una situación peligrosa y cuándo y cómo dar la alarma, el impacto positivo sobre las personas es innegable.

Otro ejemplo lo tenemos en el área de talento de las organizaciones. La incorporación y formación de nuevos empleados, independientemente del sector, puede llevar meses y tener un elevado coste, dependiendo de la posición. Según la Society for Human Resource Management, el coste de encontrar y contratar a un nuevo empleado, incluidas los costes de los portales de empleo, el proceso de selección y la formación puede llegar a los 28.000 dólares.

En un momento de incertidumbre como el que estamos viviendo, con presupuestos contrayéndose y posiciones difíciles de cubrir, se está recurriendo a la IA como un entrenador fiable para soluciones de formación inmersiva en el puesto de trabajo, agilizando significativamente el proceso. El papel de la IA en el proceso de on boarding no sólo reduce la carga administrativa y los gastos, sino que también garantiza una experiencia de incorporación coherente y eficiente para todos los empleados.

Llevando esto un paso más allá, el aprovechamiento del análisis predictivo permite a los responsables de talento a identificar los factores que contribuyen al éxito de un empleado dentro de la organización. Estos aspectos se pueden utilizar para adaptar los programas de incorporación, los módulos de formación y las oportunidades de tutoría, abordando necesidades específicas y maximizando las posibilidades de que los empleados prosperen en sus funciones. Además, la IA puede ayudar a identificar signos tempranos de falta de compromiso o rotación potencial, lo que permite a los equipos de RRHH abordar los problemas de forma proactiva y mejorar la retención.

Cada vez se confía más en esta tecnología para la formación continua del personal actual, lo que permite a los empleados de todos los sectores progresar en sus carreras profesionales.

Y como no hay dos sin tres, hablemos del sector retail o comercio minorista. En el ámbito de la experiencia del cliente, los algoritmos de personalización analizan grandes cantidades de datos de los consumidores, proporcionando a los minoristas información para recomendaciones y promociones personalizadas, mejorando en última instancia la satisfacción y fidelidad de los clientes.

Los casos de uso van mucho más allá de los chatbots y los asistentes virtuales. A medida que los minoristas navegan por la frontera digital, las capacidades de adaptación de la IA siguen garantizando cosas como la correcta identificación y organización de los artículos, al tiempo que proporcionan una mayor precisión en las cajas y la categorización de los productos. Estas capacidades tienen el poder de dar forma a una experiencia minorista más personalizada y eficiente para los consumidores, con un impacto positivo en los flujos de ingresos.

Son tantos los ejemplos, que podríamos llenar páginas y páginas, pero el espacio es limitado y no quiero agotarlo sin hablar de algo importante.

A medida que nos adentramos en la próxima iteración de casos de uso de la inteligencia artificial, las consideraciones éticas y el despliegue responsable de la IA adquieren una importancia primordial. El impacto social de la esta tecnología va más allá de sus proezas técnicas y suscita debates sobre la privacidad, la mitigación de los prejuicios y el uso ético de las tecnologías avanzadas. Navegar por este terreno requiere un esfuerzo de colaboración entre tecnológicas, responsables públicos y la sociedad en general para garantizar que los beneficios de la IA se aprovechen de forma responsable, fomentando un futuro en el que la innovación y las consideraciones éticas vayan de la mano.

Por mi experiencia, es evidente que un enfoque proactivo de la IA responsable implica una educación continua, la participación de las partes interesadas y un compromiso con los principios éticos para navegar de forma responsable por un panorama en constante evolución.

Garantizar el uso responsable de la IA requiere un esfuerzo concertado tanto de los líderes tecnológicos como de las organizaciones. Ante todo, la transparencia es crucial. Los líderes deben dar prioridad a una comunicación clara entre las partes interesadas, revelando plenamente sus capacidades y limitaciones. Las consideraciones éticas deben integrarse en el proceso de desarrollo, y equipos diversos deben participar para mitigar los prejuicios. Deben realizarse auditorías periódicas para identificar y rectificar cualquier consecuencia no deseada o patrón discriminatorio. La colaboración interdisciplinar, incluidos expertos en ética, derecho y ciencias sociales, también puede aportar perspectivas valiosas.

El viaje hacia la próxima era de la IA es una misión apasionante que exige un cuidadoso equilibrio entre la superación de los límites de las capacidades tecnológicas y los casos de uso, salvaguardando al mismo tiempo el bienestar de la humanidad.

***José Ramón Barriocanal, CEO & Advisor. 

Un proceso industrial en una fábrica de Sevilla.

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